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El antimilitarismo: participante inesperado en la precampaña electoral

Fuentes: Rebelión

Hace unos días podíamos leer en la prensa que Izquierda Unida-Albacete (IU-AB) incluía en su lista electoral a «militantes que pertenecen a diferentes ámbitos sociales», entre ellos el antimilitarismo. Las declaraciones procedían de uno de los representantes locales de la mencionada coalición de izquierdas. Ahora bien, una cosa es que alguien vaya en una lista […]

Hace unos días podíamos leer en la prensa que Izquierda Unida-Albacete (IU-AB) incluía en su lista electoral a «militantes que pertenecen a diferentes ámbitos sociales», entre ellos el antimilitarismo. Las declaraciones procedían de uno de los representantes locales de la mencionada coalición de izquierdas. Ahora bien, una cosa es que alguien vaya en una lista a título particular, con independencia de sus creencias, y otra cosa es que porque esa persona pertenezca a tal o cual ámbito se quiera generalizar y hacer creer a la opinión pública que todo un movimiento social está ahí detrás apoyando una lista electoral. El problema surge cuando públicamente se afirma una cosa pero, por otro lado, a los movimientos sociales que supuestamente participan en la lista electoral no se les pregunta, ni siquiera por cortesía, si quieren formar parte de esa lista ni, en caso de aceptar, qué candidato sugieren que les represente. Eso es lo que le ha pasado ahora a los antimilitaristas.

Y decimos «ahora» porque, en cambio, en las anteriores municipales sí que llegó a haber conversaciones previas entre IU-AB y un sector del antimilitarismo albaceteño para que un representante de dicho movimiento social fuese candidato en la lista izquierdista. Así se consiguió que muchos antimilitaristas que nunca habían votado depositasen su confianza en un partido político y así se consiguió que, en parte gracias a esos votantes, una persona de izquierdas obtuviese una concejalía.

Pero actualmente las circunstancias son otras. Por un lado, hace meses que la Plataforma Contra la Militarización de Albacete, quizá el más mediático de los diversos grupos antimilitaristas locales, acordó desvincularse de los partidos políticos para tener más independencia en sus comunicados y actuaciones. Por otro lado, desde la aprobación de los presupuestos municipales de 2010, debida a la abstención de IU-AB, hay un desencuentro entre los antimilitaristas y esa agrupación política agravado porque un gran número de miembros de CCOO se ha incorporado recientemente a dicho partido político. Hablar de «agravamiento» se comprenderá mejor aclarando que si bien algún pequeño sector de dicho sindicato, junto a algún afiliado a título particular, sí ha apoyado siempre al antimilitarismo local, como organización sindical Comisiones Obreras nunca lo ha hecho; en cambio sí ha ejercido una política sindical pactista con el PSOE que, en el caso de Albacete, ha sido de apoyo total a la instalación de la industria bélica. Así, ante lo que nos parece una contradicción (un sindicato que no se opone a la fabricación de armas en nuestra ciudad y que, a la vez, engrosa las filas de un partido que se dice antimilitarista…), cabe recordar que en el manifiesto fundacional de nuestra Plataforma ya expresábamos la repulsa «a la actitud incoherente e hipócrita de los gobiernos local, regional y nacional, que por un lado hacen bandera de la Paz y por otro empeñan nuestro territorio y fuerza de trabajo en proyectos militaristas». Seguimos repitiéndonos entonces si no hubiera sido más lógico preguntar primero si queríamos participar o no en la campaña electoral una vez que el antimilitarismo más mediático se ha declarado políticamente independiente, y teniendo en cuenta que el menos mediático ya lo era hace tiempo. Por todo ello desde nuestra Plataforma le pedimos y aclaramos a IU-AB que, aunque ustedes y nosotros compartamos algunas ideas, cada cual debe seguir su camino: ustedes con su particular punto de vista para mantenerse en el Ayuntamiento y nosotros con el nuestro, a pie de calle, mostrando al ciudadano que hay gobiernos que hablan de paz pero, con sus políticas y alianzas, fomentan la guerra y el militarismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.