El análisis del ciclo de vida de un producto, es la metodología que se utiliza actualmente en los países desarrollados para evaluar la calidad ambiental de un producto en cuestión. Tradicionalmente se consideraban sólo los impactos ambientales causados durante su etapa de fabricación y uso, ahora se consideran los nexos hacia delante y hacia atrás […]
El análisis del ciclo de vida de un producto, es la metodología que se utiliza actualmente en los países desarrollados para evaluar la calidad ambiental de un producto en cuestión. Tradicionalmente se consideraban sólo los impactos ambientales causados durante su etapa de fabricación y uso, ahora se consideran los nexos hacia delante y hacia atrás del proceso productivo, desde la obtención de la materia prima, pasando por el proceso de diseño y elaboración del producto, su uso y finalmente su disposición final, cuando su vida útil termina.
Se dice entonces, que el ciclo de vida del producto, contempla los impactos ambientales de éste, desde la «cuna» hasta la «tumba» y es responsabilidad de los fabricantes del producto original, el uso que se le dé a los «residuos» o «chatarras» que lleguen a servir de insumos o materia prima de otro nuevo producto o que finalmente se desechen (disposición final).
Para el análisis del ciclo de vida, se considera que el medio ambiente es un consumidor. Los impactos ambientales negativos son defectos de calidad del producto y deben ser reducidos preferiblemente desde la fuente (producción limpia). Como el medio ambiente es el soporte de toda la vida, una empresa que ocasiona impactos ambientales negativos estará afectando la vida misma y no tendrá éxito comercial en el largo plazo.
Hay múltiples ejemplos que encierran la afectación al ambiente, es el caso de residuos peligrosos (Contaminantes Orgánicos Persistentes – COP’s), que algunas veces son recolectados en recipientes inapropiados y posteriormente enterrados en terrenos que no se les ha dado un uso específico por mucho tiempo, lo que ocasiona derrames y contaminación de los suelos, el agua subterránea, los ríos, las aguas superficiales y en muchas ocasiones cuando se queman estos productos se afecta el aire y la atmósfera en forma de dioxinas y furanos.
Otro caso a mencionar es la inadecuada disposición de los equipos contaminados, los cuales algunas veces llegan a chatarreros o recicladores que por desconocimiento del tema, son afectados con estos productos peligrosos que se encuentran impregnados en las paredes de las chatarras que manipulan, lo cual puede afectarles la piel por contacto directo o de múltiples formas.
De igual forma sucede con los aceites contaminados que han sido usados en equipos antiguos por mucho tiempo, a las cuales se les da de baja sin análisis químicos suficientes, los cuales son utilizados como materia prima para la fabricación de pinturas entre otros, al no ser sometidos a las pruebas básicas necesarias, antes de ser utilizados como insumos base para la fabricación de estas pinturas, contaminan todo el producto, convirtiéndose este en uno de los vehículos que podrían contaminar al usuario final por desconocimiento de los elementos utilizados para la fabricación de esa pintura, el resultado salta a la vista, cualquiera de nosotros puede utilizar esta pintura en su casa y finalmente terminar contaminado por desconocimiento de los insumos utilizados para la obtención del producto final.
Un efecto importante de los contaminantes en el medio ambiente es el conocido como bio-magnificación, el cual ocurre cuando los contaminantes (que se encuentran en concentraciones bajas en el ambiente) entran a las cadenas alimenticias y se concentran más y más a medida que se desplazan por ella en forma ascendente, una forma sencilla de explicarlo sería: al derramarse un químico al agua, ya sea un lago, un río o el mar, este, se va al fondo y contamina el plancton, el cual es consumido por los peces, estos peces por otros animales y finalmente llega al hombre, quien consume estos animales los cuales vienen contaminados en concentraciones mayores acumulados en cada organismo que conforma la red trófica.
La mayoría de estos contaminantes al entrar al cuerpo humano y de los animales se resisten a la descomposición y no son expulsados mediante los procesos de excreción o secreción, sino que, por el contrario, se quedan y conservan en los tejidos grasos y en los órganos del cuerpo. Por lo tanto, las personas y los animales que entran en contacto (respiración, contacto de piel, bebidas o alimentos) con estos contaminantes, con el tiempo, acumulan más y más concentraciones en su organismo. Este proceso recibe el nombre de «bio-acumulación».
En los humanos, estos contaminantes se distribuyen preferiblemente en el hígado, cerebro, riñones y pulmones, causando desordenes neurológicos, degeneramiento del hígado, dermatitis, problemas respiratorios entre otros. Las cantidades acumuladas dependen sobre todo del contenido en lípidos del tejido concerniente.
Por lo anterior, comprendemos que esta metodología es favorable al medio ambiente, ya que permite a los actores, agentes y al publico en general, establecer responsabilidades en la fabricación, uso, funcionamiento, manejo de residuos, materia prima y/o reciclaje de los diferentes productos.
Esta situación se puede prevenir mediante un manejo adecuado de los procesos requeridos para la fabricación de productos en general, mediante talleres de sensibilización y capacitación a los trabajadores de las empresas y al público en general, acompañado del seguimiento oportuno para control a cada uno de estos contaminantes; hasta tanto las autoridades apliquen la legislación adecuada y los controles necesarios para el manejo uso y disposición final de estos contaminantes y mediante el establecimiento de medidas de control adecuadas.