El sistema de salud cubano está entre los mejores del mundo, pero hoy cruje bajo el peso del COVID-19. Este es el resultado del bloqueo económico y de la cepa delta altamente contagiosa. Ahora se están haciendo todos los esfuerzos para una campaña de vacunación rápida. Es una carrera contra el tiempo.
Campana de alarma
Cuba vive tiempos difíciles. Como consecuencia de la intensificación del bloqueo económico de Estados Unidos y de la pérdida de turismo a causa del COVID-19, el país atraviesa una profunda depresión económica. Muchos productos básicos, como los alimentos y las medicinas, han empezado a escasear.
Por si fuera poco, la crisis del COVID-19 golpea ahora con especial dureza. Tanto es así que el sistema sanitario, que está entre los mejores del mundo, corre el riesgo de verse desbordado por la pandemia.
Unos médicos han hecho sonar recientemente la alarma a través de las redes sociales. Señalan la escasez de medicamentos, oxígeno y otras necesidades para combatir el actual brote de COVID-19. Al igual que en la mayoría de los países occidentales durante los picos de contagios, el personal médico de Cuba está hoy exhausto.
El presidente Miguel Díaz-Canel reconoce que el sistema sanitario está sobrecargado. “La situación actual de la epidemia ha sobrepasado las capacidades del sistema de salud, tensionando el trabajo de todo su personal, de todos los organismos que están apoyando en el enfrentamiento a la pandemia, y también porque existe un mayor consumo de medicamentos y oxígeno.”
Excelente comienzo…
La aguda situación actual es bastante inesperada. El año pasado, Cuba había manejado la crisis del COVID-19 de manera excelente. A pesar de ser un país muy transitado, el número de infecciones se había mantenido muy bajo.
El servicio de salud bien organizado, la movilización del pueblo y la firme decisión de detener el turismo fueron factores importantes. Cuba construyó un sistema sólido de prueba, detección y aislamiento (PDA).Todos los que dieron positivo, incluso los que no tenían síntomas, fueron hospitalizados.
Hasta hace unos meses, el número de muertes por COVID-19 por habitante era uno de los más bajos del mundo. A mediados de mayo de 2021 Cuba tenía 12 muertes por COVID-19 por cada 100.000 habitantes. En Europa, había 275.
… a pesar del bloqueo
Que Cuba lo hiciera tan bien no es evidente, ya que tuvo que hacerlo en circunstancias difíciles. Además del bloqueo ya en vigor, la administración de Trump había incluido a Cuba en la lista de países que apoyan el terrorismo. Biden no ha cambiado esa decisión. Esto tiene consecuencias de gran alcance. Impide que las empresas hagan negocios con Cuba.
Muchas empresas médicas que exportaban medicamentos o equipos médicos a Cuba en el pasado ya no lo hacen. Las empresas de transporte tampoco están dispuestas a seguir visitando Cuba. Por ejemplo, una donación de mascarillas y kits de diagnóstico procedentes de China nunca pudo llegar a Cuba porque la compañía naviera estadounidense se negó a hacer el transporte en el último momento. Por la misma razón, la compra de equipos de respiración a la empresa californiana Vyaire Medical Inc. no fue posible.
Los bancos, en particular, ya no están dispuestos a realizar transacciones financieras. Por ejemplo, no se ejecutó una donación financiera por parte de un grupo de solidaridad suizo. Las donaciones estaban destinadas a la compra de reactivos necesarios para las pruebas de diagnóstico y equipos de protección en la lucha contra el Covid-19.
Luego vino la variante delta
El enfoque funcionó bien siempre que el número de nuevas infecciones no fuera demasiado elevado. Pero la variante delta, mucho más contagiosa, echó un órdago. A partir de junio de 2021, la variante delta se convirtió en la dominante y el número de infecciones diarias se disparó. Con tantos casos nuevos al día, el sistema PDA no podía seguir el ritmo y el protocolo de hospitalización de todos los casos positivos era insostenible.
