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Enfermedades transmitidas por vectores y cambio climático

El caso de la epidemia de zika

Fuentes: Rebelión

INTRODUCCIÓN Con este escrito abordaremos un problema de salud que en los últimos meses ha sido noticia en los grandes medios de comunicación y se ha convertido en alerta sanitaria internacional: La epidemia por el virus Zika y su relación con graves anomalías neurológicas al feto y recién nacido. Las infecciones transmitidas por vectores, en […]

INTRODUCCIÓN

Con este escrito abordaremos un problema de salud que en los últimos meses ha sido noticia en los grandes medios de comunicación y se ha convertido en alerta sanitaria internacional: La epidemia por el virus Zika y su relación con graves anomalías neurológicas al feto y recién nacido. Las infecciones transmitidas por vectores, en concreto por mosquitos, son habituales en climas tropicales y subtropicales. En esas zonas se ha perpetuado la transmisión en un equilibrio ecológico en zonas boscosas y selváticas y los cuidados de sus habitantes para evitar su acumulación y posibilidad de picaduras han sido tradicionales a través de protecciones locales en personas y medio ambiente cercano. Pero la expansión del vector a las zonas urbanas y su extensión geográfica, junto a la aparición de nuevos tipos, tienen causas más amplias a las que no se les está prestando suficiente atención; centrándose las medidas en la eliminación del vector sin atender a las causas de su intensa reproducción. Además, se muestran repetidamente imágenes de fumigaciones masivas como si esas fueran la solución al problema.

Las soluciones, sin embargo, deben pasar por actuar sobre las causas estructurales como el cambio climático, que a su vez se produce por un modelo mercantilista de crecimiento industrial imparable del sistema capitalista. Este modelo está siendo criticado y resistido por las poblaciones campesinas e indígenas. Estas personas y organizaciones que luchan contra los monocultivos donde se utilizan agrotóxicos y transgénicos y contra los grandes complejos industriales que contaminan sus tierras, causantes de la deforestación y del cambio climático, siguen siendo reprimidos. Y no solo eso sino que, en países dictatoriales apoyados por Estados Unidos, son asesinadas impunemente. El caso de la luchadora Berta Cáceres, en Honduras, ha sido el más visible, pero esconde miles y miles de activistas y militantes asesinados por reclamar la tierra para el campesinado y no para latifundios y petroleras.

Aunque nuestro objeto de estudio es la epidemia por el virus Zika, inevitablemente hablaremos de otros arbovirus que se presentan previamente o concomitantemente con ella. Profundizando en sus causas hasta llegar a las menos visible tratando de enlazarlas y conectarlas para plantear la necesidad de su intervención en todas ellas. Es por todo eso que en este escrito no hablamos de luchar contra el mosquito, sino de preservarlo en sus hábitats naturales y evitar su expansión descontrolada. Lo que nos lleva a las causas sociales y políticas que son las que en última instancia crean y perpetua esta situación económica y medio ambiental tan graves para la vida. Y en este sentido es esencial luchar contra estas políticas, comenzando por nuestros propios pueblos y apoyando las luchas de otros pueblos cercanos y lejanos.

En este, como en otros escritos anteriores, casi todos relacionados con temas de salud, utilizamos y nos ayudamos del análisis marxista y el método dialéctico. Lo que implica analizarlo en su devenir histórico y relacionando sus características y determinantes para avanzar en su conocimiento y proponer las medidas de prevención más adecuadas. Llegar a la raíz del problema en sus contradicciones y procesos causales para actuar y cambiar. Porque el marxismo no solo busca transformar una sociedad profundamente injusta como la capitalista, sino también avanzar en los análisis de las ciencias y de nuestros propios comportamientos personales y sociales, no para ser unas personas muy eruditas y sabias sino para ser personas y militantes honestas que luchan -al ritmo que les permitan sus circunstancias personales y sociales- por transformar y cambiar a nuevos estados y situaciones, personales (donde incluimos las profesionales) y sociales (del barrio, ciudad, sindicato y asociación u organización donde militemos).

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La historia de la epidemia del virus Zika es corta y poco conocida. Hasta el año 2007 solo se habían notificado casos esporádicos de la enfermedad en algunos países de África y Asia, en concreto 14 casos de infección humana (1). Fue aislado por primera vez en 1947 en monos Rhesus, en el bosque de Zika cerca de Entebbe, en Uganda (2). A lo largo de todos estos años se ha podido aislar el virus por distintas técnicas de laboratorio en países del Sudeste asiático, en Malaya y Borneo, Gabón, Nigeria, Pakistán, República de Indonesia, Senegal y la ya nombrada Uganda (3). En todos estos casos el mosquito transmisor, del género Aedes (Ae), pertenece a las especies: Ae. Africanus, Ae. Luteocephalus y Ae. Aegypty.

