Un documento interno de la Comisión Europea, elaborado por el Centro Común de Investigación (JRC en sus siglas en inglés), ofrece un veredicto incuestionable sobre las propuestas de la Unión Europea (UE) de establecer un objetivo obligatorio del 10% de agrocombustibles en el transporte. El informe «Biocombustibles en el Contexto Europeo», obtenido por Amigos de […]
Un documento interno de la Comisión Europea, elaborado por el Centro Común de Investigación (JRC en sus siglas en inglés), ofrece un veredicto incuestionable sobre las propuestas de la Unión Europea (UE) de establecer un objetivo obligatorio del 10% de agrocombustibles en el transporte.
El informe «Biocombustibles en el Contexto Europeo», obtenido por Amigos de la Tierra y BirdLife Internacional, revela que los objetivos de la UE tendrán posiblemente un coste cercano a los 65 mil millones de euros, necesitarán grandes cantidades de tierra fuera de Europa y cuestiona si se conseguirá reducir la emisión de gases de efecto invernadero, rebatiendo los tres principales argumentos empleados por la Comisión para el fomento de los agrocombustibles (más conocidos como biocombustibles):
-Reducción de gases de efecto invernadero: debido a los efectos indirectos de cultivar agrocombustibles, el informe concluye que «la incertidumbre es demasiado elevada…». El JRC destaca que el uso de fertilizantes de nitrógeno y el cambio de uso del suelo (deforestación, drenaje de turberas, roturado de praderas) podrían liberar los gases de efecto invernadero suficientes para anular cualquier tipo de reducción.
-Seguridad energética: sería mejor que la UE invirtiera en una reserva estratégica de petróleo a corto plazo, en lugar de invertir (sumas mucho más altas) en agrocombustibles que le darán una solución limitada al problema de inseguridad de abastecimiento. «Habría un efecto positivo, pero su eficacia no es tanta comparada con los costos» dice el informe.
-Creación de empleo y análisis coste-beneficio: El informe de la JRC establece que «la creación de trabajo neto sería insignificante por la destrucción en otros sectores» y «el coste económico de usar biocombustibles supera los beneficios».
El estudio concluye diciendo que «usando los mismos recursos económicos y de biomasa de la UE, se podrían alcanzar más reducciones de gases de efecto invernadero al tener un solo objetivo general en lugar de uno separado para el transporte», y se suma así a las numerosas voces que empiezan a llamar la atención sobre los riesgos de un precipitado fomento a gran escala de los agrocombustibles.
David Sánchez, responsable de Agricultura de Amigos de la Tierra afirmó: «Este informe supone un revés incuestionable a la apuesta europea, y española, por los agrocombustibles. Las conclusiones son claras, las administraciones deberían reconsiderar sus prioridades e invertir sus recursos en soluciones reales contra el cambio climático.»
Por su parte, Ana Carricondo, del área de Políticas Ambientales de SEO/BirdLife, añadió que «aunque a escala local, el empleo de biomasa para obtener energía puede ser una buena alternativa, el aumento excesivo de los cultivos energéticos puede suponer una presión adicional sobre los recursos hídricos y los hábitats de especies amenazadas en España, invalidando cualquier beneficio aparente de los biocombustibles en la lucha contra el cambio climático».
Por más información: Prensa de Amigos de la Tierra: Sandra Jiménez 680 93 63 27 Ana Carricondo , responsable de Agricultura y Desarrollo Rural de SEO/BirdLife. 914340910