Después de un año y medio de medidas, la fatiga del COVID-19 empezó a aparecer, como aquí. En ese momento, la campaña de vacunación acababa de empezar. Esta campaña se retrasó por dos razones. Cuba produce sus propias vacunas. Como había tan pocos pacientes covid en la primera oleada, la fase de prueba duró mucho más. En los países occidentales, en cambio, no faltaban estos pacientes…
Una segunda razón es el bloqueo económico. Hace que las materias primas básicas no lleguen al país o se retrasan mucho. Esto ha retrasado la campaña de vacunación semanas, si no meses.
En la actualidad el 27% de la población está totalmente vacunada y el 44% ha recibido al menos una dosis. Cuba tiene así la tercera tasa de vacunación más alta de América Latina. Pero sigue siendo demasiado baja para ofrecer suficiente resistencia a la variante delta.
El efecto de las vacunas es muy claro. El 80% de las muertes de Cuba se produjeron después del 1 de junio. En los países con alto grado de vacunación, como Francia, el Reino Unido y Bélgica, las cifras son del 4, 3 y 1,5% respectivamente.
A partir de junio el número de nuevas infecciones se disparó a más de 9.000 al día y Cuba tiene actualmente una de las tasas más altas del mundo. Afortunadamente, el aumento se ha detenido recientemente. El número de muertes por COVID-19 también es muy elevado, actualmente alrededor de 80 al día, aunque afortunadamente se ha observado un ligero descenso en la última semana.
Manos a la obra
Los hospitales no están preparados para tantos pacientes con COVID-19. Hay escasez de antibióticos, analgésicos y otros medicamentos. Los médicos recetan cada vez más medicamentos naturales.
Para reforzar el personal médico, volvieron brigadas médicas cubanas de varios países, como Panamá y Sudáfrica. El ejército también se desplegó para suministrar oxígeno, entre otras cosas.
Ahora se están haciendo esfuerzos para vacunar a todo el mundo lo antes posible. A finales de septiembre, la mitad de la población habrá sido vacunada y a finales de este año, el 95%. Las dos vacunas cubanas, Abdala y Soberana 2, tienen una eficacia superior al 90%.
Bloqueo anticuado e injusto
Estados Unidos se autoproclama regularmente campeón de los derechos humanos. Si es así, ¿por qué mantienen una ley de bloqueo estranguladora durante una pandemia?
Varios expertos en derechos humanos de la ONU han instado a Estados Unidos a levantar el bloqueo económico y financiero a Cuba para que pueda luchar contra la pandemia del COVID-19.
“Instamos al gobierno de Estados Unidos a que levante todas las medidas orientadas a establecer barreras comerciales y a que prohíba los aranceles, las cuotas y otras medidas no tarifarias, entre ellas las que impiden la financiación y adquisición de medicamentos, equipos médicos, alimentos y otros bienes esenciales.
Nos preocupa particularmente el riesgo que corren el derecho a la vida, la salud y otros derechos fundamentales de los sectores más vulnerables de la población cubana, entre otras las personas con discapacidad y los ancianos, que se encuentran expuestos a mayores peligros cuando contraen el virus. Este es un asunto de la máxima importancia y de gran urgencia.”
Una oportunidad histórica
Oxfam Solidarity se pronuncia en el mismo sentido.
“Hoy en día, el embargo de Estados Unidos obstaculiza los esfuerzos de Cuba para detener la propagación de la pandemia.
Oxfam se une a otras muchas voces en todo el mundo para alzar la voz contra el obsoleto e injusto bloqueo que Estados Unidos sigue manteniendo contra Cuba. En el contexto de una pandemia global que ha desencadenado crisis sanitarias y económicas sin precedentes en todo el mundo, creemos que es necesario actuar urgentemente para normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y poner fin al embargo estadounidense.
Las crisis crean oportunidades. Creemos que existe una oportunidad histórica para que Estados Unidos, bajo el liderazgo de la administración Biden, lleve a cabo una nueva política estadounidense de compromiso respetuoso y constructivo con Cuba. Oxfam pide el fin del embargo estadounidense para reparar la injusticia cometida contra las mujeres y los hombres cubanos que luchan por su derecho a vivir sin bloqueo».
Corresponde a los movimientos de solidaridad aumentar la presión contra el bloqueo.