Como su propio nombre indica, el mosquito Aedes Aegypty es originario de Egipto llegando a las Américas en los barcos, donde encontró un hábitat ideal por su temperatura y por sus bosques y selvas que los adaptó a la zona. Posteriormente, tras los procesos de deforestación, llega a las ciudades donde se reproducen en charcas estancadas y se adaptan a la vida urbana en floreros, jardines y en las cálidas habitaciones. Estos cambios han permitido la extensión y desarrollo del dengue, la malaria o la fiebre amarilla, por nombrar a las más conocidas e importantes históricamente.

En el año 2007 se declara el primer brote epidémico en las islas Yap de los Estados Federados de Micronesia. El estudio de esta epidemia indagó en el tipo de infección en la población, en los nichos de los mosquitos, cuya especie predominante fue el Ae. Hensilli, así como en posibles factores de riesgo ambientales y socio-demográficos (3). Posteriormente, la viremia se expande -también en forma de brotes epidémicos- por varias islas del Pacífico. Entre 2013 y 2014 tuvo lugar un brote en la Polinesia Francesa que incluyó a Nueva Caledonia y, desde entonces, se han detectado en las islas Cook, las Islas Salomón, Samoa, Vanuatu y la Isla de Pascua (1).

A comienzos del año 2015 se notifican los primeros brotes del virus en Brasil, desde los Estados de Río Grande do Norte y Bahía se extiende a casi todo el país; serán sus servicios de vigilancia epidemiológica los que detecten un número mayor del esperado de microcefalia en recién nacidos que son pronto relacionados con las epidemias por Zika. Tras la detección del Zika en Brasil, se notifican transmisión autóctona en otros países de la Región de las Américas y a cada vez más países de todo el mundo, una vez declarada la alerta internacional. Desde el 1 de enero de 2007 hasta octubre de 2016, se ha documentado transmisión autóctona del virus Zika en 73 países y territorios (4).

 

Fuente: Centros para el Control y Prevención de Enfermedades CDC y ECDC

 

EPIDEMIOLOGÍA

La infección por el virus Zika, al igual que el dengue y la infección por virus chikungunya, se producen a través de la picadura del mosquito hembra del género Aedes. El ciclo de estas infecciones parte de dos vías principales, la selvática, donde los primates no humanos actúan como reservorio, y el urbano donde el ser humano actúa como huésped amplificador. Cuando los seres humanos son picados por mosquitos que portan el virus, pueden extender la infección al ser nuevamente picados por mosquitos libres de la infección y así se transmite de unas personas a otras que viven cercanas y en zonas donde el vector se reproduce con facilidad. En estos ambientes urbanos el vector deja sus huevos en charcas o recipientes con agua, aunque el agua del recipiente se renueve los huevos pueden ir a la tierra y en cualquier oquedad, como una hoja, y tras las lluvias, puede permitir la eclosión de los huevos a las formas maduras. También existe la posibilidad de transmisión directa entre personas, a través de la sangre y en el proceso del parto. La transmisión sexual ha sido notificada en la infección por Zika.

En el primer brote epidémico declarado, en el año 2007 en las islas Yap de los Estados Federados de Micronesia, se realizaron estudios serológicos a una muestra representativa de la población de las islas. El 73% de la población de la muestra presentaba anticuerpos frente al virus, esto es, habían sido infectados aunque en muchos casos hubiese pasado desapercibido por la ausencia o levedad de los síntomas. Se estimó que más de 900 personas habían enfermado por Zika de un total de la población censada de 7391. Además, la infección afectó a todas las zonas de las islas. Se analizaron las aguas estancadas de los alrededores de las viviendas estudiadas, y se detectaron diferentes especies de mosquitos, el Aedes Hensilli es una especie que predomina en las islas y el más relacionado con el dengue, lo que hace muy plausible que fuera el vector transmisor. La frecuencia fue mayor en mujeres que hombres, y en personas de avanzada edad respecto a la población más joven. Sin embargo, los títulos serológicos que mostraban una mayor intensidad de la infección fueron más frecuentes en los varones, quizás por su mayor exposición al vector. La amplitud de la infección hace sospechar que la población no estaba previamente protegida, inmunizada, al virus. Esta ausencia de exposición previa al virus, hace sospechar de una introducción reciente del Zika en la zona (3).

Se considera muy poco probable que los primates, otros vertebrados, y pájaros, reservorios habituales del virus, sean los causantes de esta entrada de la enfermedad. Esto refuerza la idea de que la aparición del brote se deba al vector y a humanos infectados. Y aunque no se han encontrado personas enfermas en Yap que vengan recientemente de un viaje fuera de las islas, el virus puede haberse expandido de una persona con infección asintomática. Los viajes entre las islas Yap y Filipinas son habituales y en dichas islas la transmisión por Zika ha sido notificada (3).

