Para Irene Iglesias Díaz-González, que es biomédica y culé (y está muy avergonzada… de lo segundo por supuesto). Después de varios años dando vueltas al denominado «derecho a decidir» podemos sacar una serie de conclusiones. Como tal no tiene sentido si no indicamos a ‘qué’ se tiene derecho y ‘quién’ lo tiene. Tal como se […]
Después de varios años dando vueltas al denominado «derecho a decidir» podemos sacar una serie de conclusiones. Como tal no tiene sentido si no indicamos a ‘qué’ se tiene derecho y ‘quién’ lo tiene. Tal como se ha utilizado en Catalunya se entiende que el ‘qué’ se refiere a decidir si Catalunya quiere separarse de España y el ‘quién’ a todos los ciudadanos que viven en Catalunya. Así entendido dicho derecho no es más que un eufemismo del «derecho a la autodeterminación» que sí existe y está aceptado y definido por los organismos internacionales, indicando qué colectivos o territorios lo tienen. En este caso Catalunya no cumple ninguna de los requisitos para tal derecho. No creo que nadie sostenga que Catalunya, la comunidad más rica de España y una de las más ricas de Europa , sea una colonia. Además, el derecho de un territorio a la secesión no tiene límite y es insostenible, al menos desde los valores mínimamente progresistas, no digamos desde la izquierda. Los territorios con más riqueza reclamarán este derecho poco a poco. A modo de ejemplo, en Alcobendas el barrio con rentas más altas reivindica este derecho a separarse de los barrios menos favorecidos socialmente. Pero tenemos un ejemplo mucho más próximo, Bellaterra también reclama separarse de Cerdanyola del Vallés. No sería de extrañar que Pedralbes solicitara tener municipio propio.
Anna Estany (2016)
¿Cómo instalamos el discurso socialista en una fase en la que, lejos de desmentirse los temores de nuestros mejores referentes del pasado, se consuma este proceso que es, otra vez, el de una crisis de civilización? Porque en esto estamos. Como hace cien años. En una ofensiva que no es la del fascismo movilizando a las masas contra la revolución, sino la del propio sistema viviendo de la extinción del sistema circulatorio de los sectores populares, para enfrentar al individuo contra que parece querer presentarse como el orden natural de las cosas tras el grave malentendido de la historia del movimiento obrero. Y, cuando llega ese temor, la respuesta puede encontrarse en una formidable exigencia de restitución de la soberanía que se reclamará también desde el aggiornamento de la extrema derecha, que quizás está viendo cumplidos, a 70 años de la derrota del fascismo.
Ferran Gallego (2016)
Ser libre de obnubilación ideológica no quiere decir, hoy, ser libre de ideología, sino saber que se está preso en ella en mayor o menor medida y ser así, en principio, capaz de criticar la propia prisión.
Manuel Sacristán (1969)
Los dos primeros textos llevan la firma de dos de los intelectuales más sólidos que he conocido hasta el momento. El tercero no necesita justificación explicación; me aplico el cuento por supuesto.
Me atrevo a llamarles la atención sobre un artículo de David Brooks –http://www.jornada.unam.mx/2016/07/11/opinion/021o1mun– y sobre este fragmento del texto: «Los datos lo comprueban: en el país más encarcelado del mundo, casi 40% de reos son afroestadunidenses (sólo son 13% de la población nacional), uno de cada seis han estado en la cárcel sólo desde 2001 y uno de cada tres probablemente acabará en la cárcel… Dicho sector de la población corre un riesgo 21 veces mayor que los blancos de morir por balazos de policías (ProPublica). La profesora Michelle Alexander, de la Universidad Estatal de Ohio, en su libro The New Jim Crow, reveló que «hay más afroestadunidenses bajo control correccional -en prisión o libertad condicional- que los que estaban esclavizados en 1850, una década antes del inicio del la guerra civil»». Más aún, añade Brooks, «Estados Unidos encarcela un porcentaje más grande de su población negra que Sudáfrica en los tiempos del apartheid».
Aquí, en .Cat, las cosas se acumulan: absuelto el acusado de filtrar los sueldos de TV3, el departamento de Justicia del gobierno de la Generalitat usó argumentos incorrectos para ceder un hospital público -Duran i Reynals- al grupo Hestia (un macrocontrato de 500 millones de euros y 30 años de duración); parece ser, según cuentan, que CDC se ha «refundado» como PDC cambiando la C por la P; dos niños muertos en un incendio en el Besós que no hubieran sucedido seguramente en otras circunstancias sociales,… Pero no se puede hablar de todo. Además, las vacaciones están llamando a nuestras puertas (a algunas de nuestras puertas, perdón por la imprudente generalización). Brevemente pues
1. El cantante: Quim Portet.
La información: «Quimi Portet ha denunciado vía twitter que un camarero de un ferry de Baleària que une Ibiza con Formentera no le quiso atender por hablar en catalán».
