La discusión, reabierta la semana pasada en España con la renuncia del rey Juan Carlos, se presentará en el Congreso y con la exigencia de parte de la izquierda que impulsa un referendo para que los españoles elijan entre monarquía o república. Los Diputados votarán este miércoles la ley de abdicación -aprobada por el gobierno […]
La discusión, reabierta la semana pasada en España con la renuncia del rey Juan Carlos, se presentará en el Congreso y con la exigencia de parte de la izquierda que impulsa un referendo para que los españoles elijan entre monarquía o república.
Los Diputados votarán este miércoles la ley de abdicación -aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy un día después de que el monarca anunció su renuncia el 2 de junio- y el Senado repetirá la votación el próximo 17, dos días antes de que, según se prevé, Felipe VI sea proclamado rey.
La misma tarde que Juan Carlos, de 76 años, anunció su abdicación, decenas de miles de personas se concentraron en una veintena de ciudades españolas reclamando un referendo para decidir si continuar con la monarquía o proclamar la Tercera República, reclamos que el pasado sábado se repitieron y prometen continuar.
El debate republicano -siempre latente-, cobró fuerza con la renuncia de Juan Carlos, producida en medio de la peor crisis de popularidad e imagen de la Corona española en la etapa democrática.
Y si bien un relevamiento de encuestas citadas por la agencia DPA -realizadas tras la abdicación- muestran una subida del apoyo a la monarquía y la preferencia por Felipe VI frente a un presidente republicano, el debate amenaza con ensombrecer el inicio del nuevo reinado.
«No se pueden sustituir los derechos del pueblo por derechos de sangre», señaló hoy Cayo Lara, líder de Izquierda Unida (IU), la tercera fuerza parlamentaria de ámbito nacional y en la que se inserta el Partido Comunista (PCE).
La votación de la ley de abdicación en el Parlamento español, un mero trámite para dar carácter legal a la renuncia de Juan Carlos, saldría adelante solo con los votos del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, pero se espera que más de un 80% de la cámara la respalde, incluido el Partido Socialista (PSOE), el principal de la oposición, y otros partidos más pequeños.
Las formaciones republicanas y soberanistas e independentistas de Cataluña y el País Vasco aprovecharán sin embargo la tribuna para insistir en sus posiciones antimonárquicas, en un intento de forzar un debate sobre la continuidad de la monarquía.
IU pedirá un referendo consultivo sobre el modelo de Estado a celebrarse en tres meses, una propuesta que con toda seguridad será rechazada.
«Es un debate que tiene un objetivo único, que es la abdicación del rey Juan Carlos», adelantó ayer Rajoy, quien defenderá el miércoles en el pleno del Congreso de los Diputados la ley de abdicación. «Se enmarca dentro de la normalidad de un país serio que cumple sus leyes».
La ley consta de un único artículo con dos puntos: «S. M. el Rey Juan Carlos I de Borbón abdica la Corona de España», señala el primero. «La abdicación será efectiva en el momento de entrada en vigor de la presente ley orgánica», indica el segundo.
El debate también se libra en el seno del PSOE, el segundo gran partido de España que, pese a su tradición históricamente republicana, se sumó al pacto constitucional que instauró la monarquía como forma de Estado y a Juan Carlos como rey en la transición de la dictadura de Francisco Franco a la democracia.
Su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, cerró filas con la Corona, a pesar de que dentro del partido se levantan cada vez más voces que reclaman regresar a esas raíces republicanas.
Dos parlamentarios socialistas pidieron libertad de voto, pero la dirección advirtió que serán sancionados si rompen la disciplina partidaria.