Las nuevas «etiquetas ecológicas» que coloca Islandia a sus productos marinos son engañosas, no están reguladas y avalan prácticas que dañan el ambiente
Cada vez más, las compañías pesqueras islandesas concentran su atención en los mercados externos. Para calmar a la conciencia ecológica de consumidores en el exterior, muchas de esas firmas introducen etiquetas certificando que se trata de productos ambientalmente «responsables» y «amigos del mar».
Sin embargo, críticos afirman que esos certificados ocultan la verdad de la industria pesquera islandesa, que depende de la sobrepesca y utiliza prácticas dañinas para el ambiente.
Uno de los problemas con el nuevo sistema de etiquetado es que no utiliza un criterio objetivo. Son las propias compañías las responsables de certificar sus productos sin cumplir ningún estándar específico. Esto ha permitido que se coloquen una amplia gama de etiquetas para todo tipo de frutos marinos.
El bacalao islandés, por ejemplo, puede ser certificado como ecológico por diferentes organismos y siguiendo una infinidad de criterios.
Finnur Gardarsson, de la Asociación de Pesca de Islandia, dijo a IPS que la captura de bacalao está siendo evaluada por el Fondo Global de Certificación, un «organismo independiente y acreditado» con sede en Irlanda. El proceso de certificación terminará en las próximas semanas, anunció.
Al mismo tiempo, el Icelandic Group, una de las 10 principales compañías de productos marítimos en el mundo, dio inicio al Consejo de Administración Marina, que certificará al bacalao islandés como «producto marítimo responsable».
Ny-fiskur, compañía pesquera que opera en el sudoeste de Islandia, comenzó a etiquetar a su bacalao como «Amigo del mar».
Además, el logo «Pesca responsable de Islandia», creado en 2009 en respuesta a pedidos de compradores extranjeros, está siendo utilizado por más de 80 empresas. El único criterio para el uso de de esa etiqueta es que el producto sea de origen islandés.
Debajo del debate por las etiquetas existe una crítica mayor: la industria pesquera islandesa estaría causando serios daños al ambiente.
Gretar Mar Jonsson, veterano pescador y ex parlamentario islandés, dijo a IPS que, en el actual sistema de capturas, «los hombres sólo traen el mejor pescado y descartan el resto, lo que significa que no están tratando bien los recursos».
La organización ambientalista Greenpeace coincidió con él en su Lista Roja Internacional de los Productos del Mar. «Científicos han recomendado una mejor administración de las existencias de abadejo en el Ártico nororiental y en Islandia», señala.
«Los niveles en las existencias del mero de Groenlandia están en su nivel más bajo histórico en las aguas en torno a Islandia», añade. «Científicos han recomendado que la pesca debe ser reducida».
Sin embargo, las cuotas de pesca de este país se han incrementado tanto para el abadejo como para el mero. Para este último, el Consejo Internacional sobre la Exploración del Mar recomendó una captura de 5.000 toneladas para Islandia, el este de Groenlandia y las Islas Feroe.
Las autoridades islandesas luego adoptaron una cuota de 13.000 toneladas, casi tres veces más de lo recomendado.
Mientras, el Instituto Scripps de Oceanografía señaló que la pesca con alto impacto en el ambiente, como la de arrastre, y que no es destinada al consumo humano «debería ser excluida de la certificación».
La pesca de arrastre, método industrial consistente en el uso de grandes y pesadas redes sobre el suelo marino, destruye distintos tipos de corales, esponjas, peces y otros animales. Este método está muy restringido en el mundo y prohibido en algunas aguas.
Información de la Dirección de Pesca de Islandia revela que ese método fue usado para 44,5 por ciento de todas las capturas de ese país entre 2009 y 2010.