El hecho es que desde enero de 2012, la Región del Pacífico ha experimentado un incremento de los brotes de dengue, chikungunya y Zika en humanos. El seguimiento en la región de estas infecciones humanas, desde enero de 2012 a septiembre de 2014, detecta hasta 28 brotes, 18 de Dengue (tipos 1-4), 7 de chikungunya y 3 de Zika. Y dentro de este periodo, en el primer semestre del año 2014, el número de brotes y la circulación del mosquito se incrementaron claramente. El dengue tipo 3, fue el dominante junto a una expansión del virus Zika: Tras la primera epidemia ya comentada del año 2007, el linaje asiático del virus -esperable por su cercanía geográfica- reaparece en la Polinesia francesa en octubre de 2013 y ha sido la causa de importantes epidemias en Nueva Caledonia. En todo el archipiélago es una realidad que esta infección se ha expandido junto con un incremento de las complicaciones neurológicas (5).

Curiosamente, mientras el dengue es una infección muy habitual en las Américas, es más esporádica y las epidemias aparecen más raramente en la Región del Pacífico. En esta Región no se habían producido grandes epidemias y los casos detectados fueron fundamentalmente de un solo serotipo, el dengue-1. Es en el año 2012 cuando se producen brotes epidémicos de 4 serotipos, aunque el dengue-1 sigue siendo el dominante. Los brotes por este serotipo son importantes, como el de Nueva Caledonia con 10.978 casos confirmados y 5 muertes. Pero también se notifican brotes por dengue-2 y 4, con personas afectadas de entre 400 y más de 700 en otras islas (Tuvalu y Kosrae), además de la confirmación de la circulación de dengue-2 en Fiji. Por otro lado, tras 18 años de ausencia en la región de dengue-3, este serotipo del virus se ha re-introducido en la región y ha provocado importantes epidemias como la de Fiji con 25.300 casos sospechosos y 15 muertes (6).

El primer brote de virus chikungunya notificado en la Región del Pacífico fue pequeño y controlado y ocurrió en nueva Caledonia en el año 2011. En Papúa Nueva-Guinea entre los años 2012 y 2013 se produce la mayor epidemia en la Región con una estimación de decenas de cientos de casos que fue causada por una rama del virus procedente del sur, centro y este africano. El linaje asiático de este virus produjo brotes en el estado de Yap y en Nueva Caledonia en medio de una importante epidemia de dengue-1. Estos distintos brotes por chikungunya en diferentes zonas de la Región del Pacífico se relacionan con la expansión del mosquito Aedes Albopictus. 

Es, por tanto, importante resaltar que el comienzo de esta oleada epidémica por Zika en las islas del Pácífico se produce tras la notificación de importantes brotes por virus chikungunya, así como epidemias previas de dengue. El riesgo de extensión en esta zona es alto por varias razones, primero por el bajo grado de inmunidad frente a algunos tipos de virus, como el dengue-3 -que no circulaba en la Región desde el año 1995- y frente a los anteriormente escasos chikungunya y Zika. En segundo lugar por la presencia de vectores de dichas enfermedades como el Ae. Aegypty y el Ae. Albopictus, pero también otros locales como el Ae. Polynesiensis o el Ae. Hensilli, que también pueden transmitir estas enfermedades. Y, tercero, por la gran movilidad y viajes aéreos existentes en la región (5). Esta situación epidemiológica claramente nueva en los últimos años de estas tres enfermedades en la Región del Pacífico, puede ser el posible eslabón de la transmisión del Zika desde Asia, incluso África, hacia las Américas. La secuencia temporal de la notificación de casos y brotes así lo sugiere.

A principios del año 2015, al servicio de Salud Pública de la ciudad de Natal, en el Estado de Río Grande do Norte de Brasil, le llega la notificación de pacientes que presentaban un «síndrome similar al dengue». En el mes de marzo, los estudios de laboratorio confirmaron que no era ni dengue ni chikungunya lo que provocó nuevos estudios para identificar al virus, que resultó ser Zika. Se confirman 8 casos, de los cuales 7 eran hombres; la edad media fue de 39 años con un rango de 18 a 65 años. Estos primeros casos de Zika declarados en el noreste del país suponen la primera identificación de transmisión autóctona de Zika en Brasil. El estudio genético mostró que la secuencia era muy similar a una secuencia de ADN similar a la del linaje asiático del virus, coincidiendo con los resultados obtenidos en los brotes previos que se investigaron en las Islas del Pacífico. Pero rastrear como apareció el Zika en Brasil requiere estudios retrospectivos más detallados que en la actualidad no se tienen (7).

