Casi 60 por ciento de la agricultura de Cachemira, en India, depende del agua de lluvia para riego, pero este año las precipitaciones han sido escasas y el calor tremendo. Con las estaciones más cálidas y secas registradas, ¿cómo sobrevivirán los agricultores?
Cuatro quintas partes de la población de Cachemira dependen de la agricultura. Sin embargo, la actual ola de calor está devastando los cultivos, incluido el famoso azafrán.
SRINAGAR, India – Abdul Hameed Sheikh sembró su campo de arroz trabajando incansablemente durante días. El agricultor de 52 años, de la zona de Budgam, en el centro de Cachemira, regaba religiosamente su parcela de 1,2 hectáreas para mantener el suelo bien hidratado.
Mientras, esperaba que lloviera, pero los días pasaron y no pasó. Lo que sí llegó fue un calor abrasador: las temperaturas subieron como nunca antes.
Todas las mañanas, Sheikh recorría su arrozal y notaba que los retoños empezaban a convertirse en ramitas secas y muertas, de forma lenta y definitiva. A medida que pasaban los días, notaba otra tendencia preocupante: la tierra se había agrietado y generaba polvo a su paso.
“En ese momento estaba seguro de que la cosecha no iba a ser la esperada. El duro trabajo de todo un año se iba a desperdiciar y yo me sentía completamente indefenso ante semejante escenario. Esto es sumamente preocupante”, dijo Sheikh a IPS.
Este agricultor no era el único preocupado. Los habitantes de este distrito agrícola de la región del Himalaya se quejaron de olas de calor extremas nunca antes vistas en la memoria viva de la región de Cachemira.
“Las temperaturas alcanzaron incluso los 40 °C aquí. En años anteriores, no pasaban ni de los 32 °C”, dijo Abdul Salaam Malik, un agricultor oriundo de Shopian, en el sur de Cachemira.
El clima seco prolongado ha estresado a las plantas, dijo la profesora Raihana Habib Kanth, científica jefa de la Facultad de Agricultura de la Universidad de Ciencia y Tecnología Agrícola Sheri Cachemira (Skuast, en inglés).
“El clima seco prolongado ha provocado que las puntas de los cultivos de arroz se quemen y las hojas de las plantas de hortalizas se sequen”, dijo a IPS, y señaló que se necesitan entre tres y cinco litros de agua para producir un kilogramo de arroz.
Un estudio reciente publicado en Science Direct, titulado “Análisis de series temporales de la variabilidad climática y las tendencias en el Himalaya de Cachemira”, indica que la región es extremadamente sensible a “incluso pequeñas perturbaciones del clima”.
Por ello, añadió, «el cambio en el patrón de precipitaciones podría tener graves consecuencias ambientales que influirán en gran medida en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ecológica de la región si persisten las mismas tendencias”.
Según la oficina meteorológica, la capital de la región, Srinagar, registró una temperatura máxima de 36,2 °C el 28 de julio de este año. Fue el día de julio más caluroso desde el 9 de julio de 1999, cuando el mercurio se había estabilizado en 37 °C.
Los registros gubernamentales muestran que 60 % de la agricultura en Cachemira depende del agua de lluvia. Sin embargo, en los últimos años se han vivido algunas de las temporadas más secas registradas. Imagen: Umar Manzoor Shah / IPS
Un estudio realizado en el año 2019 reveló que la temperatura media anual de Cachemira ha aumentado 0,8 ˚C en 37 años (1980-2016), y los últimos veranos han batido récords de temperatura.
Según datos del gobierno, el 17 de agosto de 2020, el valle experimentó su agosto más caluroso en 39 años, alcanzando los 35,7 ˚C. El año siguiente, el 18 de julio de 2021, Srinagar vivió su día de julio más caluroso en ocho años, con temperaturas que alcanzaron los 35 ˚C.
El verano de 2022 fue aún más caluroso, con temperaturas que superaron los 35 ˚C en algunas zonas, y marzo de ese año fue el más caluroso en 131 años. En septiembre de 2023, Srinagar registró su día de septiembre más caluroso en 53 años, con 34,2 ˚C.
Esta tendencia al calentamiento persistió en 2024, marcado por un invierno inusualmente seco y cálido. Enero de 2024, según los informes meteorológicos, fue uno de los más secos y cálidos de los últimos 43 años. El 23 de mayo, Srinagar registró la temperatura más alta de mayo en al menos una década.
Los productores de manzanas de Cachemira enfrentan grandes pérdidas debido a la falta de lluvias y al calor extremo. El déficit de lluvias y las persistentes olas de calor amenazan los medios de vida de quienes dependen de este cultivo vital. Imagen: Umar Manzoor Shah / IPS
Se sabe desde hace tiempo que la región del Himalaya se calienta más rápido que el promedio mundial.
El Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (Icimod, en inglés) señaló en su primer informe integral sobre la región, publicado en 2019, que incluso si el calentamiento global se limita a 1,5 ˚C, el Himalaya del Hindu Kush (HKH) podría experimentar un calentamiento de al menos 0,3 ˚C por encima de ese umbral.
Un estudio publicado en 2020 en Research Gate, ‘Escenario climático de fin de siglo XXI en el Himalaya de Jammu y Cachemira, India, utilizando modelos climáticos conjuntos’, predijo que las temperaturas anuales en Cachemira podrían aumentar entre 4 y 7 °C para fines de siglo, dependiendo de las emisiones futuras.
El estudio señaló que la urbanización en Srinagar y otros asentamientos montañosos exacerba el calor, y los cambios climáticos más amplios siguen siendo el principal impulsor del aumento de las temperaturas.
Jasia Bashir, investigadora del Centro de Excelencia para Estudios Glaciales de la Universidad de Cachemira, dijo a Dialogue Earth: «Las áreas urbanas sienten un calor intensificado debido a la construcción densa y la vegetación reducida, pero toda la región, incluidas las áreas rurales, se ve afectada por la tendencia general al calentamiento (global)».
Cuatro quintas partes de la población de Cachemira dependen directamente de la agricultura. La ola de calor ha dejado a los agricultores, incluidos los de azafrán, destrozados.
Mohammad Ashraf Mir, de la zona de Pampore, en Cachemira, comparte su situación y destaca cómo la menor cantidad de lluvias y el aumento de las temperaturas están obligando a los agricultores de azafrán, incluido él mismo, a abandonar la agricultura para siempre.
“No hay instalaciones de riego. La tierra está reseca hasta los cimientos. Hemos invertido mucho en este cultivo y lo que estamos obteniendo a cambio es una situación insalvable. Llegará el momento en que tendremos que abandonar esta agricultura y hacer otra cosa para vivir”, dijo Mir a IPS.
Según los registros del gobierno, aproximadamente 60 % de la agricultura de Cachemira depende del agua de lluvia para el riego. Sin embargo, en los últimos años, el valle de Cachemira ha experimentado algunas de las temporadas más secas registradas.
El Departamento Meteorológico informa que, en los últimos tres años, las cadenas montañosas de la región recibieron solo 172 milímetros de nieve, una caída significativa respecto del promedio de 622 milímetros.
Según los funcionarios gubernamentales del departamento de Riego y Control de Inundaciones (I&FC), uno de cada cien sistemas de riego se ha visto afectado por el clima seco. Como resultado, el nivel de agua del río Jhelum ha disminuido. Según ellos, la capacidad hídrica general del río Jhelum ha disminuido en 30 %.
¿Y qué pasa con el futuro?
Según un informe detallado preparado por la Red India para la Evaluación del Cambio Climático (INCCA) publicado en 2023, los dos mayores problemas a los que se enfrentará Cachemira en las próximas décadas serán el estrés hídrico y la pérdida de biodiversidad provocada por el cambio climático.
Dice que la pesca, los bosques, los animales, la riqueza de especies y los recursos hídricos de la región están gravemente amenazados por el cambio climático. El 20 % de la biodiversidad reconocida de la región se sustenta en los numerosos humedales de Jammu y Cachemira, que se ven afectados negativamente.
Entre los agricultores que sufren el calor se encuentran los productores de manzanas de Cachemira. Varios de ellos dijeron a IPS que el déficit de lluvias y las condiciones de la ola de calor están causando estragos en la producción de manzanas y causarán grandes pérdidas a las personas asociadas con el comercio de la fruta.
Fayaz Ahmad Malik, presidente de la Asociación de Productores de Manzanas del Norte de Cachemira, calificó la situación de “alarmante”.
Explica que la actual ola de calor no solo obstaculiza el crecimiento de la fruta, sino que también aumenta el riesgo de infestaciones de plagas e insectos.
“El clima seco puede provocar un aumento de las poblaciones de plagas, lo que supone una gran amenaza para nuestros huertos de manzanas. La falta de humedad suficiente afecta al desarrollo de la fruta y hace que los huertos sean más susceptibles a diversas enfermedades”, afirmó Malik.
Los expertos agrícolas destacan la importancia de un riego oportuno y una gestión eficaz del agua para contrarrestar los efectos negativos de la sequía.
“En estas condiciones, resulta crucial que los agricultores gestionen el riego de los huertos. Deberían priorizar la construcción de pozos allí para garantizar un suministro de agua adecuado”, aconsejaron.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
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