El ex integrante de ‘El último de la fila’ subió el domingo 3 de julio en esa red social una imagen del trabajador y escribió esta «ajustada descripción»: «este camarero no entiende ‘café con leche'». Vale. En una segundo tuit aseguraba que el camarero le había respondido al hacer el pedido: «En gallego, español, francés, inglés y hasta en italiano lo entiendo, en catalán o mallorquín, ya no».
El tuit fue rápidamente compartido por muchos otros usuarios, como los fuegos que incendian praderas predispuestas. La compañía pidió disculpas al cantante: «desde Baleària no admitimos este trato a ningún cliente. Tomaremos las medidas oportunas». Muchos usuarios han apoyado el cantante. Otros, en cambio, le han recriminado que publicara una imagen del trabajador ante posibles decisiones represivas de la empresa. El cantante ha afirmado que no se arrepiente y ha añadido: «hice lo que en ese momento pude hacer».
Yo no escribí ningún tuit y sé que Baleària es una empresa valenciano-blavera. Si lo hubiera escrito no hubiera sido un entusiasta de QP, por mucho que respete -y piense que hay que respetar- los derechos lingüísticos de él o de cualquier otro ciudadano o ciudadana. ¿No había otra forma de solucionarlo? ¿Es tan difícil decir «café con leche» en lugar de «cafè amb llet»?
No lo es, claro, pero se dirá y añadirá: tampoco es tan difícil entenderlo y Portet tiene todo el derecho del mundo en hablar en catalán, en ese barco o en cualquier otro lugar. De acuerdo, por supuesto, por supuestísimo. No digo, no estoy diciendo que el camarero tuviera una actitud ejemplar (aunque me extraña, porque resulta muy extraño, que las palabras fueran esas y no otras, y no hubiera nada más). Sea como fuere, supongamos lo que no acabamos de admitir, ¿cabe denunciarlo en la red con fotografía incluida? Imaginemos que PI, AG, XY o quien quieran ustedes hace ese trayecto y pide un café con leche. El camarero responde, en catalán, que no lo entiende, que él solo habla gallego, inglés, italiano, francés, alemán y catalán, pero no castellano (aunque,de hecho, lo hable o lo entienda). ¿Le arrojaríamos a los leones empresariales por ello? Por supuesto que no. ¿Una persona de izquierdas hubiera actuado así ante la colisión de su sentimiento nacional-lingüístico (muy acentuado en el caso de Portet, no tanto cuando cantaba según recuerdo con Manolo García) y la situación laboral de la persona que lo atendiera? ¿Hay que buscar encontronazos, con energía, sin miedo, sin arrepentirse, ·y demostrar» de paso lo que previamente se piensa que ya ha sido demostrado (es decir, que los españoles o una parte notables de ello son unos cafres) o hay que ubicarse en escenarios que permitan acercarnos y entendernos? ¿De trata de golpear y golpear hasta enterrarnos nosotros mismos en el mar?
La cuestión de fondo: ¿buscamos puntos de separación, sea como sea y a costa de lo que sea, o intentamos puntos de encuentro nada difíciles por lo demás? ¿Qué pensará el trabajador afectado, sus familiares y amigos, tras lo sucedido? ¿No hubiéramos ganado comprensión con otra actitud y otros procedimientos?… ¿O será que nos importa un bledo lo que piensen o sientan «los trabajadores españoles», adversarios por definición?
2. El artista: Jordi Savall.
En el número 26 de Minerva, la excelente revista que publica el Círculo de Bellas Artes, puede leerse un artículo de Jordi Savall: «En defensa del patrimonio musical español». No cabe resumirlo y vale la pena leerlo. Tiene su origen en el premio que el CBA, enero de 2016, otorgó a la brillante trayectoria del músico catalán. Savall inicia su reflexión (en diálogo con José Ángel Vela del Campo) con estas palabras: «A pesar de los muchos premios y medallas que he recibido, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes me hace especialmente feliz por provenir de una entidad y un grupo de personas comprometida desde hace tiempo con el empeño de acercar y dar a conocer al público la belleza de las artes». Mejor imposible.