Sin embargo, un grupo de investigadoras plantean como hipótesis que la infección pudiera haber llegado durante la Copa Mundial de la FIFA (Asociación de la Federación Internacional de Fútbol), en el año 2014. De hecho la capital del Estado Río grande do Norte: Natal, fue una de las ciudades donde se realizaron las primeras competiciones entre diferentes países del mundo. Recordamos el alto riesgo de expansión en un virus como este, emergente, nuevo; con una población que no ha desarrollado inmunidad frente a él; por la alta movilidad de la población y en una zona de transmisión de vectores. Todo ello en un contexto epidemiológico de co-circulación de dengue y chikungunya cuyas consecuencias son aún desconocidas (7). En la Polinesia francesa los casos de Zika se asociaron a complicaciones neurológicas y autoinmunes y se produjeron junto a una importante circulación de dengue; y el dengue es una infección habitual en la ciudad de Natal. Por tanto es posible que en zonas donde coexisten la circulación de diferentes arbovirus pueda provocar enfermedad grave y variados mecanismos de transmisión, perinatal, sexual y sanguínea. También se ha descrito la existencia del virus en la orina (8).

Nuevos brotes de virus Zika se detectaron en Camaracari, Estado de Bahía. En esta ciudad, a finales de Marzo de 2015 se obtuvieron muestras de 24 pacientes y en 7 casos se confirmó la infección por virus Zika. El 85,7% de estos casos fueron mujeres, con una edad media de 28 años y sin referencia de viajes internacionales previos. El estudio genético viral mostró que el linaje era asiático y con una secuencia del 99% igual al virus aislado en La Polinesia francesa (9). Sin embargo, la primera circulación autóctona de virus Zika en las Américas fue confirmada en febrero de 2014 en Isla de Pascua (Chile). Siendo Brasil donde la transmisión y expansión ha sido más intensa desde comienzos de 2015, de tal forma que a finales de dicho año 18 estados confirmaron circulación autóctona: En la Región Norte (Amazonas, Pará, Rondônia, Roraima y Tocantins), Región Nordeste (Alagoas, Bahía, Cearà, Maranhâo, Paraíba, Pernambuco, Piquín y Rio Grande do Norte), Región Sudeste (Espíritu Santo, Río de Janeiro y Sâo Paulo), Centro-Oeste (Mato Grosso) y Región Sur (Paraná) (10).

Posteriormente, la enfermedad se difunde rápidamente en las Américas, a finales del año 2015 ya había 7 Estados miembros más que confirman circulación autóctona: Colombia, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Surinam y Venezuela (10). Y a nivel mundial en la actualidad ya hay un 73 países que notifican transmisión de la infección (11). Además, la nueva infección por Zika se ve acompañada, como ocurrió en la Polinesia Francesa, con complicaciones neurológicas y autoinmunes, aunque en general la enfermedad habitualmente es leve y autolimitada, la preocupación viene dada por la posibilidad de transmisión al futuro recién nacido. También se han detectado casos de transmisión por vía sanguínea y sexual (vaginal, anal, hombre mujer, mujer hombre…) en EE.UU, Canadá y Europa. Pero han sido las graves complicaciones en fetos y recién nacidos las que han creado gran preocupación a nivel mundial.

RELACIÓN ENTRE VIRUS ZIKA Y COMPLICACIONES NEUROLÓGICAS EN RECIÉN NACIDOS Y ADULTAS

La notificación de un incremento de casos de microcefalia y otras malformaciones neurológicas en recién nacidos en Brasil y la lógica alarma generada en su población es la que irrumpe en los grandes medios de comunicación. Aunque estas malformaciones ya se habían producido antes en la Polinesia Francesa, es el Centro Nacional de Enlace de Brasil el que detecta, en octubre de 2015, un incremento inusual de recién nacidos con microcefalias, concretamente en el estado de Pernambuco, en el noreste de Brasil. La vigilancia y cuantificación consiguiente muestra que mientras en el año 2000, los casos de microcefalia al nacer en Brasil era de 5,5 por cada 100.000 nacidos vivos (N.V.) y en 2010 de 5,7/100.000 N.V.; en el 2015, hasta noviembre de ese año, se registraron 1.248 casos, 99,7/100.000 N.V., con 7 fallecimientos. Es decir, un incremento de 20 veces la tasa de incidencia de años anteriores. El laboratorio de Flavovirus del Instituto Osvaldo Cruz de Brasil confirma la presencia de genoma de virus Zika en el fluido amniótico de dos embarazadas del estado de Paraíba (10).

Además, en el periodo de poco más de un año (comienzos de 2015-Marzo de 2016) dicho ministerio ha declarado 6906 casos sospechosos de microcefalia cuando su promedio anual era de 163 entre los años 2010 a 2014. Más de 1000 diagnósticos de microcefalia ya han sido confirmados, de los cuales en 170 también se pudo confirmar infección por Zika; se han descartado algo más de 1800 casos y el resto sigue en investigación. Por otro lado, la frecuencia de microcefalia en recién nacidos en 15 Estados con transmisión de Zika (tasa de 28 por 100.000 NV) excede significativamente la de otros 4 Estados sin transmisión confirmada de virus Zika (tasa de 6 por 100.000 NV) (4).

