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La infraestructura promovida por la Diputación de Valencia afecta a la fauna, la red de caminos, las acequias y el parque verde del municipio

El desvío de una carretera amenaza la huerta de Pedralba, en el Parc Natural del Túria

Fuentes: Rebelión

Hace más de dos décadas que en Pedralba -municipio de 2.500 habitantes de la provincia de Valencia, en el ámbito del Parc Natural del Túria- casi nadie cuestiona la necesidad de «desviar» el tránsito de camiones de la vía principal que atraviesa la localidad. De hecho la Plataforma en Defensa del Paisaje de Pedralba, surgida […]

Hace más de dos décadas que en Pedralba -municipio de 2.500 habitantes de la provincia de Valencia, en el ámbito del Parc Natural del Túria- casi nadie cuestiona la necesidad de «desviar» el tránsito de camiones de la vía principal que atraviesa la localidad. De hecho la Plataforma en Defensa del Paisaje de Pedralba, surgida del movimiento ciudadano, tiene como consiga «Sí al desvío, no por el río (Túria)». El quid reside en si la «variante» conviene realizarla por el sur (como pretende la Diputación de Valencia, institución promotora del proyecto) o si se prefiere la opción norte, como defienden las plataformas ciudadanas y organizaciones como Ecologistas en Acción y Acció Ecologista Agró. A pesar de los impactos sobre el Parc Natural del Túria, principalmente sobre la zona de huerta de Pedralba, se ha impuesto la primera propuesta. Entidades cívicas y movimientos sociales han pedido la paralización de la infraestructura.

La carretera cuenta con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente (publicada el 17 de abril de 2015 en el DOCV); pero la DIA siembra algunas dudas sobre la actuación. Reconoce, por ejemplo, impactos como la ocupación de suelo («significativa», según la DIA), la fragmentación del hábitat dentro del Parc Natural del Túria, afecciones sobre el paisaje, contaminación de las aguas del río y molestias sobre la población (ruidos y contaminación atmosférica), por la proximidad entre la carretera y el casco urbano de Pedralba. Señala además la declaración de impacto una «importante» barrera para la fauna y para acceder al término municipal desde el río.

La actuación se ubica dentro de la zona inundable del valle del Túria, establece la Resolución de la conselleria. También expresa la posibilidad de que el «desvío» afecte a la vía pecuaria Cordel de Castilla. La nueva infraestructura podría también generar impactos en especies amenazadas como la loina o la madrilla del Túria, y en zonas de valor paisajístico como el casco urbano de Pedralba, los barrancos de Chiva, Pedralba y Teula, y Cerro Mojón.

Las obras para liberar el tráfico del núcleo urbano se adjudicaron el pasado 28 de mayo a la UTE formada por Levantina Ingeniería y Construcción, y Asfaltos Vicálvaro, por cerca de tres millones de euros. El trazado establecido, con un plazo para la ejecución de las obras de un año, es de 1.230 metros de longitud, con tres glorietas y una intensidad media de 2.073 vehículos diarios prevista para el año 2017.

La Diputación de Valencia siempre ha defendido el «desvío» por el sur, pero el Ayuntamiento de Pedralba ha cambiado de posición sobre el proyecto. Si en el año 2006 el pleno municipal aprobaba por mayoría absoluta un acuerdo que apostaba por la zona norte (en sintonía con asociaciones ciudadanas y organizaciones ecologistas), en 2013 ha manifestado, por el contrario, su sintonía con la corporación provincial. ¿Cuál es la diferencia entre las dos propuestas? La opción norte es más cara, el trazado tiene mayor longitud y más desniveles que salvar, pero es más respetuosa con el medio natural.

Rosa Martínez, de la Plataforma en Defensa del Paisaje de Pedralba, sostiene que la carretera promovida por la corporación provincial afectará principalmente a la zona de huerta. «Puede que se trate de minifundios sin un valor productivo destacable, pero sí tienen una importancia ambiental, cultural y paisajística; es además el trozo de huerta que cultivan las familias en el día a día». Enrique Muedra, también miembro de la plataforma, defiende la protección y recuperación de la zona hortícola, así como del sistema de regadíos árabes de la zona. En el territorio afectado pueden observarse abubillas, halcones, tordos, mirlos, jilgueros o garzas; en las acequias, cangrejos de río.

