Según un reciente informe del Banco Central Europeo (BCE), 163 banqueros españoles percibieron más de un millón de euros en 2019, con una remuneración conjunta de 375 millones, lo que supone una media superior a 2,3 millones, la tercera más alta de la UE.
De hecho la remuneración media de los altos directivos de la banca española solo fue superada por los banqueros de Liechtenstein (2,6 millones) y de Malta (2,4 millones), dos conocidos paraísos fiscales. De esta forma 98 banqueros españoles cobraron entre 1 y 2 millones de euros, otros 30 percibieron menos de 3 millones de euros y 18, entre 3 y cuatro millones.
Estos datos contrastan con que los empleados de la Banca en nuestro país cobran un 30% menos que la media de sus homólogos europeos y que la Banca española, es la segunda de la Unión Europea, tras Irlanda, que menos paga al ahorrador por un depósito y más cobra a una empresa por sus servicios y más comisiones cobra por todo. Desde el año 2008 hasta el cierre de 2020, la banca española ha cerrado 23.170 oficinas. Previéndose que entre 2021 y 2030 liquidarán otras 20.000 sucursales, el 70% del total. Este cierre generalizado está dejando a cientos de miles de ciudadanos sin servicio bancario de cercanía, sobre todo en la llamada España vaciada.
El Banco de España no se enteró de la crisis económica de 2008 originada por la burbuja inmobiliaria, por cierto, no se dignaron a dimitir ni el gobernador ni ninguno de sus altos cargos por ello. Sin embargo, periódicamente nos castigan con informes donde pide más austeridad en los salarios, que no se toque la reforma laboral, que no suban las pensiones, que aumentemos la vida laboral hasta los 70 años y predijeron nefastos augurios por la subida del Salario Mínimo Interprofesional, malos augurios que después no se cumplieron, tampoco pidieron disculpas por ello, ¿por qué en el caso del despropósito de la Banca española no se dice nada?
De la misma manera que exministros y expresidentes, una vez fuera de la política institucional, decidieron seguir haciendo política, pero esta vez de una manera muy provechosa para sus intereses particulares, en el seno de los consejos de administración de las grandes empresas, sobre todo en las eléctricas, el presidente del Banco de España y sus altos cargos están cuidando sus salidas profesionales una vez abandonado su periplo profesional en el mismo y si para ello hay que mirar para otro lado en los desmanes y el abuso que se trae la Banca en nuestro país, pues se mira sin problema.
Recientemente, el gobernador del Banco de España pedía en el Congreso de los Diputados más independencia, muy probablemente para mejorar su espléndido salario y el de los suyos y para presentar nuevos informes donde anunciar nuevas predicciones y restricciones en una aberrante injerencia política, para distraer a la parroquia, sobre todo a la izquierdosa inconformista.
Recientemente hemos sabido que el Banco de España, muy preocupado por su imagen ante los ciudadanos va a contratar, por valor de más de 100.000 euros, a una empresa para que realice un estudio para saber la opinión que los ciudadanos tienen del organismo supervisor. Comprobamos que el gobernador del Banco de España, al mejor estilo del político más mediocre, está más preocupado por la imagen que por realizar una buena labor en el marco exclusivo de sus funciones y competencias.