Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune (y de centenares de publicaciones más), inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. * […]
Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune (y de centenares de publicaciones más), inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto.
*
Nos habíamos quedado en este punto. Sobre el proceso inverso: «El desamiantado y el control y registro del amianto instalado, como iniciativa para crear empleo: http://www.eltambor.es/2019/04/el-cabildo-impulsa-la-creacion-de-empleo-a-traves-de-un-nuevo-proyecto-para-la-proteccion-del-medioambiente/ . ¿Cómo está el desamiantado en nuestra país? ¿Nos lo tomamos en serio? ¿Mucha tarea por hacer? ¿Hay comunidades autónomas más avanzadas en este campo?
El desamiantado, en nuestro país, está en un grado de realización muy precario, como se nos viene indicando a través de los trabajos publicados por Paco Puche. No existe, desde luego, ningún plan sistemático generalizado, y el asunto figura poco o nada, tanto en los programas de los partidos políticos, hablando en términos generales, así como también en los medios de comunicación.
Eso no obsta para que, no obstante, algunas fuerzas políticas lo estén reclamando, en sus intervenciones parlamentarias.
No me consta, que yo recuerde, si hay comunidades autónomas que en esto estén sensiblemente más avanzadas, con la excepción puntual que da motivo a su pregunta.
¿Nuevos resultados paliativos esperanzadores?: https://www.cope.es/actualidad/sociedad/noticias/radioterapia-duplica-supervivencia-los-pacientes-con-mesotelioma-20190429_404296 . ¿Qué nos puede decir de esta tema?
Pues que es esperanzador que así sea, mientras no surja alguna otra alternativa terapéutica que eventualmente venga a resultar más eficaz.
Una carta de un amigo suyo:
Estimado Paco:
Quiero felicitarte por el enorme esfuerzo desplegado en la redacción.
Te felicito por la excelente simbiosis de ciencia y jurisprudencia, es el primer libro que leo donde se unen perfectamente las explicaciones científicas con el corpus jurisprudencial, es trabajo enorme. Sobre todo muy bien hecho.
El pasado 9 de marzo, junto a AM, asistí como ponente a la Universidad de Murcia, creo que soy la primera de las víctimas que lo hace en foro universitario -él no pudo oírlo, porque tuvo que regresar a Granada- les di a tres catedráticas de derecho del trabajo y la seguridad social, un repaso importante, les pedí excusas, pero les dije que la tragedia del amianto hay que tratarla con firmes cimientos de ciencia, y luego el armazón jurídico. Me adelanté a tu libro.
No me reprimí de decirles, exactamente, qué sentencias de Cartagena y del TSJ son auténticos disparates científicos.
Paco, echo a faltar una referencia a la atelectasia redonda, yo la sufrí, la sufro, me dijeron, así a lo bestia, que era un mesotelioma, pasé primero por una angustia que nadie se puede imaginar, por una intervención con agujas, y luego una toracotomía, que me está causando dolores. Sé que son pocos casos, pero es importante afirmar la etiología por asbesto en esta patología, por encima de un 70%.
Son muchas cosas las que me gustaría escribirte, pero hasta dentro de un mes, estoy liado, juicios, entrevistas, y la importante testifical contra Repsol, el día 10 de mayo. He sido llamado como testigo.
Cuando tenga tiempo, te comento un par de cosas de tu libro, que son explicaciones y ampliaciones, de lo expuesto por ti.
Pregunto si les puedo enviar tu libro a las catedráticas.
Recibe un abrazo. Reitero mi más sincera felicitación.
Su respuesta:
Muchas gracias por tus elogios, y tomo buena nota de tus observaciones. En el caso de la atelectasia, me quedaba entre dos aguas, en mi propia estimación, y por temor a pasarme de rosca, me quedé quizás corto. Ten presente, que yo no encuentro defendible que se postule un incremento de la indemnización, a causa de la co-morbilidad, cuando se trate de patologías tales como la acropaquia, o las verrugas o callos del amianto (a pesar de que puedan, excepcionalmente, malignizarse), etc.
Tampoco vengo a decirlo todo. Tendríamos, también, los padecimientos iatrogénicos (recuerda mi trabajo, «Sufrir por sanar»), que tampoco son «moco de pavo». Baste recordar, por ejemplo, a la resección de la pleura. Cuanta más poli-morbilidad, más oportunidades para que las puñeterías «terapéuticas» se ceben con el paciente de enfermedades asbesto-relacionadas, específicas o no.
