El cedro es un símbolo de prosperidad en Líbano y parte de su bandera, pero, conforme las temperaturas aumentan, hay cada vez menos zonas donde pueden florecer y enfrentan cada vez más plagas. Puede que ya no existan en este país para fin de siglo.
BOSQUE DE CEDROS BAROUK, Líbano – Los cedros ancestrales de Líbano han sobrevivido a imperios y a guerras modernas. Caminar entre los cedros en la ladera de una montaña se siente como visitar un territorio de seres primigenios.
Algunos de los árboles más antiguos han vivido aquí durante más de mil años, extendiendo sus singulares ramas horizontales como brazos abiertos y enterrando sus raíces en lo profundo del escarpado terreno de cal. Prosperan en el clima húmedo y frío de este inusual ecosistema del Medio Oriente, con picos montañosos que atrapan las nubes que flotan desde el mar Mediterráneo y resplandecen con nieve invernal.
Sin embargo, después de siglos de actos depredadores por parte de humanos, los cedros de Líbano enfrentan la que es quizá su mayor amenaza: el cambio climático, que podría eliminar la mayoría de los bosques de estos árboles que quedan para el fin de siglo.