Además, «la carretera terminará con una red de caminos tradicionales bien conservada, que permiten ir paseando del pueblo al río», subraya Enrique Muedra. «Sólo se podrá acceder al río por dos pasos subterráneos», añade. El área afectada por la nueva infraestructura es, destaca Rosa Martínez, la única zona recreativa (y más próxima) al municipio de Pedralba. «Es el parque verde de la ciudad; lo demás ha sido afectado por los incendios».

El 12 de junio un centenar de personas se concentraron en la plaza de Manises de Valencia, frente al edificio de la Diputación, para protestar contra el proyecto. Las organizaciones contrarias a las obras de la «variante» sur de Pedralba en la CV-377 han presentado 3.000 firmas en la corporación provincial y se concentran cada domingo en la plaza de este municipio de la comarca de Los Serranos. También han llevado un informe con alegaciones, elaborado por Acció Ecologista Agró, a la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente; a la Diputación provincial y al Ayuntamiento de Pedralba. Hasta el momento la Plataforma no ha recibido respuesta. Además se han dirigido al Síndic de Greuges.

Sobre la variante escogida por la Diputación, el informe de Acció Ecologista Agró defiende que los efectos medioambientales y sociales son «inaceptables». «Apenas se ha dado peso» o «se ha ignorado», añade la organización ecologista, las repercusiones sobre el Parc Natural del Túria, la Red Natura 2000, la «artificialización» del entorno rural y la pérdida de calidad de vida de los vecinos. Además, se ha dado un peso «excesivo» al coste de la infraestructura como criterio de selección. Agró concluye que la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto está «viciada», por la falta de informes (como el del Servicio de Gestión de Espacios Naturales Protegidos) y porque tampoco considera que el parque natural linda con dos Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) -Alto Turia y Sierra del Negrete-; y dos Lugares de Interés Comunitario (LIC) incluidos en la Red Natura 2000 (Sierra del Negrete y l’Albufera).

Las entidades de la sociedad civil han aportado además un informe del arquitecto Juan Calduch, que asegura que el proyecto aprobado «rompe el equilibrio territorial» formado por el núcleo urbano, las redes de riego, los caminos y vías agrícolas, las parcelaciones y cultivos. Augura un «deterioro progresivo» del suelo urbano y la zona de huerta por el impacto de la carretera. Por otro lado, advierte que la «variante» sur «invade» el cauce del río Túria (sobre todo una de las rotondas previstas), lo que disminuirá -según el informe- la anchura de los márgenes e incumplirá la distancia mínima de 30 metros que establecen las normas urbanísticas. Otro efecto apuntado por el arquitecto es la creación de una barrera que impide el desagüe natural de las aguas de escorrentía, lo que aumenta el riesgo de inundaciones. Un informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar de 2013 alerta sobre esta misma circunstancia, al señalar que tres cuartas partes del trazado de la «variante» se ubican en la zona inundable del río Túria. De hecho, recuerda Rosa Martínez, en la riada de 1957 «se desbordó el río y hubo 13 muertos en el pueblo».

Dadas las objeciones al proyecto, ¿cuál es la respuesta de los vecinos de Pedralba, uno de los nueve municipios del ámbito del Parc Natural del Túria? «No hay una excesiva movilización», declara Enrique Muedra. «Pedralba es un pueblo muy pequeño en el que todo el mundo se conoce; si te retratas, te dejan de saludar, por lo que mucha gente prefiere no posicionarse». «Hay gente que está con nosotros pero prefiere el anonimato», añade Rosa Martínez, «sobre todo las personas que tienen un negocio». ¿Es Pedralba un pueblo conservador? El PP ha ganado las tres últimas elecciones municipales con mayoría absoluta. Señalan los activistas que el actual alcalde, Roberto Serigó, ha logrado «vender» a los vecinos que quien se opone a la «variante» sur, está en contra de «sacar» el tránsito de vehículos pesados del municipio. Muedra señala otro de los problemas: «muchos de los vecinos no valoran lo suficiente las zonas afectadas». «Aunque sean un pequeño paraíso».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.