Los políticos de nuestro país prefieren ver tocar a la orquesta mientras el Titanic se hunde. Su falta de sensibilidad social y de formación científica les impide hacerse una idea de la gravedad del problema, y por eso no está entre sus intereses. Porque no nos engañemos, el cambio climático no es su prioridad porque […]
Los políticos de nuestro país prefieren ver tocar a la orquesta mientras el Titanic se hunde. Su falta de sensibilidad social y de formación científica les impide hacerse una idea de la gravedad del problema, y por eso no está entre sus intereses. Porque no nos engañemos, el cambio climático no es su prioridad porque no lo entienden, no entienden la gravedad de la situación ni lo que ello implica para el planeta en general y la especie humana en particular.
Durante estos días de caluroso verano transcurren (de nuevo) las negociaciones para formar un nuevo gobierno. Se suceden día tras día las declaraciones de los miembros de los principales partidos. Día tras día lo mismo: la urgencia de formar un nuevo gobierno para aprobar los presupuestos del año que viene, el techo de gasto o negociar el compromiso de reducción del déficit con Bruselas. Estas son las prioridades del país ahora, y paradójicamente en esto coinciden prácticamente todos los partidos del arco parlamentario.
Hace unos días se publicó el último informe de la Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) sobre el aumento de la temperatura media del planeta. Los datos no dejan lugar a dudas. Tanto el año pasado como este año se están batiendo récords, tanto de temperatura de la troposfera y del océano, como de altura del nivel del mar o la extensión de hielo ártico. Es cierto que el fenómeno de El Niño tiene una gran parte de culpa, pero también lo es que el propio cambio climático está agravando y haciendo más extremo este fenómeno natural.
Pues bien, para los políticos de nuestro país no es relevante que la temperatura media global de la atmósfera esté más de 0.4 °C por encima de la media, o que el nivel del mar haya aumentado en 7 centímetros desde el año 1993 (a razón de 3.3 milímetros por año de media), por no hablar de otros indicadores menos conocidos como la tasa de extinción de especies, los refugiados climáticos, las muertes por eventos extremos, la propagación de enfermedades antes reducidas a países tropicales, la desaparición de ecosistemas de alto valor ecológico (glaciares, arrecifes de coral)…
Fuente: Informe de Síntesis del 5º Informe del IPCC.
Los políticos de nuestro país prefieren ver tocar a la orquesta mientras el Titanic se hunde. Mientras esto ocurre, ellos están enfrascados en sus debates provincianos de quién ocupa qué puesto, si el déficit que nos permite Bruselas está una décima arriba o abajo o de si un partido político tendrá o no grupo propio en el Congreso. ¿Han escuchado ustedes a algún político hablar sobre cómo van a hacer para cumplir el Acuerdo de París? ¿Es el cambio climático una prioridad para algún partido? ¿Es una línea roja? No, hasta el momento las líneas rojas son «Cataluña» o «el Estado de Derecho». ¿De verdad esa es la prioridad para nuestro país? Y, por cierto, para esos partidos que se autodenominan «constitucionalistas», ya podrían velar por que se cumpliera el artículo 45 de la Constitución Española:
- Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.
- Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.
Los políticos de nuestro país tienen un gran problema, su tremendo egocentrismo que les impide ver más allá de sus propios intereses personales. Y claro, aquí llega el otro problema, su falta de sensibilidad social y de formación científica les impide hacerse una idea de la gravedad del problema, y por eso no está entre sus intereses. Porque no nos engañemos, el cambio climático no es su prioridad porque no lo entienden, no entienden la gravedad de la situación ni lo que ello implica para el planeta en general y la especie humana en particular. Pongo un ejemplo. Hoy nos avisan de que con un 1% de probabilidad un asteroide podría estrellarse contra la Tierra. Si esto ocurriera, al día siguiente ya se estaría ideando un plan para evitar el impacto (y sí, un 1% de probabilidad en estos casos se considera una cifra elevada). Sin embargo, cuando se afirma que el cambio climático ya está aquí, que con un 95% de probabilidad éste tiene una causa antropogénica y que el impacto en el mejor de los casos es aumentar la temperatura media global un par de grados (con lo que ello supone para el planeta), en este caso los políticos no hacen absolutamente nada para remediarlo. Es más, siguiendo con la filosofía de escuchar la música mientras se hunde el Titanic, siguen hablando de cómo aumentar el crecimiento económico o incrementar el consumo. Para ellos, es una buena noticia que se construyan más viviendas, que consumamos más, sin importarles que ello suponga un incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero, la destrucción de ecosistemas de alto valor ecológico o el agotamiento de los recursos naturales.
Vivimos en un planeta que no entiende ni de dinero ni de fronteras administrativas
Sin embargo, no hay que olvidar que los políticos son un reflejo de la sociedad. En este enlace podéis ver las principales preocupaciones de la ciudadanía de acuerdo con el CIS. En junio de 2016 las principales eran (por este orden): el paro, corrupción y fraude, problemas de índole económica y los políticos en general. Solo para un 0.1% de los encuestados el medio ambiente estaba entre sus tres problemas principales. Aunque, claro, siempre podría ser peor. Es llamativo que para ninguno de los encuestados estaba entre sus problemas principales las guerras ni los problemas relacionados con la mujer (no se incluye aquí la violencia de género).
Mientras todo esto ocurre, el modelo que todos ellos propugnan, el del consumo y crecimiento sin límites hace que la concentración de CO2 en la atmósfera esté ya casi en las 400 partes por millón. Aunque claro, es bastante complicado de creer que alguno de ellos sepa qué significa esta cifra. En un país cuyos líderes políticos son incultos científicos y con muy escasa sensibilidad social y ambiental preferimos hablar de fronteras administrativas, de reparto de cargos institucionales, de quién se lleva más o menos dinero; olvidando que vivimos en un planeta que no entiende ni de dinero ni de fronteras administrativas, olvidando que el daño al planeta que ejerce un país afecta al planeta entero, que los problemas sociales y ambientales son dos caras de una misma moneda, olvidando que somos un pequeño punto azul pálido en un Universo infinito, olvidando lo especial que es nuestro planeta y que somos la consecuencia de una grandísima carambola que ha hecho no solo que el planeta esté habitado por millones de especies, sino que exista una especie cuyo cerebro racional sea la conciencia de su propia existencia. La paradoja es que esta conciencia pueda acabar con él tal y como lo conocemos.
Enlaces de interés
Informe de la NOAA sobre el estado del clima en junio de 2016 (en inglés)
https://www.ncdc.noaa.gov/sotc/global/201606
Informe de síntesis del IPCC (5º informe) (en español)
http://www.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar5/syr/AR5_SYR_FINAL_SPM_es.pdf
Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?El-cambio-climatico-ya-tal