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Noticias nucleares

El CSN ataca (imprudente y oscuramente) de nuevo

Fuentes: Rebelión

Tomo pie en diversas afirmaciones aparecidas estos días en el global-imperial [1], un diario en absoluto representativo de las inquietudes antinucleares de la ciudadanía española. También en otros medios [2].  1. Garoña y la voluntad mayoritaria del Congreso La gran mayoría de los grupos parlamentarios del Congreso pidieron el pasado martes 2 de febrero al […]

Tomo pie en diversas afirmaciones aparecidas estos días en el global-imperial [1], un diario en absoluto representativo de las inquietudes antinucleares de la ciudadanía española. También en otros medios [2]. 

1. Garoña y la voluntad mayoritaria del Congreso

La gran mayoría de los grupos parlamentarios del Congreso pidieron el pasado martes 2 de febrero al Consejo de Seguridad Nuclear «que no emita informes relacionados con la reapertura de la central de Burgos mientras siga el Gobierno en funciones».

¿Razonable? Más que razonable. Lo reclamaron Compromís, Bildu, ERC, PSOE, IU, Podemos, PNV y Democràcia i Llibertat (CDC, una fuerza neta y profundamente proatómica), el 64% del Congreso. De Greenpeace y Ecologistas en Acción surgió la iniciativa. En su escrito, los grupos firmantes resaltan que el proceso que se está siguiendo en el CSN es «una renovación inédita en la historia de la seguridad nuclear de España». Por un lado, «porque autoriza llevar un reactor nuclear hasta los 60 años de vida» y su «vida útil de diseño estaba prevista hasta los 40 años». Por otro, «porque permite una autorización administrativa de 17 años consecutivos», algo que «jamás en España se había dado». Las renovaciones se hacían de 10 en 10 años.

El CSN ha desoído la petición y continúa con el proceso para reabrir la central. Sus propietarios núcleo-eléctricos (Ibedrola, Endesa) quieren que se les concedan, como se ha indicado, ¡17 años más de vida! ¡Beneficios multimillonarios! Pese a esta petición de «moratoria» el presidente del CSN «ha preferido seguir adelante con la aprobación de cuatro permisos relacionados con el proceso de reapertura de Garoña». Los informes se han sometido a votación en el pleno del CSN; se han aprobado «por mayoría», no por unanimidad. ¿Por qué?

El pleno, asunto de enorme importancia política, está formado por Fernando Marti (PP), Fernando Castelló (PP), Javier Dies (PP), Rosario Velasco (PSOE) y Cristina Narbona (PSOE). No es la primera vez que Narbona se enfrenta al resto de sus compañeros, incluida Rosario Velasco.

La jugada pensada: si el organismo informa favorablemente de la reapertura -y si se le da una «nueva licencia» con un gobierno en funciones- las compañías propietarias «podrían reclamar «pérdidas por lucro cesante en el caso de que el próximo Gobierno decidiera» que la central no vuelva a operar». ¡Por lucro cesante! ¡Menuda cara!

Recuérdese, por otra parte, que Garoña está parada desde diciembre de 2012. La situación no ha supuesto ningún problema «para el suministro eléctrico». Podría seguir en esta situación unos meses más, hasta la formación del nuevo -¡esperemos!- gobierno. Recuérdese también que durante esta última legislatura el Gobierno del PP cambió varias normas para permitir que Garoña pudiera volver a operar.

Si lo consiguen sería la primera en hacerlo y se abriría la misma posibilidad para el resto de centrales. Si no pudieran ir más allá de los 40 años, el tiempo para el que, efectivamente, fueron diseñadas, la gran mayoría, tal vez todas, tendría que cerrar en la próxima década.

2. Almaraz

Almaraz es la central más antigua de las que hay en activo en España (Garoña no lo está por el momento). Cuenta con dos reactores. Uno que comenzó a operar en 1983, el segundo en 1984. El primero está parado ahora para la recarga de combustible (una operación periódica que efectúan las centrales). El otro está en funcionamiento y genera electricidad. Hablamos de éste, del operativo.

La central «cuenta con cinco bombas de agua para el sistema de servicios de esenciales, básico para evitar que se recalienten todos los sistemas de seguridad de la central. Dos están asignadas al reactor 1 y otras dos al reactor 2; la 5ª no está asignada y puede entrar en funcionamiento para cualquiera de los reactores. Para hacer funcionar esas cinco bombas existen seis motores: cinco están instalados en las bombas; el 6º es de repuesto.

Inspectores del CSN -¡del mismo consejo!- han alertado de fallos en el sistema de refrigeración de servicios esenciales. Toda precaución es poca. Cinco técnicos realizaron una inspección y concluyeron que no hay «suficientes garantías» de que el sistema pueda funcionar con normalidad». Nada menos. De hecho, fuentes internas del CSN sostienen «que este escrito debería haber motivado la parada inmediata del reactor que ahora está en funcionamiento en Almaraz para solucionar el problema». La dirección técnica del CSN no ha dado aún esta orden. ¡En menos de cuatro meses ha habido fallos en dos motores de las bombas de este sistema de refrigeración! Más aún: «se han detectado deformaciones de las piezas de los motores ya que las revisiones periódicas se eliminaron hace 19 años». El órgano supervisor admite que aún no se conoce que ha fallado en el motor del sistema de refrigeración de servicios esenciales de la central nuclear.

La refrigeración de servicios esenciales, vale la pena insistir, es un elemento clave para la seguridad de una instalación de este tipo, evita que se calienten los sistemas de seguridad de toda la central. Tanto el CSN como la dirección de Almaraz han recalcado que la instalación «se encuentra en situación segura». ¿Creemos en ellos, confiamos en ellos? ¿Tenemos motivo para obrar así sabiendo lo que sabemos?

 

Notas:

[1] http://politica.elpais.com/politica/2016/02/02/actualidad/1454411173_406687.html

http://politica.elpais.com/politica/2016/02/03/actualidad/1454498020_697762.html

http://politica.elpais.com/politica/2016/02/03/actualidad/1454530378_076532.html

[2] http://www.publico.es/politica/csn-avanza-reapertura-garona-pese.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.