En noviembre de 2015, las autoridades de salud de la Polinesia Francesa también informan de un incremento inusual de casos de anomalías del sistema nervioso central (SNC) en fetos y recién nacidos durante los años 2014 y 2015 coincidentes con los brotes de virus Zika en la islas. Se observaron síndromes con varias malformaciones congénitas que incluían lesiones cerebrales y alteración del tronco cerebral. Ninguna de las embarazadas refirió clínica de la enfermedad, sin embargo 4 de ellas presentaron en las pruebas de laboratorio infección pasada lo que sugiere que tuvieron una infección asintomática (4). La correlación de estos casos con la epidemia de Zika que sufrió las islas ahonda en la asociación de ambos hechos. Hay que señalar que las infecciones virales, como la rubeola, el citomegalovirus o virus relacionados con el Zika como la fiebre del Nilo occidental y el virus chikungunya han estado en el origen de casos de malformaciones congénitas.

Las evidencias epidemiológicas, clínicas y de laboratorio no dejan lugar a dudas. Se sabe que el virus Zika cruza la barrera placentaria produciendo estos efectos adversos. La microcefalia solo es la parte más visible de específicas malformaciones cerebrales como la destrucción de estructura cerebral, hipoplasia del cerebelo e hidrocefalia, entre otras. Y malformaciones oculares que pueden afectar a distintas estructuras como el nervio óptico o la retina. Mientras, el número de casos de microcefalias ha seguido creciendo, especialmente en Brasil, concentrándose en el estado de Pernambuco, Paraíba y Bahía (12). Conforme se extiende la infección a otros países, los casos de malformaciones también se confirman, en Colombia se detectaron bebés con microcefalia en el año 2016 y siguen apareciendo casos en otros muchos países dentro y fuera de las Américas (4).   CAUSAS

Como se ha comentado, el vector transmisor de los arbovirus: Zika, dengue y chikungunya, se reproducen en zonas tropicales y subtropicales, principalmente. Esta circunstancia es esencial para analizar las causas de su expansión, empezando por los factores de riesgo climáticos como «el niño» o el calentamiento del océano Pacífico. Así, el virus chikungunya es una mutación que se ha adaptado a otros climas; y que vectores, como el mosquito Aedes Albopictus, pueden reproducirse en climas muy variados, templados e incluso resisten temperaturas de hasta menos de 0º C.

Las causas de la expansión del virus Zika coinciden con la del dengue y el virus chikungunya; y también otras virosis transmitidas por mosquitos como el paludismo. Explorar estas infecciones humanas requiere estudiar y vigilar a los vectores, a las diferentes especies de mosquitos transmisoras. Ya que tanto vectores como los virus se están haciendo más frecuentes y diversos. Así, en la Región del Pacífico, en 40 años de seguimiento, se han detectado hasta 28 nuevos tipos de mosquitos que se amplían geográficamente (5).

Hace ya tiempo que se sabe que los efectos del cambio climático que estamos sufriendo es una causa principal de esta expansión. La investigadora Edith Pérez (13) en el año 2007 advertía, poniendo como ejemplo la malaria (el paludismo), que la infección ya producía 2 millones de muertes al año a través del mosquito del género Anopheles, que transmite el parásito (Plasmodium) en sus diferentes especies: falciparum, vivax y malariae. Tradicionalmente los vectores necesitan climas húmedos y cálidos, cuya temperatura mínima invernal no debe ser inferior a 16º. Es por ello que los inviernos más cálidos permitirán la extensión del mosquito a latitudes mayores, más alejadas de los trópicos, y a regiones de más altitud donde la inmunidad de la población es muy baja por no haber estado expuesta anteriormente a ese tipo de infección. Además, el aumento de la temperatura en general reduce el tiempo de incubación del mosquito hembra. La mayor presencia del vector y de las infecciones se dan después de altas temperaturas y precipitaciones intensas. En Centroamérica en 1998, Honduras informó de 30.000 casos de malaria y cólera y 1.000 casos de dengue. Se pueden hacer estimaciones de como aumentarían enfermedades como la malaria o el dengue según el aumento de la temperatura. El mosquito Aedes Aegypty reduce su periodo de incubación de 12 a 7 días cuando la temperatura pasa de 30ºC a 32ºC, reducción que multiplica por tres la transmisión de la enfermedad (13).

