Orígenes de un problema de clases. Siempre me ha parecido interesante el poder oscultar las verdaderas intenciones de procesos o acciones que se interpretan de forma bastante natural y superficial, sin ninguna análisis ni crítica, a partir del despliegue de juegos artificiales y cortinas de humo tendidas a su alrededor. Últimamente una de las actividades […]
Orígenes de un problema de clases.
Siempre me ha parecido interesante el poder oscultar las verdaderas intenciones de procesos o acciones que se interpretan de forma bastante natural y superficial, sin ninguna análisis ni crítica, a partir del despliegue de juegos artificiales y cortinas de humo tendidas a su alrededor.
Últimamente una de las actividades que más me ha llamado la atención es la de la «cabalgata Patagonia Sin Represas», la cual ha sido destacada en artículos y periódicos ‘ciudadanos’, empresariales, etc., ya que ésta actividad de conjunto parece tener un interés extra-clasista el cual sería protestar contra la construcción de los megaproyectos hidroeléctricos en la región, es decir las iniciativas de Colbún y Endesa de represar los ríos Baker y Pascua, y de la minera Xstrata los ríos Cuervo, Blanco y Cóndor, entre otros múltiples proyectos del mismo tipo proyectados para la zona.
La idea principal es evitar «la inundación de miles de hectáreas en la región». Es así como hoy «exigen al Gobierno que se constituya una mesa de trabajo permanente entre el Ejecutivo y las organizaciones de la sociedad civil», siendo el objetivo de la cabalgata el de «dar a conocer la molestia de los pobladores que se verán afectados por la inundación de los terrenos en los cuales han vivido por décadas». La cabalgata consistió en una expedición que partió desde la ciudad de Cochrane el día 19 de noviembre con destino a Coyhaique (320 kilómetros), pasando por el Manzano, Bahía Murta, Puerto Río Tranquilo, Villa Cerro Castillo, para ingresar por las principales calles de la capital regional el 27 de noviembre.
Si bien es cierto que esto significa el fin de una forma de existencia de miles de personas que verán destruidas las bases de su economía familiar agrícola a partir de las inundaciones, no es menos cierto que dentro de éste conjunto de personas movilizadas se esconden intereses de clases determinados por las características de los mayores sectores productivos en la economía de la XI región.
Si bien nos asegura uno de los artículos presentes en el diario elciudadano.cl «Los participantes de esta acción, y en representación de miles de ayseninos, pobladores de esta tierra, hijos de pioneros, demandan al Gobierno que se protejan sus recursos naturales para ellos y sus hijos a través instrumentos integrales que combinen la defensa del patrimonio natural con la protección del activo primordial de la Región: su gente», refiriéndose a la Agrupación de defensores del Espíritu de la Patagonia, es decir un conjunto heterogéneo de personas, en donde uno tiende a asimilar presuntuosamente a la figura de algún pequeño propietario de tierras, pequeño productor con limitados espacios de cultivo y ganado, una persona que ha sido prácticamente hoy ‘condenada’ a la proletarización por el avance de la industria y de los procesos de modernización.
Pero también se señala lo siguiente: «El líder de los defensores del Espíritu de la Patagonia, Marco Antonio Díaz, explicó que «actualmente la Región de Aysén se encuentra prácticamente intervenida por parte de las empresas eléctricas que quieren desarrollar sus proyectos energéticos en nuestros ríos». La pregunta es ¿por qué Marco Antonio Díaz no habla acerca de la intervención de la industria salmonera o de la acuicultura en la región de Aysén? ¿Por qué marco Antonio Díaz no habla de la gran propiedad de la tierra y de la trasnformación de la región en una economía ganadera y vovina? ¿Por qué no habla directamente encontra de la industria salmonera que también tendrías ‘intervenida’ Aysén? Parece ser que toda esta protesta en pos de defender un modo de existencia tradicional (del pequeño propietario) es combiando por la defensa de la gran propiedad y de la gran industria que compite con la hidroeléctrica en la utilización de los recursos naturales (ríos, tierra, ect.) en la región de Aysén.
La industria del salmón. Victor Hugo Puchi(1): entre la hacienda y la industria.