No tengo el más mínimo reparo a que les pases el link de acceso, a quienes estimes oportuno, y aunque eso me suponga alguna crítica, venga de donde venga. Si es razonable, habrá que aceptarla, y si no, pues habrá que rebatirla, si se me diera oportunidad de poder hacerlo.
Aguardo impaciente a que llegue el momento en el que, estando tú ya más descargado de «distracciones», me puedas ilustrar con la insustituible sabiduría que confiere el contacto, en primera línea, con las realidades que mis generalizaciones tratan de abarcar, lo mejor que haya podido hacerlo.
Ya estoy, «a todo gas», sobre mi próximo trabajo, que versará precisamente sobre la co-morbilidad, en relación con las patologías, específicas, asbesto-relacionadas, o sea, asbestosis y mesotelioma.
Esta vez, la pomada no irá de sentencias judiciales, sino exclusivamente de la abundantísima literatura médica acumulada, porque lo que no es de recibo, y es lo que está pasando, es que, «desde que Franco era cabo», en metáfora, se estén estrellando contra un elefante, y se comporten como el que ha tenido solamente un suave roce, recompongan el ademán, miren para otro lado, y sigan adelante tan impasibles, como si no hubiera sucedido nada. Sistemáticamente, se está obviando sacar las pertinentes conclusiones, de las más palmarias evidencias, como es el caso de las nada raras situaciones de co-morbilidad.
¿Quiere añadir algo más? ¿Qué tal lleva ese nuevo trabajo?
El mismo ya se publicó, como ya he indicado en anterior pregunta del presente cuestionario: «Comorbilidad, con al menos una patología específicamente asbesto-relacionada «Rebelión», 16/05/2019 / http://www.rebelion.org/docs/255996.pdf
También de usted: «Amianto y cambio climático. Por si les interesa conocer el artículo que en su día me publicaron, sobre este asunto: «Amianto y cambio climático: el nexo inesperado» «Rebelión», 17/08/2015 http://www.rebelion.org/noticia.php? «. Se lo he comentado en alguna ocasión, pero permítame que repita mi duda: ¿qué vinculación existe entre la industria criminal del amianto y el calentamiento global antropogénico?
El cambio climático incrementa la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos (tales como vendavales, tifones, inundaciones, granizadas, pedrisco, etc.), que vienen a acrecentar la carga medioambiental de roturas de fabricados de amianto-cemento (principalmente, cubiertas), que vienen a soltar, en suspensión en la atmósfera, en el ámbito urbano, y en menor grado, también en el rural, las fibras de asbesto que han quedado liberadas de su confinamiento en la matriz del cemento fraguado, accediendo a la condición de friabilidad sobrevenida.
Me llega de usted una información en la que se habla de «Amianto bebidas». ¿Y qué es eso estimado amigo?
La presencia de fibras de amianto, en suspensión en bebidas (como, por ejemplo, en la cerveza), como consecuencia de haberse persistido en el uso de filtros de purificación y de eliminación de la turbidez, que contenían a dicho contaminante, entre los componentes con los que se fabricaron los susodichos filtros, en su momento. Usted puede, por tanto, estar bebiendo una cerveza de marca, importada, y al propio tiempo, y sin ser consciente de ello, estar también ingiriendo amianto.
Otra información más: «Madrid-juicios. Publicado (atención a lo indicado sobre mesoteliomas en hijos de trabajadores del amianto): https://www.eleconomista.es/economia/noticias/9832454/04/19/avida-prepara-mas-juicios-por-amianto-y-confia-en-que-metro-no-recurra.html .» ¿Cómo se «transmite» esa enfermedad de padres a hijos?
A través de la convivencia en un mismo hogar, con padres trabajadores del amianto, con o sin acompañamiento de vecindad respecto del foco industrial de dispersión del contaminante, a través de las fibras invisibles portadas en el pelo, en el calzado y en la ropa, y eventualmente, también con el incremento inherente al lavado de la ropa de trabajo en el propio domicilio, que ha venido siendo lo que más potenciaba el riesgo de mesotelioma, tipo de cáncer específicamente relacionado con la exposición al asbesto, y para el que el afloramiento se produzca, décadas después de consumada la exposición, tanto laboral como medioambiental, basta con dosis sumamente reducidas, débiles, esporádicas, breves, o incluso puntuales y únicas, con casos comprobados incluso a distancias de varios kilómetros desde el foco industrial de dispersión, con un gradiente de atenuación en el número de casos registrados, también en concordancia con la dirección de los vientos predominantes, y llegando a afectar incluso a los animales domésticos, residentes habituales en la zona.