En otro escrito anterior, Edith Pérez, -autora que nos gusta especialmente por el rigor y sencillez de sus escritos- aúna el análisis global, las causas sociales y medioambientales sobre la salud humana, con las causas y explicaciones muy concretas (14). La importancia de cuidar el medio natural y social ante la clara correlación entre pobreza medioambiental y socio-económica, entre otros motivos, porque las industrias más contaminantes se implantan en zonas y países más pobres. Que ante la amenaza de la sexta extinción masiva del planeta algunas enfermedades infecciosas se están incrementando por la pérdida de otras especies. En este escrito, Edith Pérez, también advierte del aumento y reaparición de enfermedades infecciosas en ambientes tropicales por los cambios climáticos. Como estos cambios favorecen a los vectores que las transmiten; hablaba del dengue y el paludismo, pero también de otros parásitos y de encefalitis producidas por virus. Nada que comentar a estas previsiones tan acertadas, y es que sus análisis, desde nuestro punto de vista, rezuman dialéctica y sensibilidad cuando termina diciendo:

«..no podemos desvincular los problemas de salud del contexto social y ambiental en el que vivimos. A las personas, por lo general, nos preocupa nuestra salud, pero hasta el momento no hemos dispuesto de las herramientas necesarias para relacionarla con el entorno cercano y global. Analizar la salud desde una perspectiva amplia e integral implica necesariamente empoderar a las personas en la toma de decisiones acerca de su cuerpo y de los procesos de salud-enfermedad, así como tomar conciencia de los problemas ambientales y sociales de nuestro tiempo….; apreciar la solidaridad y las relaciones humanas; distribuir equitativamente el trabajo reproductivo; redescubrir lo extraordinario de ver un pájaro volar, de sentir el mar, de una caricia; afrontar los conflictos cotidianos de forma positiva y asertiva; implicarse en el cambio de la realidad participando en movimientos vecinales y sociales…..» (14. p. 30).

Y no solo el cambio climático, pues se sabe que la deforestación que sufren las zonas tropicales y subtropicales es otro factor que aumenta el número de vectores y las infecciones consiguientes. En Paraguay, la proliferación del mosquito Aedes Aegypty se ha debido en buena medida a la desforestación, lo que les obliga a emigrar a las ciudades. El Bosque Atlántico interior (o selva Paranaense) que ocupa territorios de Paraguay, Argentina y Brasil, ha sufrido una continua deforestación desde la década de los 50 del siglo XX, con el objetivo de implantar cultivos extensivos, de trigo, maíz y soja, monocultivos que empobrecen la diversidad de la zona y el desplazamiento de los vectores a zonas urbanas. Pero sobre todo los desplazamientos forzados de la población indígena y autóctona de estos lugares. En las grandes extensiones de cultivo de soja (en Paraguay, Argentina y Brasil), se estima que para producir 9 millones de toneladas de esta leguminosa se necesitan 3 millones de hectáreas de terreno. En esos terrenos no existe vida, los pesticidas, herbicidas y transgénicos no lo permiten, ni matorrales ni anfibios, de esta forma se rompe la cadena, no hay murciélagos que se alimentan de mosquitos, escarabajos y polillas (15).

En la selva de la Amazona la deforestación está reduciendo este enorme ecosistema que alberga una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo, y gran protector del cambio climático. Desde comienzos de 1990, se detecta un aumento de la incidencia de malaria en la cuenca del Amazonas que se relaciona con una cepa del Plasmodium falciparum resistente a los anti-palúdicos de primera línea y a una menor masa de los bosques. Se ha llegado a cuantificar que un descenso del 4% en la cobertura del bosque provoca un aumento del 48% en la incidencia de malaria en los distritos que fueron analizados. Un panorama con más espacios abiertos y estanques de agua parcialmente alumbrados por el sol, ofrecen un hábitat ideal para la proliferación del mosquito. Se calcula que medio millón de personas resultan infectadas de malaria cada año en la cuenca del Amazonas (16).

Y la deforestación continua. En el año 2012 en Paraguay se deforestaron 268.000 hectáreas y, hasta Abril de 2013, alcanzaba un promedio de mil hectáreas por día. Recordamos que el 22 de junio de 2012 se produce en Paraguay un golpe de estado que aúpa al poder al partido conservador, apoyado por los latifundistas y por Estados Unidos que tienen dos bases militares en su territorio (17). Esto ha incrementado la represión contra las personas que luchan por sus tierras, en un contexto de alta concentración de la propiedad de las tierras para las grandes plantaciones de bienes de exportación como el maíz, la caña de azúcar y la soja, los cuales suelen ser sembrados mediante el uso de pesticidas y otros agrotóxicos. Represión y violencia que sufren las poblaciones indígenas que reivindican el derecho a sus tierras y a su biodiversidad con el beneplácito de las potencias occidentales. Este golpe de estado fue precedido y apoyado nuevamente por el gobierno de Estados Unidos contra el gobierno izquierdista de Manuel Zelaya en Honduras en 2009, con las mismas consecuencias de violencia y destrucción (18).

