La Comisión Europea ha presentado el informe «Cambio climático y la dimensión europea del agua», con el fin de mostrar el «significativo impacto» del cambio climático en las reservas acuáticas de la Unión Europea. El Ejecutivo comunitario ha hecho un balance de su política de agua que ha relacionado con el Desarrollo. «Cambio climático y […]
La Comisión Europea ha presentado el informe «Cambio climático y la dimensión europea del agua», con el fin de mostrar el «significativo impacto» del cambio climático en las reservas acuáticas de la Unión Europea. El Ejecutivo comunitario ha hecho un balance de su política de agua que ha relacionado con el Desarrollo.
«Cambio climático y la dimensión europea del agua» es el título del informe presentado por la Comisión Europea y elaborado por 40 científicos europeos, que considera que el cambio climático tiene un «significativo impacto» sobre la situación de ríos y mares europeos, puesto que tiene como consecuencia modificaciones en los índices de precipitaciones y sequías. Según el estudio, las consecuencias del calentamiento global de la tierra -un aumento entre 0,6 y 2 grados centígrados de 1861 a 2000-, se dejan ver en los ecosistemas acuáticos no sólo de los océanos del planeta sino también en los lagos y mares que bañan la UE.
Indica que las variaciones climáticas que se registraron en los últimos años han provocado un aumento del nivel de los mares europeos de entre uno y dos metros cada año, lo que ha tenido «fuertes efectos» en la ecología acuática y en la erosión de las costas. Asimismo, se «intensificó el ciclo hidrológico», que ha originado numerosos episodios de inundaciones y sequías. Mientras que las precipitaciones anuales en el norte de la UE aumentaron entre el 10 y el 40% en el último siglo, en el sur se redujeron en un 20%. El reporte asegura que «la incidencia de peligros naturales de sequía e inundaciones está previsto que se incremente» en los próximos años. Por eso, señala la «urgente necesidad» de que los legisladores europeos desarrollen un nuevo «enfoque al problema», mediante el desarrollo y aplicación de «escenarios de cambio climático», que tengan en cuenta las características de las distintas regiones de la UE.
La Comisión presentó este informe con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebrará el próximo martes, 22 de marzo. Esta iniciativa se creó en 1992, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en aquel año en Río de Janeiro. En esta ocasión, además, técnicos de la Comisión hicieron un balance de las principales políticas comunitarias relativas al agua, una de carácter interno, y otra destinada al apoyo en la gestión de este recurso por parte de los países en vías de desarrollo.
Directiva de aguas
En primer lugar, uno de los técnicos se refirió a la directiva marco del agua, que se promulgó en el año 2000 y en la que participaron numerosos expertos y legisladores europeos. La característica de esta norma es que aglutina a todos los tipos de agua -ríos, lagos, subterráneas, transaccionales y de costas-, tiene en cuenta todos los impactos sobre ellas -industria y agricultura, por ejemplo-, y contiene objetivos de cantidad y calidad del agua. Esta directiva está fundada sobre el «objetivo de la sostenibilidad» y apuesta por obtener una gestión coordinada de la gestión de ríos y otros recursos acuíferos. Asimismo, el técnico explicó que la directiva de 2000 consiguió integrar a todas las normas que existían anteriormente de manera separada, incluyendo, de esta manera, directivas sobre el tratamiento de aguas desechables urbanas, sobre nitratos y la relativa al agua potable y de baño.
Los objetivos principales de esta directiva marco son, en primer lugar, asegurar que todas las aguas de la UE tengan como regla la «buena calidad» de aquí a 2015, y conseguir un único marco de gestión para todo tipo de aguas, independientemente de cuál sea su origen, y conseguir con ello la participación de todos los ciudadanos y los actores sociales.
Agua como política de desarrollo
Por otra parte, el agua es un instrumento de la política de Desarrollo de la Comisión. «Para la UE el acceso al agua es bastante normal, pero para los países en desarrollo el agua fresca y limpia es un reto», explicó un técnico de la Dirección General de Desarrollo. «Más de 1.000 millones de personas en los países en desarrollo no tienen agua potable y más de 2.500 millones no tienen acceso al agua limpia, utilizable para el baño», agregó.
Igualmente, indicó que la política de desarrollo del Ejecutivo comunitario a través del agua está centrada principalmente en África, concretamente, por medio de la «Water Facility», instrumento que tiene por objetivo asistir a este continente en sus necesidades relativas al agua. Este mecanismo fue creado en marzo de 2004 y desde entonces la UE ha destinado unos 250 millones de euros para promover la creación de infraestructuras de agua limpia y mejorar la gestión con respecto a este elemento. Asimismo, según lo previsto, la Comisión destinará al continente africano otros 250 millones de euros antes del final de este año, que servirán para financiar distintos proyectos con el fin de mejorar el acceso al agua en África.