La contaminación, de padres a hijos, por consiguiente, puede obedecer a varios mecanismos de contagio, siendo cuantitativamente el más importante, pero no el único, el que ha venido a representar el lavado a domicilio, de la ropa de trabajo, del padre u otro pariente, trabajador de la industria del amianto, digamos que, por ejemplo, en un taller de reparación de vehículos a motor, en donde se haya practicado la sustitución y limpiado de las zapatas de los frenos, con contenido de asbesto.
Una reflexión suya: Desamiantado imperfecto: https://kaosenlared.net/barcelona-retiran-piezas-de-amianto-de-un-metro-y-se-las-dejan-dentro/ :
Sigo opinando que el desamiantado de los metros de Barcelona, Buenos Aires y Madrid, debiera de ser complementado con una medición de los niveles de radón en todas las instalaciones subterráneas, principalmente en los túneles, habida cuenta de la tendencia de este gas radiactivo y cancerígeno, a acumularse en huecos subterráneos, tales como cuevas, minas, sótanos, bodegas subterráneas, etc., en función de la naturaleza mineral de las paredes, y sin que sirvan aislamientos tales como encalados, pinturas, etc.
De haber presencia significativa, podría haber sido determinante de un efecto sinérgico (multiplicador), respecto del poder cancerígeno del amianto.
Hemos hablado algo de ello antes pero insisto. ¿No se hacen bien las cosas entonces? ¿Por qué?
Se reacciona lo mínimo imprescindible, en función de la presión social recibida. Si no la hay, o si es débil, o si abunda el «despiste» de los potenciales afectados, pues sencillamente no se actúa, o a lo sumo, se hace, como ya he dicho, lo imprescindible, para «tapar la boca» a los que protestan. Eventualmente, recurriendo incluso a la amenaza más o menos encubierta, suscitando «temor famélico». Para ellos, es lo más cómodo, breve y económico.
De «interés histórico y algo más» dice usted:
Aunque no es reciente (se publicó en septiembre de 2017), pero, por diversas causas, hasta ahora no he llegado a acceder al texto completo de este trabajo de interés histórico, en el que, además, su autora nos brinda varias reflexiones implícitas acerca del supremacismo machista y del feminismo, en el curso de la concatenación de acontecimientos que determinaron el inicio del reconocimiento de la nocividad del trabajo con amianto, en el caso concreto de las trabajadoras de la industria textil del asbesto, y también en general: Yates DH. Asbestos: insights from women. Lancet Respir Med. 2017 Sep 1. pii: S2213-2600(17)30333-8. doi: 10.1016/S2213-2600(17)30333-8. https://sci-hub.tw/10.1016/S2213-2600(17)30333-8
¿Supremacismo machista en asuntos de amianto? ¿Cómo se explica?
Lo va a entender inmediatamente, en cuanto lea mi traducción de los párrafos con los que da comienzo el artículo comentado:
Es un hecho poco conocido, que las mujeres hicieron la primera descripción de los efectos adversos para la salud, de la exposición al asbesto, en 1898.
Lucy Deane (nacida el 31 de julio de 1865 en Madrás, India) fue una de las primeras inspectoras de las fábricas, designadas en Gran Bretaña, y una firme defensora del movimiento de promoción del sufragio femenino.
Trabajó en estrecha colaboración con Adelaide Anderson (nacida en 1863, en Melbourne, Australia), que también fue una sufragista.
La Inspección de Fábricas, había sido establecida por la Ley de Fábricas de 1833, para prevenir lesiones y el trabajo excesivo, en los trabajadores textiles infantiles.
Durante los primeros 60 años, empleó inspectores masculinos; las mujeres solo fueron nombradas, después de varios años de campaña, realizada por las ligas de mujeres.
Alexander Redgrave, el Inspector Jefe de Fábricas, escribió, en su informe de 1879:
Dudo mucho de que la oficina del inspector de fábrica, sea adecuada para las mujeres…
Los deberes generales y múltiples de un inspector de fábricas, serían realmente incompatibles con el carácter amable y hogareño de una mujer…
No obstante, las mujeres fueron nombradas por primera vez en 1893, y su historial refuta firmemente las opiniones de Redgrave.
