Todos los estudios sobre transporte coinciden en señalar al ferrocarril como el más sostenible y seguro de los medios de transporte. Efectivamente, comparado con la carretera es el que menos emisiones de efecto invernadero provoca, el que menos espacio ocupa, el más seguro… Sin embargo, a pesar de estas evidencias, la mayor parte de las inversiones se dirigen a la carretera.
Los datos no dejan lugar a dudas. Fijémonos en la contribución al Cambio Climático, considerado unánimemente como el más grave problema ambiental de nuestra época. Mientras que desplazar una persona un kilómetro en coche supone unas emisiones de 120 gramos de CO2, el principal causante del calentamiento global, si el desplazamiento se realiza en ferrocarril estas emisiones se reducen a 45 gramos, casi 3 veces menos (datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, 2004).
En el caso de las mercancías, la diferencia es aún más acusada: desplazar una tonelada a lo largo de un kilómetro emite 120 gramos de CO2 si se hace en camión, frente a los 23 gramos, casi 6 veces menos, que emitiría si se desplazase en ferrocarril.
A pesar de esto, y como fruto de políticas desarrolladas durante décadas, en España la desproporción en el uso del ferrocarril frente a la carretera es enorme: sólo un 5% de los viajeros se desplazan en tren frente al 91% que lo hacen en coche, mientras que el 82% de las mercancías viaja en camión y sólo un escaso 3,8% lo hace en tren. Hay países europeos donde esta proporción es muy diferente. Así, por ejemplo, en Austria, prácticamente el 50% de las mercancías se transportan por ferrocarril.
El ferrocarril también es el medio de transporte más seguro. Atendiendo a una estadística europea que utiliza datos de 2001, el número de muertos por cada 1.000 millones de viajeros-km en la Unión Europea es de 0,2 en ferrocarril, 0,4 en avión y 8,7 en carretera. En otras palabras, la carretera resulta 43 veces más peligrosa que el modo ferroviario.
Sin embargo, todas estas evidencias no se reflejan en las políticas que desarrollan nuestros administradores. Efectivamente, los Presupuestos Generales del Estado para 2005 reflejan una inversión en carreteras de 2.981 millones de euros, frente a los 1.289 que se dedicarán al ferrocarril. Además, es de destacar que de esta última cantidad, 964 millones irán dirigidos a la construcción de líneas AVE (que no comparten las ventajas del ferrocarril sostenible por ser mucho más ineficaz energéticamente, más impactante su construcción, etc.), 228 a cercanías y apenas 97 millones de euros se emplearán en el ferrocarril sostenible, las mercancías y mejoras en la seguridad.