El Gobierno chino ha reconocido que el 70 por ciento de la basura electrónica de todo el mundo se vierte en ese país, según publica hoy el «Diario del Pueblo». «China ha pasado a ser el mayor vertedero del mundo para los desechos electrónicos», señaló Wu Yuping, jefa de la Administración Nacional de Protección Ambiental. […]
El Gobierno chino ha reconocido que el 70 por ciento de la basura electrónica de todo el mundo se vierte en ese país, según publica hoy el «Diario del Pueblo».
«China ha pasado a ser el mayor vertedero del mundo para los desechos electrónicos», señaló Wu Yuping, jefa de la Administración Nacional de Protección Ambiental.
Indicó que esa basura, de la que cada año el planeta genera entre 20 y 50 millones de toneladas según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), contiene más de 700 elementos como plomo, cadmio y litio, la mitad de ellos nocivos para la salud y el entorno ecológico.
Wu se refirió al gigantesco vertedero de la localidad de Guiyu, en la provincia sureña de Cantón, un caso que la organización ecologista Greenpeace denuncia desde hace meses y del que ahora se hacen eco los organismos oficiales.
«En Guiyu se tratan los desechos electrónicas como en el siglo XIX. Ahora no se puede encontrar agua potable en 50 kilómetros a la redonda», manifestó la experta.
Según dijo hoy a Efe Jeamie Choi, responsable de campaña de Greenpeace en China, el 80 por ciento de los habitantes de Guiyu trabajan en esa industria y presentan constantes problemas de salud.
Los niños, advirtió, son los más perjudicados y, según un reciente estudio, el 80 por ciento de ellos tienen algún nivel de contaminación con plomo.
Además de Guiyu, los principales basureros electrónicos chinos se encuentran en Longtan y Tali, también en Cantón, en Taizhou (provincia de Zhejiang) y en la vecina Hunan.
Tanto Wu como Choi denunciaron que la mayor parte de los desechos proceden de los países desarrollados, aunque subrayaron que China genera cada vez más debido al aumento del nivel de vida de sus habitantes.
«Según PNUMA, el 80 por ciento de los desechos electrónicos del mundo se exportan a Asia y, de ese porcentaje, el 90 por ciento va a parar a China», recordó Choi, quien señaló que es muy difícil dar cifras específicas porque ese comercio es ilegal según el Convenio de Basilea de 1989, aunque países como EEUU no lo han firmado.
EEUU, los países europeos o Japón tienen capacidad para tratar sus desechos pero debido a su legislación y al alto coste que implica «prefieren enviarlos al tercer mundo», señaló Wu.
Y los «importadores» chinos, dijo, no sólo no pagan sino que reciben dinero por esos materiales, que suelen pasar al mercado de segunda mano sin haber recibido el tratamiento despojarlos de su toxicidad.