Por todas estas causas nuevos tipos de vectores ven incrementada su presencia y provocan la aparición de nuevas cepas e infecciones emergentes. Son varias las especies de Aedes que pueden producir la infección por el virus Zika y que varían según la zona geográfica donde se encuentran. Sin embargo, el Aedes Albopictus, originario del sudeste asiático y llamado popularmente «mosquito tigre» por sus llamativas bandas y manchas blancas, se está extendiendo por todo el mundo. Amparado por el transporte internacional de plantas ornamentales y residuos neumáticos ha llegado a numerosos países de Europa, incluido el Estado español. Es considerada una especie invasora cuyo hábitat natural son las selvas húmedas asiáticas. Además de su aspecto característico produce una picadura dolorosa que se inflama y persiste más tiempo que las producidas por los mosquitos autóctonos. Otra diferencia es que sus hábitos son diurnos, se reproduce en cualquier superficie que tenga agua estancada, por pequeño que sea su tamaño y deposita sus huevos en esas aguas que se acumulan en latas o pequeños recipientes domésticos abandonados, neumáticos viejos, abrevaderos o charcas temporales. Los huevos resisten la desecación y pueden permanecer aletargado varios meses. En definitiva, es un mosquito que se adapta bien a medios diversos y puede transmitir la infección con su picadura a mamíferos, aves, reptiles e incluso anfibios (19). El Aedes Albopictus es transmisor del virus Zika y otras virosis como el dengue, la fiebre amarilla o las encefalitis. Aunque hasta la fecha estas enfermedades no son autóctonas de nuestra región, quizás porque su reproducción no es lo suficientemente intensa como para perpetuar el ciclo, mosquita-humano-mosquita, su presencia exige tomar medidas de vigilancia y actuación en un contexto de cambio climático como el que estamos sufriendo.

Por lo tanto, y resumiendo, las causas más cercanas y concretas de estas infecciones son los mosquitos y su picadura que se amplifica a través de los seres humanos. Estas causas a su vez están producidas por otras más generales, especialmente, al calentamiento del planeta y los procesos de deforestación en zonas boscosas y selváticas con fines mercantiles. Y a su vez el origen del cambio climático se produce por la intensificación de los contaminantes industriales y la propia deforestación, ya que los bosques y selvas -especialmente la amazónica- sirve de amortiguador de estos aumentos de temperatura. Las industrias del sector eléctrico, sobre todo de origen fósil, son las más emisoras de CO2 y las grandes granjas agropecuarias destacan por su emisión de metano (CH4), las dos principales contaminantes causantes del cambio climático.

Y los efectos negativos para la salud y la naturaleza se retroalimentan, porque el calentamiento de la tierra y la deforestación producen un empobrecimiento de la biodiversidad y de la población, siendo sus manifestaciones más visibles los destructivos efectos de huracanes y tormentas, por un lado, y las sequías, por el otro. Cambios de temperaturas que están afectando a los hábitats de los vectores y provocando la aparición de nuevas especies de microorganismos patógenos para los animales y seres humanos. A esta situación se une el comercio internacional de plantas y residuos, entre ellos los neumáticos, sin el suficiente control que propicia la entrada de especies invasoras en otras partes del planeta donde los mosquitos transmisores de estas enfermedades no existían.

MEDIDAS DE INTERVENCIÓN

Cuando se diagnóstica una enfermedad, o una epidemia, el tratamiento, la intervención, no puede ser solo individual, sino también social y colectiva. En el nivel más concreto es importante la vigilancia de la enfermedad humana y sus posibles vectores. Detectar cuanto antes la infección, cuidarla y tratarla mejora el estado de salud de la persona afectada y evita la transmisión a otras personas. La protección contra los mosquitos pasa por acondicionar y aislar las casas adecuadamente, utilizar mosquiteras, repelentes y ropa blanca o de colores claros que cubran suficientemente el cuerpo. Además, la búsqueda de una posible acumulación de los mosquitos y el entorno de los casos detectados. Limpieza de recipientes con agua, charcas o cualquier elemento natural donde se pueda acumular el agua, incluido el regado de terrenos y jardines. El sistema de vigilancia de la zona a nivel local, debe conocer el tipo de infección y del mosquito transmisor para amoliarla a contextos más amplios.

Pero quedarnos, como a menudo se hace, en los estrechos márgenes de lo individual o de las causas más concretas no resuelve, y menos aún previene, el problema. Las intervenciones se deben realizar en todos los niveles de concreción y generalidad. Porque hace tiempo que se tiene la tecnología, el conocimiento y el reclamo de las poblaciones a nivel mundial que exigen a los grandes poderes y multinacionales sustituir las industrias más contaminantes, como las eléctricas, por industrias limpias de energía renovable; sustituir las grandes granjas agropecuarias por agricultura y ganadería ecológica. Dentro de la lógica formal son medidas beneficiosas para la salud de las personas y de la naturaleza, y medidas factibles, pero la lógica formal no explica que más allá de las posibilidades están las grandes políticas del sistema capitalista cuyos fines mercantilistas y destructores de pueblos y recursos naturales, es antilógica. Estas graves contradicciones del sistema que nos envuelve solo puede ser explicada por la lógica dialéctica, la que penetra en los contextos cercanos y los relaciona en diferentes planos con su síntesis total: El sistema capitalista más decadente que subsume y contamina sus sistemas políticos, económicos, medioambientales o de la salud.

