Mataró, la capital de la comarca del Maresme con algo más de 120.000 habitantes, cuenta con el dudoso honor de ser la ciudad española de mediano tamaño con más vecinos afectados por el timo de las preferentes. Un 12% de la población tiene sus ahorros inmovilizados tras confiar en su entidad de toda la vida, […]
Mataró, la capital de la comarca del Maresme con algo más de 120.000 habitantes, cuenta con el dudoso honor de ser la ciudad española de mediano tamaño con más vecinos afectados por el timo de las preferentes. Un 12% de la población tiene sus ahorros inmovilizados tras confiar en su entidad de toda la vida, Caixa Laietana. La caja, con 150 años de historia en la zona y una gran implantación en el territorio, del que acabó siendo el pulmón financiero, fue absorbida por Bankia. Y aquí empezó el calvario.
Poco después de que estallase el problema de la venta de preferentes disfrazadas de depósitos seguros, la entidad que entonces presidía Rodrigo Rato anunció a bombo y platillo su salida a Bolsa. Los miles de vecinos de Mataró que en esos momentos ya tenían sus ahorros inmovilizados fueron obligados por la entidad a cambiar sus participaciones por acciones. El chantaje era evidente: o perderlo todo, o subirse al carro de la operación.
El 90% de los afectados acabó realizando el canje, a 3,10 euros por acción. A las pocas semanas, se suspendía la cotización de Bankia. «Había más que alertas sobre la caída de las acciones de Bankia. Fue una auténtica huída hacia delante con un porcentaje notable de riesgo de fallida», ha denunciado esta mañana el defensor del pueblo en Cataluña, Rafael Ribó.
Cuando se levantó la suspensión, aquellas acciones ya habían caído hasta los 1,30 euros. Actualmente, su valor es de 0,3 euros. Como resultado de este doble engaño, los vecinos no tan sólo han visto desaparecer sus ahorros, sino que además podrían quedar fuera del sistema de arbitraje, porque de afectados por las preferentes han pasado a considerarse accionistas. El Gobierno y el PSOE acordaron en enero de este año que las víctimas puedan recurrir a arbitraje para demostrar que las entidades financieras las engañaron, y acceder así a la posibilidad de que se les devuelva el dinero.
«No abandonaremos a las familias», ha asegurado esta mañana el alcalde de Mataró, Joan Mora Bosch (CiU). Todos los partidos de la localidad han hecho frente común para afrontar una situación que el edil advierte de que puede provocar «situaciones de riesgo considerables por la tensión social».
La plataforma de afectados ha asegurado que se protegió a los clientes de Caja Madrid pero no a los de las entidades periféricas del grupo, como Caja Ávila, Caja Segovia o la propia Caixa Laietana. En el caso de Bancaja, por ejemplo, la mitad de los afectados tuvo que realizar el canje. En Caixa Laietana, la inmensa mayoría. El problema, en el caso de Mataró, ha pasado a ser acuciante por la gran concentración de víctimas en la ciudad.
«Intentamos encontrar una salida a esta lacra social, a esta injusticia», ha mantenido el alcalde. El defensor del pueblo ya ha puesto su investigación a disposición de la fiscalía para que emprenda las acciones penales oportunas. Ribó reclama que se incluya a estos casos en el procedimiento de arbitraje y que este se lleve a cabo antes de tres meses. Los accionistas involuntarios, víctimas de este doble engaño, merecen, según Ribó, que se les devuelva «inmediatamente» las cantidades invertidas, si es necesario con la garantía del FROB.