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El despertar de la emergencia climática en la sociedad civil aspira a consolidarse en 2020

Fuentes: Público

Pese a los escasos compromisos de la Cumbre del Clima celebrada en Madrid, las organizaciones ecologistas cerraron un año con el optimismo de haber conseguido aumentar su presencia en las calles y con el reto mantener la presión a los gobiernos para que aumenten la ambición climática en este 2020.

 

Manifestación de Fridays For Future durante la Cumbre del Clima de Madrid (COP25). REUTERS/Susana Vera

En 2019 los coches continuaron dominando los espacios urbanos y hoy en día el humo sigue siendo un elemento más del atrezo de las ciudades. Los mares no se consiguieron librar de la epidemia de los plásticos y los suelos, otro año más, fueron arrasados por el fuego y la deforestación. En ese contexto de crisis climática, la clase política se ha mantenido, a grandes rasgos, impasible. Mientras, parte de la sociedad civil, cada vez más consciente de la coyuntura de emergencia, parece haber despertado para reclamar un cambio de rumbo que salve al planeta del colapso .

Pero, casi de repente, surgió la movilización climática con la que empezaron a cambiar muchas cosas. La sociedad parecía dormida, pero despertó, llenó las plazas y consiguió poner a la crisis climática en el centro del debate político y mediático. «Sólo hay que comparar la movilización de septiembre de 2018 y la de diciembre de 2019. No sólo ha crecido exponencialmente el número de participantes, sino que aparecen actores importantes como la juventud, que marcan un claro giro que se articula en torno al concepto de emergencia climática «, expone a Público Javier Andaluz, portavoz de Ecologistas en Acción, uno de los colectivos más veteranos en el activismo medioambientalista.   

«Parte de la culpa de la consolidación del movimiento climático la tiene Fridays For Future , que ha conseguido sacar a las calles a personas que antes no tenían preocupación por estos temas», argumenta Héctor de Prado, portavoz de Amigos de la Tierra. El aliento de Greta Thunberg, que inició un huelga escolar por el clima hace un año, llegó a España, donde la juventud ha articulado un movimiento ecologista potente capaz de convocar sentadas frente a las instituciones y manifestaciones multitudinarias por todo el país.

En ese sentido, tres fechas fueron claves a nivel de protesta social: el 15 de marzo (primera huelga estudiantil por el clima), el 27 de septiembre (protesta mundial por el clima) y 6 de diciembre (manifestación masiva en el marco de la Cumbre del Clima de Madrid). El clamor de la juventud climática, sustentado por la participación activa de las clásicas organizaciones ecologistas, ha derivado en la aparición de otros colectivos vinculados a la lucha por la salud y el medio ambiente como Madres por el Clima o Profes por el Clima , que apuestan por la educación ecosocial como motor de cambio.