El informativo aqua.cl señala en su edición del día 27 de noviembre: «Entre los que se sumaron en Villa Cerro Castillo (a la cabalgata) se encuentra el empresario acuícola oriundo de Cochrane, Víctor Hugo Puchi, quien junto a algunos familiares participó en torneos de truco y compartió con la gente, a muchos de quienes conoce de sus años de infancia vividos en Cochrane y Coyhaique. «La experiencia que estamos viviendo en estos días, acompañado a la gente, muestra la otra cara, la de la cultura, la tradición, todo esto que está amenazando por el progreso, progreso entre comillas que significa que si se hacen las represas en Aysén -que espero que no- todo quedará en el pasado y en el olvido, más allá de la belleza del paisaje que tenemos«, sostuvo el presidente de la empresa salmonicultora AquaChile S.A.».
Esta cita es propia del cinismo-esquizofrénico-patronal que acompaña a la figura de Puchi, ya que si bien identificamos a éste como un personaje de la zona, hijo de hacendados de la zona de Cochrane y propietario de grandes terrenos en la región, también lo encontramos sentados del lado del ‘progreso’ (entre comillas), ya que si bien es cierto que la industria hidroeléctrica supondrá un proceso de proletarización de grandes sectores de la población, y también acabará con la relación con la naturaleza-trabajo sostenida hasta aquí en la zona, no es menos cierto que la misma industria del salmón se ha encargado de proletarizar a grandes sectores de campesinos de la X y XI región; no es menos cierto de que se ha perdido la ‘tradición’, como bien lo destaca un estudio de Ecoceanos en relación a la cultura chilota, en donde como señala Marcos Uribe «la sociedad originaria de Chiloe está perdiendo la hegemonía cultural y paso a paso se folcloriza, populariza y proletariza» (2); no es menos cierto que la industria acuícola ha mal utilizado los recursos hídricos de la región en pos de su crecimiento y ganancia, obligando a otras formas de producción a la desaparición. Hablar de la desaparición del paisaje es una insolencia gravísima de parte de Puchi, ya que hasta la misma industria ha reconocido que han destruido balnearios y playas (‘estéticamente’) con la contaminación de las aguas y plantas flotantes (por ello hoy pretende cambiar su color para que no dañen la imagen del paisaje). Dentro de su discurso ‘paisajista’ quedan descartados ‘obviamente’ los fiordos y los lagos que la industria utiliza para crecer en la región.
Habría que preguntarse finalmente ¿Qué defiende el Sr. Puchi? ¿Si su hacienda en Cochrane o la industria acuícola en general? No deja de ser asombroso que la misma industria del salmón hable desde la comunidad, desde «la economía de la región». Es decir cuando ya se ha incorporado un actor como Puchi a la palestra o se pretende defender «la economía en general» de la región, se habla incluso de las mismas atrocidades que la industria del salmón ha cometido en la zona.
El futuro de un frente inter-clasista. Un ‘espíritu’ sin Patagonia.
La cabalgata si bien parece ser algo tutelado por intereses económicos igual de saqueadores y explotadores como los de la hidroeléctrica, no deja de apoyarse en la situación de un conjunto de pobladores y pequeño-campesinos que hoy ven a punto de desaparecer sus condiciones de vida y su propiedad en manos de grandes capitales transnacionales que pretenden comenzar un proceso de explotación de las fuentes hídricas más importantes de la región. Todo esto en medio de situaciones irregulares en donde se han firmado contratos desconociendo sus derechos, sumado al ingreso ilegal de contratistas de las eléctricas a sus terrenos y la falta de información sobre los impactos reales que tendrían represas y el tendido eléctrico en términos ambientales, productivos y sociales, en circunstancias que las empresas sí han difundido pública y masivamente los supuestos beneficios.
Los nocivos gérmenes de señores como Puchi que pretenden a través de estas campañas revitalizar el prestigio perdido entre la comunidad por parte de su empresa (familiares de su trabajadores explotados en las plantas), apoyándose en un discurso de solidaridad, identidad, etc., no es más que una nueva máscara utilizada para seducir a la ‘sociedad civil’ en el desarrollo de la industria salmonera sobre la industria hidroeléctrica. Es simplemente un capitalista por otro y esto no asegura nada en relación a la conservación de una sociedad ‘tradicional’ o de las mismas formas de vida que hoy se ven amenazadas por las inundaciones: hoy pueden ser inundaciones, mientras que mañana puede ser la expansión de la industria del salmón hasta las puertas de su casa.
