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El clima y la salud en una mezcla de esperanza y desesperación

Fuentes: IPS [Imagen: mujeres defensoras de los derechos participaron en un encuentro de Acción Climática durante la AGNU80. Friday Phiri / IPS]

NACIONES UNIDAS – El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el organismo de las Naciones Unidas dedicado a la ciencia del clima, ha informado de forma repetida y creciente que el calentamiento planetario tiene impactos visibles en la salud de las personas y los ecosistemas.

Los informes de evaluación del IPCC, en particular el capítulo de la sexta evaluación sobre salud y bienestar (AR6, 2021-2022), destacan el aumento de la carga de las enfermedades sensibles al clima, la creciente demanda de atención de emergencia y preventiva, y las perturbaciones del sistema de salud como algunos de los efectos directos del cambio climático en la atención primaria de salud.

Esperanza y desesperación en la 80 Asamblea General

En un encuentro paralelo a la 80 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU80), durante la Semana del Clima de Nueva York, el sector sanitario, como hace en forma creciente, se presentó para poner de relieve estas realidades climáticas y sanitarias ante los líderes mundiales.

Más de 120 gobernantes y ministros concurrieron a la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, en la que más de 100 países se comprometieron a actualizar sus compromisos nacionales en materia climática antes de la celebración de la 30 Conferencia de las Partes (COP30) sobre cambio climático, que acogerá la ciudad amazónica de Belém, en el norte de Brasil, entre el 10 y el 21 de noviembre.

El  sector sanitario siguió con gran interés las delebiracione de la semana climática y señaló la importancia de incluir la salud en los planes de acción sobre el clima, conocidos popularmente como las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), que son el eje del Acuerdo de París, aprobado en la COP21, celebrada en la capital francesa en 2015.

Sin embargo, este ambiente positivo se vio empañado por la ausencia de uno de los principales emisores del mundo, Estados Unidos, en la lista de progresos. ¿El motivo? El presidente Donald Trump no cree en el concepto del cambio climático y poco después de volver a la Casa Blanca, en enero, inició el proceso para abandonar el Acuerdo de París, como ya había hecho en su anterior mandato (2017-2021).

Y recordó a la comunidad internacional su opinión durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 23 de septiembre, cuando continuó con su trayectoria contraria al cambio climático, refiriéndose a este como «la mayor estafa jamás perpetrada en el mundo».

Los activistas climáticos han respondido con rebeldía a sus medidas de reversión de las regulaciones climáticas que ha vuelto a impulsar la administración Trump, con su segundo abandono del Acuerdo de París, aunque no se haya retirado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Cmnucc), el organismo organizador y promotor de las políticas intergubernamentales sobre el desafío climático.

El llamamiento de África a la equidad y la justicia

Declaraciones negacionistas de cambio climático como las de Trump «son científicamente falsas y moralmente indefendibles», comentó Mithika Mwenda, director ejecutivo de la Alianza Panafricana por la Justicia Climática.

«Para millones de africanos, el cambio climático no es un debate. Es una realidad cotidiana. Cuando los líderes poderosos se burlan de la emergencia climática, socavan la solidaridad global que se necesita urgentemente para salvar vidas y medios de subsistencia», subrayó.

El director ejecutivo del grupo Amref Health Africa, Githinji Gitahi, se hizo eco de esta urgencia y señaló que las comunidades de toda África no necesitan la ciencia para convencerse de la crisis climática, ya que es su realidad cotidiana.

Gitahi hizo referencia a la Agenda de Lusaka, que pide alinear la financiación mundial de la salud con las prioridades de los países, y al borrador del Plan de Acción de Belém, que describe medidas de adaptación concretas para la resiliencia sanitaria.

También esbozó las demandas políticas concretas de África: integrar la salud en las NDC, los compromisos voluntarios de los países, dar prioridad a la financiación de la salud climática y garantizar la equidad en las negociaciones y la acción climática.

«Es lamentable que se pida a los países que contribuyen con un mísero 4 % de las emisiones mundiales que hagan más», afirmó Gitahi.

Explicó que por eso su organización sitúa la equidad y la justicia en el centro de su programación.

«Las comunidades más afectadas —mujeres, niños, jóvenes, pastores y habitantes de asentamientos informales— no solo necesitan apoyo para adaptarse, sino que también son las más indicadas para dar forma a soluciones significativas. No podemos permitirnos distraernos y obsesionarnos con la ciencia climática, que es clara como el agua», destacó.

De hecho, las comunidades africanas no necesitan la ciencia para convencerse de la crisis climática, ya que es su realidad cotidiana.

No tienen que esperar a reuniones y debates como este para decidir su destino. Pero, incluso mientras se adaptan con los medios de que disponen, nuestras peticiones son claras: reforzar la atención sanitaria primaria mediante infraestructuras resistentes al clima, sistemas de alerta temprana, vigilancia y soluciones de adaptación centradas en la comunidad.