Pero me centro en el último apartado del artículo: «Protesta y compromiso». Dice así:
«Cuando rechacé el Premio Nacional de la Música en 2014, en protesta por la política cultural del gobierno, fue una decisión difícil que no todo el mundo entendió. Pero no me arrepiento. Otra cuestión de actualidad sobre la que también me siento en la obligación de pronunciarme es el problema grave que tenemos actualmente en España con el proceso soberanista en Cataluña».
Parece incluirse en el España. Bien, muy bien. Sigue:
«Hace siete años, en un momento de conflictos entre Oriente y Occidente, la Unión Europea me nombró Embajador para el Diálogo Intercultural. Los conflictos entre diferentes culturas aparecen cuando no hay diálogo intercultural, un diálogo para el cual las culturas deben situarse al mismo nivel. Cuando una cultura se sabe más potente, más fuerte, porque es más numerosa, entonces es cuando empiezan los conflictos».
Como principal general, sin entrar en más detalles sobre orígenes de conflictos menos culturales, también podemos estar de acuerdo. Sigue:
«Por otra parte, creo que a veces se nos olvida que aquí el conflicto se produce entre políticos catalanes y políticos españoles. No creo que exista un conflicto a nivel humano. Ahora bien, creo que es importante recordar que el respeto viene de aceptar otra cultura como es, de respetarla, de aceptar que su forma de ser puede ser diferente de la nuestra. El diálogo solo es posible cuando se dan esta igualdad y este respeto. Y cuando esto no existe es cuanto empiezan los problemas. ¿Y qué se puede hacer? Lo primero que hay que hacer para solucionar un problema es reconocer los errores de cada parte. Solamente si se reconocen los errores o o los hechos puede haber reconciliación. ¿Por qué el problema armenio no está resuelto? Porque hay una parte, la turca, que no acepta que hace cien años se produjo un genocidio. Mientras los turcos, que cuentan con el apoyo de muchos otros gobiernos por intereses comerciales, no reconozcan estos hechos, el pueblo armenio no podré encontrar la paz. Esto ha pasado también en Sarajevo y en Palestina. Y aquí, en nuestro país, pasa un poco lo mismo. Mientras no reconozcamos que hemos cometido errores, no podremos llegar a una reconciliación. Para poder convertir en paz de nuevo el camino pasa por el respeto entre culturas. Porque la lengua es cultura, la historia de la lengua de un país moldea su cultura. Yo me siento catalán, pero también me siento en casa en la cultura española».
Hasta aquí Savall. Mil preguntas resuenan en nuestros corazones. Una muestra más o menos representativa: ¿los errores de todas las partes? ¿De todas? Vale, muy bien, empero, ¿errores o estrategias de enfrentamiento con ganancias calculadas en los restos?
¿Deberíamos hablar de cultura o culturas al hablar de España? ¿Y cuándo hablamos de la cultura catalana? ¿En singular o plural? ¿Poveda y Llach forma parte de la misma cultura? Perfecto, sin problemas.
¿Hay alguna comparación posible, que sea pertinente, entre el problema armenio, la trágica situación palestina, lo ocurrido en Saravejo y la situación actual de Cataluña? ¿Se puede afirmar, sin exageración desmedida, que aquí, en nuestro país, pasa un poco lo mismo? ¿Qué pasa aquí, pidiendo concreción, para afirmar que pasa lo mismo que en los casos señalados?
¿La historia de la lengua moldea hasta ese punto la cultura de un país? ¿Somos tan románticos, lingüísticamente hablando? Más aún: ¿son tan distintas estas dos variantes, catalán y castellano, del latín? ¿Podemos hablar de hecho de culturas homogéneas y sin disidencias? ¿Existe en algún lugar una homogeneidad así? ¿Qué opresiones graves ha recibido la cultura catalana en estos últimos años?
Si Savall se siente catalán y se siente como en casa en la cultura española, ¿entonces se puede entender que muchos ciudadanos de Cataluña se sientan catalanes y españoles, o incluso algunos más españoles que catalanes (no es mi caso en ningún caso de los señalados)?
¿Deberíamos hablar, haciéndolo con precisión, en términos de reconciliación? ¿De verdad? ¿Tan distanciados estamos?
Los políticos catalanes (algunos de ellos más bien), los políticos españoles (también algunos en este caso), a los que alude Savall, ¿no han estirado y manipulado a los ciudadanos todo lo que han podido y algo más hacia posiciones de ruptura y separación?
