El alcohol es malo. Podría decirse, incluso, que es muy malo (sobre todo cuando no va acompañado del suficiente queso). La ingesta inmoderada de esta sustancia (como han puesto en evidencia recientemente el expresidente José María Aznar y el neopresidente Nicolás Sarkozy) les pone a ELLOS en trance de perder la seriedad, el aplomo, y hasta […]
El alcohol es malo. Podría decirse, incluso, que es muy malo (sobre todo cuando no va acompañado del suficiente queso).
La ingesta inmoderada de esta sustancia (como han puesto en evidencia recientemente el expresidente José María Aznar y el neopresidente Nicolás Sarkozy) les pone a ELLOS en trance de perder la seriedad, el aplomo, y hasta la dignidad (propias de su sexo) y a ellas las bragas. Si no, véase la nueva campaña del Ministerio de Sanidad. http://www.msc.es/campannas/campanas07/alcoholmenores1.htm
Ciertamente, a veces también las expone a ellas a otros peligros, pero eso suele depender, en mucha mayor medida, de la cantidad de alcohol que haya sido ingerida por ELLOS.
Sólo lamentar, por tanto, la ausencia de un tercer cartel mostrando la foto del típico adolescente pedo intentando meter mano a lo primero que pilla por donde primero pille y con el lema –es una sugerencia– «El doble de cabrón«.