El 22 de Marzo de 1873 en Puerto Rico se aprobó la Ley de la Abolición de la Esclavitud. El 22 de Marzo de 1968 comienzan las movilizaciones que condujeron al Mayo del 68. Si las Masas del 22 cuajan como la fuerza resistente, lo primero que habrán ganado será su respeto personal. En el […]
El 22 de Marzo de 1873 en Puerto Rico se aprobó la Ley de la Abolición de la Esclavitud.
El 22 de Marzo de 1968 comienzan las movilizaciones que condujeron al Mayo del 68.
Si las Masas del 22 cuajan como la fuerza resistente, lo primero que habrán ganado será su respeto personal. En el enemigo empezará a subir la consideración por quienes hasta el día antes despreciaba. Si se hace presente la organización resistente notaremos la pérdida de fuerza de quienes nos venían derrotando. La injusticia es el motivo de nuestra unidad; fortalecer la unidad con planes para objetivos de futuro es hacer crecer la resistencia.
El fútbol, la lata de cerveza, andar sin sentido por la calle, pasar las horas, los días muertos sin trabajo… ¿son buenos motivos para obedecer, ser felices y no salir con las Marchas del 22 de Marzo?
Como vivimos tiempos de segregación, el pp ha dado ordenes a alcaldes y concejales para que las columnas de marchistas no puedan descansar en los centros municipales de los pueblos y ciudades por donde pasen.
Nos ponen ante la pregunta: ¿esta situación de corrupción y destrucción económica y política es incorregible?
Nuestro pueblo, todos los pueblos, somos como la gallina de los huevos de oro: les hacemos ricos, se quedan con lo que producimos, y es que el capital funciona sobre la premisa de la acumulación constante por parte de los que se han hecho propietarios de los medios de producción. Su sistema de rapiña acumulativa que constantemente acorta lo necesario para la mayoría,acaba matando a la gallina de los huevos de oro. La pregunta que a ellos les acucia es : ¿qué tienen las clases trabajadoras que producen tantos huevos de oro?; esa especulación burbujeante les lleva a sacrificarnos en el altar de las plusvalías.
En cada trabajadora y trabajador, con trabajo o sin el, en cada estudiante, en cada organización social, está lo común, hace falta que lo común salga y se una a los comunes para hacer lo mejor: rescatarnos como clase trabajadora, respetarnos a nosotros mismos, de lo contrario ¿cómo vamos a hacer que nos respeten? Para respetarnos a nosotros mismos tenemos que comprender el motivo por el que hemos caído tan bajo. Hemos tenido 6 millones de bajas en combate y hemos retrocedido tanto que el mundo de hace un año, dos años, parece lejanísimo, ¿estamos cómodos?
Las primeras señales de que si no retrocedemos ante el ataque enemigo vencemos nos las han dado los las compañeras de la limpieza de Madrid, de gamonal, en Burgos, de sanidad Pública, de Coca Cola, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, y otras tantas.
No os acomodéis entre el grupo de mirones, quien abandona a su gente es una presa fácil y sufrirá las consecuencias.
Fijaros en la perversión: nos azuzan a unos contra otros para conseguir un trabajo basura, un contrato hecho por ellos para su beneficio: quien sobreviva en la pelea será elegido como gallina de los huevos de oro. Es un mandato criminal. Se divierten con nuestro infierno, apuestan a pagar cada vez menos por nosotros.
Todas sus calaveras amenazantes se pueden quedar en nada el día 22 de Marzo si mantenemos la unidad, y el plan para resistir nos lleva a pensar a lo grande, que viene el día 23.
Nos vemos en la calle el 22 M, contra el paro y la precariedad, por el trabajo con derechos, por la renta básica, por la vivienda y los servicios públicos para todos, no al pago de la deuda.
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Dietario de crisis», puedes bajártelo de Libros libres, en rebelion.org, y es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», edita Fundación Domingo Malagón.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.