3. El culé avergonzado.
«Tots son Messi», todos somos Messi, es el lema lanzado por la multinacional Barça-Qatar para apoyar a la «estrella argentina». Se insiste de nuevo en la amenaza exterior, en el España o afín que nos roba o que en este caso nos persigue, representada en este caso por la abogada del Estado, Marta Silva, de la que se dice y afirma una y mil veces que fue directiva del Real Madrid y que, con eso, «ya está todo dicho». ¿Y la inhibición de la fiscalía cuyo representante en el juicio no solicitó prisión para el futbolista? ¿La doctrina del florero, la de Cristina de Borbón, es la que se impone?
Los recuerdos los hechos: el delantero ha sido condenado a 21 meses de cárcel -pero no entrará en prisión, está veraneando tranquilamente en Ibiza, con yate y familia- por tres delitos fiscales entre 2007 y 2009.
Algunas de las declaraciones de la multinacional Barça, entre lo peor de su historia, que no es, de ninguna manera a no ser que queramos cegarnos, una historia admirable: «No vamos a tolerar que se trate a Messi como un delincuente». «Leo es nuestra estrella y tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que se sienta respaldado y querido». «Leo, quien te ataca a ti, ataca al Barça y su historia». «La volveríamos a impulsar a pesar de la polémica que ha generado». «Lo que nosotros defendemos es que una persona está siendo tratada de forma injusta. Puede haber interpretaciones y críticas, pero no hay infracción penal y ni siquiera la sentencia es firme» «Messi ha pagado más de 50 millones a Hacienda para regularizar su situación».
(Sobre estos 50 millones, una equivalencia: si en mis 50 años de trabajo, hubiera ganado lo que gano en estos momentos (con trienios y sexenios, todos ellos acumulados, más mi condición de catedrático de secundaria), hubiera ganado a lo largo de toda mi vida menos de 2 millones de euros. Pongamos 2 millones. Esos 50, equivalen al sueldo de toda la vida de unos 25 profesores. Los 50 de una sola tacada).
¿Se imaginan una campaña con el lema «Todos somos Jordi Pujol»? Se la imaginan… Vale, vale, de acuerdo, es posible. ¿Se imaginan una campaña con el tema todos somos Félix Millet, todos somos Filesa, todos somos Naseiro, todos somos Púnica, todos somos Bárcenas, todos somos Rita? ¿No es lo mismo? ¿Dónde están las diferencias? ¿No es también la inversión de aquel «hacienda somos todos»? ¿Concienciamos así de la obligación de cumplir nuestras obligaciones fiscales?
Por cierto, ¿no tienen nada que decir los representantes políticos catalanes, los que deben cuidar de la salud y corrección del debate público? ¿O no nos atrevemos con el asunto Messi para no ser acusado de anticatalanismo?
A pesar de toda esta infamia, algunos seguimos siendo culés. No tenemos remedio. No muestren ninguna comprensión, no nos la merecemos. La vergüenza se acumula una y otra vez y nos hace pensar en las manos en las que ha estado este club, casi sin excepción, desde los tiempos de José Luis Núñez.
Para mirar, oler y salir corriendo. A galope. ¿Por qué somos algunos tan merluzos?
Finalizo. Una nota sobre los CIE, del profesor Jordi Mir Garcia: «Ayer [lunes 11] no se permitió la entrada al CIE de los técnicos del Ayuntamiento de Barcelona. La batalla por el cierre del CIE entra en una fase de enfrentamiento por la legalidad en la que el Ministerio no hace caso de la autoridad municipal: http://www.eldiario.es/catalunya/barcelona/Policia-Nacional-Ayuntamiento-Barcelona-CIE_0_536147108.html https://directa.cat/actualitat/policia-espanyola-impedeix-un-equip-dinspeccio-de-lajuntament-de-barcelona-entrar-al-cie
Dos referencias más, dos artículos de Antonio Santamaría (valen la pena, disfruten con su lectura):
1.»Estelada, conspiraciones y corrupción». http://www.elviejotopo.com/topoexpress/estelada-conspiraciones-y-corrupcion/
2. «El príncipe de Lampedusa en Barcelona». http://www.elviejotopo.com/topoexpress/el-principe-de-lampedusa-en-barcelona-de-cdc-a-pdc/
Me olvidaba: Jordi Llovet, «L’assaig humorístic de Stevenson». El País (Quadern, dijous 14 de juliol de 2016), p. 6. ¡Excelente en mi opinión!