La clave de todos estos objetivos reside en integrar la salud en los planes climáticos, no solo para desbloquear la financiación, sino también para apoyar la aplicación integrada de las medidas climáticas, en particular en sectores que determinan la salud, como la agricultura y el agua, entre otros, que tienen una influencia directa en los resultados sanitarios.

El sector sanitario reclama un liderazgo firme ante la crisis climática

El multilateralismo sigue sometido a una fuerte presión, y la diatriba del presidente Trump sobre el cambio climático ejemplificó la manipulación geopolítica y la imposición desde el poder global, que genera la desconfianza en los procesos para adaptarse y mitigar la crisis climática.

«Queremos elevar el nivel de ambición, porque estamos en crisis. Necesitamos que los líderes se pongan en modo de crisis con respecto a la ciencia que nos guía. Nos guía en materia de salud, pero, de alguna manera, los líderes están ignorando la ciencia», afirmó Mary Robinson, expresidenta de Irlanda (1990-1997).

Robinson, quien ocupó importantes cargos en la ONU tras dejar la presidencia irlandesa y actualmente forma parte de una organización independiente de antiguos líderes mundiales, The Elders, señaló que los líderes globales son la clave para reconstruir el multilateralismo y galvanizar la inversión y la acción frente a las amenazas urgentes e interconectadas que abruman al sector sanitario.

Durante la semana del clima, como encuentro paralelo de la 80 Asamblea General, también se destacó  la importancia del liderazgo de las mujeres para la acción climática, en vista de los impactos diferenciados por género del cambio climático.

«En general, se acepta que los efectos del clima se diferencian según el género. Las mujeres y las niñas suelen correr mayores riesgos por los efectos del cambio climático, pero siguen al margen de los debates y las decisiones políticas clave», afirmó Desta Lakew, directora de Asociaciones y Asuntos Externos del Grupo Amref Health Africa.

En una mesa redonda coorganizada con Women in Global Health y Pathfinder International, Lakew pidió que se realizaran esfuerzos deliberados para que las mujeres tomaran la iniciativa. «Es hora de dejar que las mujeres lideren, ya que su participación activa da lugar a intervenciones que llegan a las personas más afectadas y, por lo tanto, proporcionan una mayor resiliencia a las comunidades», dijo.

Brasil toma la iniciativa

A pesar del panorama sombrío que se deriva del negacionismo climático y la disminución de la confianza multilateral, el sector sanitario está decidido a garantizar que el clima y la salud no se queden atrás.

Y Brasil, coorganizador y presidente de la COP30, ya está apoyando esa agenda.

A través del Plan de Acción de Belém sobre el Clima y la Salud, que se presentará en la COP30, Brasil ha esbozado soluciones de adaptación, que abarcan la vigilancia sanitaria, la innovación tecnológica y el fortalecimiento de las políticas multisectoriales, con el fin de crear sistemas de salud resilientes al clima.

Propone un esfuerzo colectivo mundial en favor de la salud y busca la adopción voluntaria de las Partes de la Cmnucc y el respaldo de la sociedad civil y los actores no estatales.

«No me digan que no hay esperanza; juntos resistimos, divididos caemos», afirmó Mariângela Batista Galvão Simão, secretaria de Vigilancia Sanitaria y Ambiental del Ministerio de Salud de Brasil.

Añadió que «las discusiones no pueden comenzar con la financiación. Es necesario contar con un plan sólido y el Plan de Acción de Belém sobre el Clima y la Salud reunirá las agendas de salud y clima en Belém, incluyendo la vigilancia y el seguimiento como primera línea de acción».

En palabras de Agnes Kalibata, de la Alianza para una Revolución Verde en África, «por cada familia que se acuesta con hambre, por cada niño privado de nutrición… el ritmo de la acción climática mundial sigue siendo dolorosamente insuficiente».

«Esta desigualdad no solo es un fracaso moral, sino una amenaza directa para la seguridad y la estabilidad mundiales», añadió.

Por lo tanto, mientras la comunidad mundial avanza hacia la COP30 de noviembre, África y otros continentes y regiones del Sur piden que se incluya la salud en las NDC, para la elaboración de políticas basadas en pruebas y su aplicación.

También solicita la financiación de una atención sanitaria primaria resistente al clima en el contexto del apoyo a la adaptación basado en la equidad y la responsabilidad histórica consagrada en la Cmnucc, y soluciones centradas en la comunidad con las mujeres y los jóvenes a la cabeza.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

T: MF / ED: EG

Fuente: https://ipsnoticias.net/2025/10/el-clima-y-la-salud-en-una-mezcla-de-esperanza-y-desesperacion/