La instalación de las plantas hidroeléctricas significa daños colaterales en la salud de los pobladores, significa fuentes de trabajos temporales y esporádicas, ya que no existe el trabajador calificado dentro de la zona para asumir los trabajos al interior de la planta; significa un daño gigantesco a las formas de vida y existencia de un conjunto de trabajadores de la tierra y de la pequeña y gran propiedad; significa una contradicción en la lucha de grandes capitales por la apropiación de los recursos hídricos; significa la extinción de algunos sectores económicos y el comienzo de un proceso de proletarización lento y parcial, además de la depreciación de las tierras y un desempleo brutal a largo plazo.
Por ello la Agrupación de Defensa del Espíritu de la Patagonia tendría que comenzar por plantearse ¿a qué se refiere con ese espíritu? ya que finalmente, y como hemos visto, significa una real contradicción material el hablar de un espíritu sin señalar en realidad la condición contradictoria que involucra un concepto que intenta afirmar una unidad inmaterial y ficticia. Definir el «Espíritu de la Patagonia» parece ser una tarea propia de la metafísica o de la fraseología política burguesa basada en la solidaridad de clases, ya que las mismas condiciones del capitalismo y la voracidad competitiva por mercados/recursos son las que finalmente los han puesto ahí a hablar de espíritu.
El abocarse a señalar que » Esta cabalgata es una demostración a la prensa nacional e internacional que la Patagonia y los sectores directamente afectados están unidos y tienen fuerza para detener este proyecto , demostrar que la Patagonia se une para defender sus recursos, su gente y sus futuras generaciones» (3), no significa más que esta unión hasta el momento significa la legitimación del poder e intervención del capital acuícola/industrial en la región.
Aunque todo el verde y el ecosistema sea simplemente llamativo o su subsistencia debe ser un esfuerzo que debe integrar a toda la humanidad, no deja de ser un imperativo o juicio deóntico, en una sociedad aún dividida en clases. Por ello mismo es necesario ser cauteloso y programar políticamente una respuesta desde la clase trabajadora en el sector salmonero en particular y acuícola en general a éste problema en que capital desea avanzar.
Notas
(1) «Como fundador y presidente de AquaChile S.A., Víctor Hugo Puchi se trasformó en un par de años en el tercer productor de salmón a nivel mundial, siguiendo de cerca a las noruegas Marine Harvest y Cermaq. Opera, además, en la producción de tilapia a través de la costarricense Grupo ACI, la que se encarga de abastecer a cadenas de restoranes y supermercados en Estados Unidos, según lo publicado en la revista América Economía. Además, es uno de los principales actores en la producción de ovas en Chile. En total, el empresario posee -junto a la familia Fischer- participación en un holding de 18 compañías, todas ligadas a algo que tenga que ver con peces, y cuyo éxito no tiene discusión. Las ventas consolidadas del grupo llegaron a US$ 500 millones en el 2006, lo que representa un incremento de cerca del 36% respecto del año anterior». extraído de www.aqua.cl 31/10/07. Víctor Hugo Puchi: el pez gordo de la salmonicultura.
(2) «La nueva invasión de la isla ha aportado un elemento significativa y lamentablemente novedoso: ha destrozado la red de relaciones sociales propias de la cultura isleña, golpeando la esencia de su razón de ser, a saber, su economía. Todas aquellas instituciones culturales que el isleño fue diseñando para resolver su pasar y su convivencia, fueron despojadas de su sentido más primario. Entonces, esa cultura que jugueteaba con lo ajeno, con lo prestado y lo iba haciendo particularmente suyo, pierde su capacidad de interacción desde su vitalidad histórica. La cultura tradicional de Chiloé comienza a sentir el peso de la agonía y se juntan dos vectores en la curvatura del tiempo y el espacio: una sociedad (la chilota) que mira con desesperanza cómo pierde su norte y una sociedad exógena, agente del modelo de transformación profunda, que promueve la desarticulación del modo de vida arraigado en la cultura histórica de la isla». www.ecoceanos.cl 14 de novimebre de 2007. Marcos Uribe. Banda Armazón de Chiloé.
(3) www.chilecologico.cl 19 de noviembre. Cabalgata «Patagonia sin represas».
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Dasten Julián.
Sociólogo. Área de Investigaciones Sociales y Humanas.
Universidad de la Frontera.
www.leonsociologo.blogspot.com