Lucy Deane y Adelaide Anderson no fueron las primeras inspectoras de fábricas, pero ambas eran de clase media, bien educadas y con conciencia política.
El asbesto en Colombia: https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/04-2019-en-dos-meses-congreso-puede-prohibir-el-asbesto. ¿Cómo andan las cosas por allí?
De momento, la situación viene a ser la siguiente: se superó, con éxito, el trámite parlamentario, pero todavía tiene que llegar a ser definitivamente ratificado, antes del próximo día 20 de junio, pero con la inquietante eventualidad, además, de que quizás se puedan llegar a introducir importantes modificaciones, que tal vez podrían resultar regresivas. Ése, precisamente, vendría a ser el temor que subsiste en recelosa duda.
Véase, al respecto, esta información desde Colombia, y publicada en 26 de mayo: https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/05-2019-prohibiendo-el-asbesto
Más sobre Colombia: esta noticia https://caracol.com.co/emisora/2019/05/11/tunja/1557580527_736473.html («Concejales del municipio de Villa de Leyva, uno de los que más mueve el turismo en Colombia, señalaron a Caracol Radio que pensando en la salud de sus habitantes, radicaron el proyecto…») fue comentada por usted en los siguientes términos:
En nuestra opinión, esta iniciativa, y otras similares, de otros municipios, que fueron precedentes, evidencian una cierta desconfianza -justificada, a nuestro parecer-, hacia el resultado final que la iniciativa parlamentaria en curso de tramitación, para decretar normativa legal, de ámbito nacional, promulgando una prohibición general del uso industrial del asbesto, en todas sus variedades -crisotilo o amianto blanco incluido-.
Al propio tiempo he de manifestar mi radical discrepancia respecto de la «optimista» estimación, según la cual, el riesgo cancerígeno se limitaría a solamente el 7% de la población laboral concernida por ese empleo del asbesto en el proceso productivo. Por lo que respecta al mesotelioma, los múltiples estudios epidemiológicos realizados, vienen a evidenciar una tasa de incidencia, con un número de casos registrados, netamente superior al correspondiente al país o zona geográfica concernidos en cada oportunidad, en un radio de varios kilómetros en el entorno del foco industrial correspondiente (muelles, zonas portuarias, de descarga del mineral, astilleros de construcción naval, fábricas de fibro-cemento, industria de fabricación de textiles elaborados con asbesto, grandes garajes, minas y canteras que incluyan el asbesto, aunque solamente sea como traza contaminante de origen geológico, etc.), con un gradiente de dispersión, centrado en el susodicho foco industrial o natural de polución, en concordancia con la dirección de vientos predominantes, y llegando a afectar incluso a los animales domésticos, residentes habituales en la zona respectiva, y todo ello con dosis de exposición a fibras suspendidas en la atmósfera permanentemente (a efectos prácticos), que resultan ser netamente inferiores a las registrables en el interior del perímetro de todo el centro de trabajo concernido en cada oportunidad, por lo que en dicho ámbito laboral, y por lo que respecta al mesotelioma, los puestos de trabajo sujetos a ese riesgo, lo son TODOS, y no meramente el 7% de los mismos.
También ha de advertirse, que para que exista riesgo laboral de contraer un mesotelioma, no hace falta que el asbesto forme parte del proceso productivo, como componente del producto final elaborado, bastando para ello, meramente, con que el asbesto tenga presencia apreciable, fijado en las instalaciones fabriles, lo cual sucede en todas las industrias que implican procesos «en caliente», como es el caso, por ejemplo, de las industrias azucarera, papelera, petrolífera, del vidrio o la cerámica, calderería industrial, etc.
¿Quiere añadir algo más?
Pues que, por lo que se ve, incluso a los mismos promotores de la prohibición, les llegan a «colar» la versión descafeinada y laxista de la estimación del riesgo.
Otro descanso, el último.
Descansemos un poco, siempre conviene.
Primera parte de esta entrevista: Entrevista a Francisco Báez Baquet sobre la industria criminal del amianto (I). «Los trabajadores y los periodistas llaman ‘abestosis’ a cualquier enfermedad relacionada con el amianto» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=256793
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.