Dos trabajadores de Telefónica en huelga de hambre se personaron en la tarde del jueves en la sede central de la compañía en Barcelona para exigir una reunión con el director en Cataluña, Kim Faura. Como en anteriores ocasiones, no han logrado su objetivo. Según explicaron, la gerente de recursos humanos les comunicó que Faura […]
Dos trabajadores de Telefónica en huelga de hambre se personaron en la tarde del jueves en la sede central de la compañía en Barcelona para exigir una reunión con el director en Cataluña, Kim Faura. Como en anteriores ocasiones, no han logrado su objetivo. Según explicaron, la gerente de recursos humanos les comunicó que Faura no podía recibirlos, y tras varias horas de espera y la amenaza de sacarlos del edificio por la fuerza, decidieron marcharse.
«Habíamos decidido que no nos marcharíamos sin una fecha de reunión», explicó Alberto Diez. Estuvieron varias horas esperando en la entrada del edificio con un cartel que recordaba que llevaban ya 11 días en huelga de hambre, «vigilados constantemente» por el personal de seguridad. «Mañana volveremos, pero en vez de poner once pondrá doce días».
En el anterior encuentro con el departamento de recursos humanos se les comunicó que la decisión de no readmitir a Marcos Andrés Armenteros [ver carta dirigida a la dirección de Telefónica más abajo], despedido injustamente según los jueces, es inamovible. La multinacional sigue sin abrir vías de diálogo, y a pesar de haber solicitado repetidamente una reunión con Faura, este sigue sin recibirlos. «La dirección ni nos ha llamado ni se ha preocupado por nosotros, ni tan solo para decirnos que lo dejemos porque no cambiarán de opinión», aseguró Diez.
Ayer se cumplieron doce días de la huelga de hambre que están llevando a cabo para pedir la readmisión de Armenteros, que fue despedido tras una baja médica justificada. Su despido fue declarado «nulo» y posteriormente «improcedente» por dos juzgados, pero Telefónica no rectificó.
Armenteros y sus cinco compañeros han perdido varios kilos desde que empezaron su acción de protesta, y los últimos días han tenido que reducir el ritmo de su actividad por consejo de los médicos que los atienden. «Me encuentro mejor de lo que esperaba», explicó Diez, «aunque me duelen las piernas, tengo ardor de estómago y me mareo a menudo». Periódicamente son visitados por una psicóloga que los acompañará durante todo el proceso. Si los doctores se lo piden debido al deterioro de su estado de salud, han acordado abandonar la huelga de hambre.
Apenas han podido romper el silencio mediático sobre su acción, de la que no han informado los grandes medios de comunicación. Un artículo sobre la protesta de la periodista Lali Sandiumenge en el diario La Vanguardia fue censurado por la dirección del periódico, según explicó la propia reportera en su blog.
Carta a los directivos de Telefónica
Me dirijo a los directivos que el 4 de febrero de 2011 decidieron hacer uso del artículo 52d para despedirnos a Mª Cruz y a mí, y que aún habiendo perdido tres juicios, uno nulo y dos improcedentes, han persistido en su decisión. Os escribo desde mi cama, aquí en la central de Telefónica de Paralelo, en la improvisada habitación en la que hoy hace 11 días cinco compañeros y yo comenzamos la Huelga de hambre. Tenéis que saber que a todas horas hemos visto entrar por la puerta a compañeras y compañeros que vienen a alimentarnos con la verdad que, durante años, había permanecido oculta bajo el temor y la resignación. La verdad de una plantilla que sabe de vuestra obsesión por acabar con ella para poder así externalizar el trabajo y hacerlo más barato; gente que sabe que no os importa en qué condiciones trabajan autónomos, contratas y subcontratas mientras vuestros sueldos millonarios crezcan. Nos alimentan las personas que entran por esa puerta y nos abrazan porque saben que nos utilizasteis para atemorizarles a ellos. Hoy comprendo más que nunca que hay nutrientes que no te da la comida ni el dinero; ese alimento inmaterial te permite comenzar lentamente a salir del miedo y la obediencia, y tengo la certeza de que ese alimento le hace bien a la gente y a nosotros. Pero no penséis que esto es mérito de la huelga que hacemos; esta huelga es la reacción que vosotros habéis provocado. Antes de despedirnos se habían eliminado ya 45000 puestos de trabajo dignos y os disponíais a terminar con 6500 más. ¿Hacía falta despedir a dos personas por bajas médicas? Tenéis ahora una oportunidad idónea para hacer un gesto, para cambiar el rumbo de la confrontación que habéis provocado.
Barcelona, 15 de noviembre de 2012
Marcos Andres Armenteros