«¿Usted es guardabosque?», preguntó IPS. «No, yo soy dueño del territorio», respondió con seguridad Ángel Durán, un líder indígena de Bolivia que llegó a esta norteña ciudad australiana junto a otros 1.200 delegados de pueblos originarios procedentes de más de 50 países. Durán, quien manifiesta ser uno de los propietarios del territorio donde nació y […]
«¿Usted es guardabosque?», preguntó IPS. «No, yo soy dueño del territorio», respondió con seguridad Ángel Durán, un líder indígena de Bolivia que llegó a esta norteña ciudad australiana junto a otros 1.200 delegados de pueblos originarios procedentes de más de 50 países.
Durán, quien manifiesta ser uno de los propietarios del territorio donde nació y vive, participa en la Conferencia Mundial de la Red Indígena (WIN, por sus siglas en inglés) en representación de ocho pueblos de la Amazonia boliviana, que suman más de 20.000 integrantes.
Aunque no aparece en el programa oficial como ponente y solo se puede comunicar en español, esto no lo detiene para intercambiar conocimientos con otros líderes que van de un auditorio a otro de la sede de la WIN en Darwin.
El encuentro, promovido por el gobierno de Australia, se inauguró el domingo 26 y se extenderá hasta este miércoles 29 con la presentación de experiencias sobre preservación de ecosistemas y biodiversidad, uso sostenible de áreas naturales protegidas, desarrollo y seguridad alimentaria de nativos de África, América Latina, Asia y otros países como Canadá y el propio Australia.
En ese marco, el relator especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, el estadounidense James Anaya, resaltó este lunes 27 la importancia de que los gobiernos reconozcan los instrumentos internacionales que protegen los derechos fundamentales de las poblaciones autóctonas.
Tras escuchar a Anaya, la indígena australiana Melissa George dijo a IPS que «esa es una forma de reconocer que fueron ellos, los pueblos originarios, los primeros en emplear sus conocimientos para proteger estos territorios».
La conferencia es un aporte significativo del gobierno australiano, aunque aún falta mucho por avanzar, añadió esta indígena wulgurukaba que ha dedicado 20 años, casi la mitad de su vida, a desarrollar proyectos de gestión de recursos naturales en territorios de pueblos aborígenes y ahora es copresidenta del Grupo Asesor Nacional de la WIN.
Parte de los esfuerzos de reivindicar a estos pueblos y comunidades es la reciente incorporación de la red internacional indígena como parte de la Organización de las Naciones Unidas mediante la gestión de la Iniciativa Ecuatorial, que reúne a gobiernos, sociedad civil, empresas y organizaciones de base para promover soluciones locales de desarrollo sostenible.
La directora de la Iniciativa Ecuatorial, la estadounidense Eileen de Ravin, aseguró a IPS que esta conjunción de esfuerzos abre enormes posibilidades para que un pueblo de América del Sur, como Bolivia, pueda aprender de manera directa lo que pasa en Canadá o en Australia.
«Nuestra meta es influir en los gobiernos para que respeten y escuchen estas experiencias y soluciones valiosas», indicó De Ravin.
En ese camino, la Iniciativa Ecuatorial realiza un concurso cada dos años para premiar tales esfuerzos. En la última década se han presentado 2.500 postulaciones y se han premiado 152 experiencias indígenas y locales.
Precisamente, uno de los temas que marcó las ponencias de este lunes en la WIN fue la presentación de casos de conservación de áreas protegidas en manos de pueblos originarios y comunidades locales de Canadá, Australia, Suecia y Brasil, bajo la figura del guardabosque, guardaparque o agente ambiental indígena.
«No importa el nombre, el objetivo es el mismo: aprovechar los conocimientos ancestrales para proteger la naturaleza y la cultura de las diversas amenazas», dijo a IPS el activista Oswaldo Barassi, del Equipo de Conservación de la Amazonia, cuyo programa de formación va desde la enseñanza de normas y conceptos especializados hasta el uso de herramientas como el GPS (sistema satelital de posicionamiento global).
Esta organización brasileña ha capacitado desde 2005 a 190 indígenas de 30 etnias en el manejo y conservación de los bosques, lo cual les ha permitido desarrollar proyectos de vigilancia de la flora y fauna frente a la tala ilegal.
A pesar de la ayuda que implica para las autoridades, estos agentes ambientales indígenas no reciben ningún pago del Estado brasileño por su labor, a diferencia de lo que sucede en Australia, donde se desarrolla desde hace 15 años un plan de áreas protegidas que ha permitido el reconocimiento de 55 áreas a lo largo de 43 millones de hectáreas.
Como señaló a IPS la guardaparque Bernardette Angus, de la zona oeste de Australia: «Nosotros somos los que cuidamos las plantas, los animales, los que protegemos las tierras y el mar desde mucho tiempo atrás y los que enseñamos a los jóvenes para que lo sigan haciendo cuando ya no estemos».
En Bolivia, la federación de pueblos indígenas del norte de La Paz liderada por Durán se propone ir un paso más allá en los esfuerzos de conservación.
Con ese fin, plantea que el gobierno de Evo Morales, indígena aymara, reconozca legalmente a los denominados «guardianes de tierras comunitarias de origen» para que puedan sancionar a quienes invadan y hagan un manejo ilegal de sus tierras y recursos naturales.
Para Durán, originario del pueblo Leko de Apolo, ninguna política gubernamental de protección a la biodiversidad puede excluir a las comunidades. «Ni el conocimiento científico se puede comparar a los saberes ancestrales de los pueblos. Nosotros cuidamos porque es nuestro plan de vida», aseguró a IPS.
Barassi, aunque reconoce estos saberes indígenas, advierte que no siempre es una garantía por sí solos de un exitoso manejo de los recursos naturales. Para ello la capacitación es clave.
En cualquier caso, la mayoría coincide en la necesidad de unir esfuerzos para maximizar los resultados en estos tiempos de amenazas, tanto de actividades ilícitas y megaproyectos de inversión privada como de las derivadas del cambio climático.
«Nunca imaginé que los bosques podían acabarse, pero está pasando», alertó Joao Evangelista, un guardabosque brasileño que no pudo ir a Darwin, pero que envió su mensaje en un video presentando por Barassi ante un auditorio deseoso por acortar distancias.
«Por eso es importante la capacitación, es una forma de liberación para nosotros y de prepararnos para afrontar la amenaza que viene de afuera», sentenció.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2013/05/el-conclave-de-los-guardianes-de-la-tierra-y-el-mar/