Cayetana Fitz-James Stuart (Duquesa de Alba), la mayor poseedora del mundo en títulos aristocráticos y nobiliarios, veinte veces Grande de España, con un patrimonio multimillonario en palacios, empresas, negocios y cortijos, propietaria de 34.000 hectáreas de tierra, por las que recibe anualmente una fortuna en subvenciones de 1.885.000 euros (unos 314 millones de ptas.) procedente […]
Cayetana Fitz-James Stuart (Duquesa de Alba), la mayor poseedora del mundo en títulos aristocráticos y nobiliarios, veinte veces Grande de España, con un patrimonio multimillonario en palacios, empresas, negocios y cortijos, propietaria de 34.000 hectáreas de tierra, por las que recibe anualmente una fortuna en subvenciones de 1.885.000 euros (unos 314 millones de ptas.) procedente de los fondos agrícolas comunitarios, será nombrada «Hija Predilecta de Andalucía» el día 28 de Febrero por el Sr. Chaves y su gobierno
Según dicen en la Junta: «esta señora es merecedora de tal distinción por su labor como activa embajadora de las tradiciones y costumbres de Andalucía«. Debe referirse el gobierno «socialista» a que la Duquesa representa más que nadie «la tradición y costumbre» de ser todavía Andalucía un santuario intocable de grandes señoritos, aristócratas y terratenientes, principal causa de su atraso histórico. Cayetana, agradecida, ha declarado: «Andalucía es lo mas grande que tengo y lo único que me importa«, y lo dice con razón; sus enormes posesiones le dan el privilegio de ser la mayor terrateniente de nuestra tierra, sólo en la provincia de Córdoba tiene 17 fincas.
Esa es la Andalucía que el 28 de Febrero de 1980, millones de hombres y mujeres quisimos dejar en el pasado, aprobando una Autonomía y un Estatuto que iniciara un profundo proceso de libertad, justicia social, progreso e igualdad. Durante estos años el PSOE ha venido gobernando casi todo el tiempo con mayorías absolutas, pero enterraron la Reforma Agraria mientras nuestro himno que dice: «andaluces levantaos, pedid tierra y libertad«. Pronto comenzaron los juicios, las multas y las condenas de cárcel contra los jornaleros que se atrevieron a levantarse pidiendo tierras, nos sometieron a la dependencia de los patronos exigiéndonos sus firmas para tener derecho al subsidio agrario y ahora en contra de lo que prometieron también mantienen el Decretazo que aprobó el PP.
El SOC no tiene nada personal contra la Duquesa de Alba, pero sí nos llena de indignación la clase aristocrática, pudiente y privilegiada a la que representa, ya sea conde, duque o marqués. ¿Que tienen que ver las condiciones y la vida diaria de la inmensa mayoría del pueblo andaluz con los intereses de la aristocracia terrateniente?. Los datos publicados por Intermón sobre las fortunas que se llevan éstos a costa de las ayudas comunitarias son escalofriantes. Sólo siete grandes propietarios en Andalucía se embolsan más de 14,5 millones de euros (unos 2.400 millones de ptas.), lo que representa el 25% de las ayudas totales: Hermanos Mora Figueroa-Domeq, Hermanos Barrera, Nicolás Osuna (Conde de Osuna), La Duquesa de Alba, Iñigo Arteaga Martín (Duque del Infantado), Hermanos Lopez de la Puerta y Samuel Flores. Por el contrario miles de pequeñas fincas familiares han ido a la ruina.
Los andaluces somos un pueblo trabajador, que ha sufrido como nadie el paro, la emigración y la explotación, en unas tierras que, a pesar de ser las más ricas de Europa, la mitad de su extensión, ha permanecido a lo largo de los siglos en manos del dos por ciento de los propietarios.
Quienes con un salario de miseria trabajamos la tierra palmo a palmo, conscientes de que en ella también quedó el sudor de nuestros padres y abuelos, no podemos dejar de denunciar que la inmensas riquezas que acumulan unos pocos, son el fruto de la explotación de la mayoría. Cuanto mayor es el terrateniente, mayor es su impunidad. Se saltan las leyes, incumplen los convenios, especulan a su antojo, envenenan el campo con pesticidas buscando el beneficio rápido, siembran productos transgénicos, explotan inmigrantes, etc. Sin embargo son merecedores de condecoraciones, homenajes, títulos y de nombramientos como hijos predilectos.
Cierto es que la Duquesa hace obras benéficas, su inmensa fortuna y sus incalculables ingresos se lo permiten sin el menor sacrificio. Es bien tratada en los programas de la tele basura y en la prensa del corazón, pero también es cierto que la alta aristocracia ha sido de siempre muy dada a presidir fundaciones caritativas. Resulta socialmente rentable y va en sintonía con la alta jerarquía tradicional eclesiástica, pero no con quienes consideramos que los méritos que ha de potenciar la Junta en un día emblemático como el Día de Andalucía, han de ser los de aquellas personas que dedican su vida y su esfuerzo a potenciar valores humanos y culturales por una sociedad más justa y solidaria.
Señor Chaves, usted nombrará Hija Predilecta a la Duquesa de Alba pero sepa que lo hace sin nuestro consentimiento y en contra de la voluntad de la inmensa mayoría de los trabajadores y trabajadoras de Andalucía.
Sr. Chaves, mientras que usted premia a los ricos, 500.000 jornaleros sin tierra y que viven a base de subsidios esperan que el nuevo Estatuto de Autonomía recoga la soberanía alimentaria -el derecho del pueblo andaluz a decidir su propia política agraria y agroindustrial- y una reforma agraria que dé la tierra, el agua y la semilla a la comunidad que la habita y la trabaja, apueste por la agricultura ecológica y prohíba el uso de transgénicos en el campo andaluz.