PS. Para recordar viejos tiempos en los que identidad de clase era ante y sobre todo nuestra identidad más esencial: una carta de unos compañeros sindicalistas y cañeros (que no es uno y lo mismo como sabemos). Dirigida al Departament de Treball, Afers Socials i Families de Catalunya. La huelga de 2015 en primer plano:
«Tras la Huelga de las contratas y autónomos de Movistar en 2015 se han dado una serie de incumplimientos graves, que necesitamos que tengan una respuesta clara por parte de la Generalitat.
El primero cronológicamente y por importancia son las represalias y despidos a huelguistas de Catalunya, muchos de los cuales han sido ganados como juicios nulos, otros están aún pendientes y ello a pesar de que en los acuerdos estatales y en los que se firmaron aquí con el colegio de Abogados de Barcelona de mediador dejaban bien claro que eso no sucedería. Podemos aportar anexo 1 con todos los que han padecido esta situación, así como las resoluciones de Inspección que aún están pendientes en Treball de confirmar la vulneración del derecho de huelga al ser sustituidos por trabajadores que venían de otras empresas o lugares.
El segundo es que las empresas no han dejado de incumplir los convenios del metal, a pesar de las investigaciones del equipo de Inspección que valoramos muy positivamente. Sabemos que este equipo se formó en 2014 después de una coordinación por la base, horizontal, entre los comités de empresa de las principales contratas de Catalunya que trabajan para Movistar en el comité de empresa de Telefónica, tras una visita al Parlament y que la Conselleria concretó después con un plan de trabajo. Tras la huelga del 2015 tomo impulso mayor número de denuncias de falsos autónomos que eran citados a declarar junto a la Inspección general que se llevaba a término.
Este buen trabajo de Inspección de Barcelona no ha sido desarrollado en Lleida, Tarragona y Girona, donde sí se han dado casos de represión y por ello solicitamos que se haga extensiva la tarea a toda Catalunya.
Durante 2016, con la difusión de los acuerdos publicados en BOE hemos visto como muchos trabajadores autónomos y comités de empresa o secciones sindicales han vuelto a denunciar que continua incumpliéndose la ley, desde la básica del Estatuto de los Trabajadores (no hay registros de entrada y salida en los centros y se extiende la jornada sin compensar exceso de horas), pasando por el convenio provincial del Metal (en materia de salud laboral, EPIs, trabajos acompañados en altura, camuflar accidentes, etc) hasta las compensaciones por trabajos con baremos unilaterales de las empresas o compensaciones por trabajos en sábados o festivos. Podemos aportar pruebas de todas las empresas y denuncias actuales (anexo 2)
En concreto y visto que la patronal ha decidido recurrir todas las sanciones impuestas por la Inspección de la Generalitat, solicitamos verlas para poder aportar ya que somos parte afectada y crear una grupo de trabajo con personas del Departament con los cuales tratar el tema en un marco Autonómico de Relaciones Laborales y destinar más recursos a que no se reiteren más sanciones, sino que se corte de raíz este métodos de subcontratar, pasando a ser plantilla de las contratas como se dijo que se haría en los acuerdos. Sabemos que la principal responsable es la Patronal con sus métodos.
No es una cuestión de que el nuevo equipo de Inspección de Trabajo actué solo en Telefónica-Movistar que es la empresa Nº 1 en beneficios del país, sino que es un método de organizar el trabajo con precariedad para no cumplir la ley, que también hacen en Orange, Vodafone, Jazztel, etc y el plan de actuación debe ser global como pide la Marea Azul.
Es imprescindible también relatar la negativa experiencia que han tenido los compañeros de Madrid al ver la poca atención que allí han dedicado al fraude legal masivo en las empresas Operadoras de Telecomunicaciones con las denuncias presentadas y por ello les comunicamos que nos dirigimos al Ministerio de Trabajo para presentar una queja colectiva a la nula actitud del Gobierno del PP».
Las personas que firman el escrito son las persona que trabajan en las contratas de Telefónica. Los representantes de los trabajadores somos: Josep Bel, Jose Domingo, Francesc Queralt, Cristina Pons, Jose Guillermo Llerena, Javier Marco, Antoni Jimenez, Florencio Blanco, Francisco Selas, Francisco Andreu, Jose Manuel Jurado, Isidoro Lorente, Carlos Lopez, Magnus Dan Olsson, Osmar Noble, Eleazar Barrio Elou Lauro Guzman, Miguel Moya , Manuel Aguado, Jose Mº Benin,y Oswaldo Wladimir (de Telefónica, Cotronic, Itete, Abentel, Comfica, Elecnor, Cobra, Spark Iberica, Dominion y Liteyca).
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.