Solo así podemos entender, y tener en cuenta, que nuestras medidas de prevención se mueven dentro de una «sinrazón» de las grandes potencias imperialistas que no solo genera destrucción a través de sus políticas esquilmadoras, sino que para sobrevivir también necesitan de las guerras. Los hechos nos lo muestran con persistencia, los conflictos provocados por Estados Unidos, sus aliados de la UE y árabes en Afganistán, Irak, Libia y Siria, creando «monstruos» que se les vuelve contra ellos, es parte de esta antilógica que mira el negocio el acumulo de riquezas a costa de la pobreza y de la vida de millones de personas (18). Constatar como este modelo continua y se acentúa, incorporando todos los elementos necesarios, como los acuerdos internacionales que permiten blindar jurídicamente la implantación de multinacionales en países que verán reducidos sus estándares medioambientales y las condiciones laborales de los y las trabajadoras. Y que en caso de despidos masivos o accidentes medioambientales no podrán ser juzgados por la legislación del país donde se implantan (20). Desde donde se escribe este texto, Andalucía, tenemos graves problemas económicos y medioambientales que no solo afectan a la población andaluza sino a la población mundial por su contribución al cambio climático o a las guerras. Las bases militares de la OTAN, la concentración de industrias contaminantes en la Bahía de Algeciras y en Huelva; la potenciación de la minería a cielo abierto; el latifundismo donde más se utilizan agrotóxicos y transgénicos, son en su mayoría propiedad de multinacionales foráneas que cuando contaminan, o provocan graves accidentes, quedan impunes. O ahora los movimientos autorizando a Gas Natural Fenosa y Repsol para extraer y almacenar gas natural en el parque natural de Doñana, cuyas consecuencias para la salud humana y del entorno son bien conocidas.

Por tanto, hablar de las causas de la expansión de infecciones es hablar de la necesidad de intervenir, en lo local, donde se transmite la infección, evitando la proliferación de los mosquitos y cuidando los entornos. Pero es también incidir en las causas estructurales que nos han llevado a esta situación, eliminar los monocultivos y la dependencia a las multinacionales y latifundios reivindicando el lema «La tierra para quien la trabaja» y fomentar la agricultura, ganadería y pesca ecológica, respetuosa con la naturaleza y con una formas de producción justa que haga que la ganancia vaya para el productor. Debemos seguir insistiendo que es posible, que se puede organizar la producción de energía limpia para el pueblo y que vayan desapareciendo las grandes empresas trasnacionales del sector. Fomentar el comercio justo, las infraestructuras para el uso de la bicicleta en las grandes ciudades y el transporte público suficiente y de calidad.

El objetivo es factible y ético, fundamental para la salud y felicidad humana, pero las dificultades son enormes, porque los grandes propietarios y los partidos políticos que los apoyan no quieren desprenderse de sus beneficios millonarios y usarán todas las armas necesarias para impedirlo; toda una red económica y política, también jurídica y militar, que se apoyan a niveles nacionales, regionales e internacionales, también con un elemento fundamental, el ideológico que desarrollan a través de los grandes medios de comunicación (21). Con esa realidad tenemos que contar, y se cuenta, para cambiar un modelo anti-ético por otro verdaderamente ético y justo para los pueblos del mundo.

BIBLIOGRAFÍA

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4.- Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Protocolo de actuación para especialistas en ginecología y obstetricia en relación a la detección de las posibles complicaciones asociadas a la infección por virus Zika durante el embarazo. Servicio de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA). Actualizado 13 de junio de 2016.

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18.- Atilio B. Trump: el otro fin de ciclo. Noviembre 10, 2016. En: http://www.lahaine.org/mundo.php/trump-el-otro-fin-de

19.- López-Colón JI. El mosquito tigre. El ecologista. Nº 46. diciembre de 2005.

20.- López, Paloma, Boixadera, Ramon. TTIP y CETA: tratados de comercios devastadores para el empleo y la economía. eldiario.es, Octubre, 17, 2016. En: http://www.eldiario.es/euroblog/TTIP-CETA-comercio-devastadores-economia_6_314678548.html

21.- Fernández, J. ¿Quién controla y financia los medios de comunicación que nos informan? Octubre, 26, 2016. En: http://elsalmoncontracorriente.es/?Quien-controla-y-financia-los

Concepción Cruz Rojo es militante del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as. Sección: Universidad de Sevilla.

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