En una reciente entrevista en El País al premio Nobel de Química, Hartmut Michel, le preguntaron: Según una directiva de la Unión Europea, el 5,75% de todo el transporte basado en energías fósiles deberá ser sustituido por biocombustibles antes de 2010 ¿Es una estrategia equivocada? Recomonendaría abolir dicha directiva: con los biocombustibles no se ahorra […]
En una reciente entrevista en El País al premio Nobel de Química, Hartmut Michel, le preguntaron:
Según una directiva de la Unión Europea, el 5,75% de todo el transporte basado en energías fósiles deberá ser sustituido por biocombustibles antes de 2010 ¿Es una estrategia equivocada?
- Recomonendaría abolir dicha directiva: con los biocombustibles no se ahorra emisiones de dióxido de carbono. Es evidente que tenemos que reducir las emisiones de dióxido de carbono si queremos frenar o reducir el calentamiento global, tenemos que cambiar de energías fósiles a energías renovables. Pero la producción y el uso del biogás o el biocombustible no son neutrales en cuanto a la producción de CO2 porque al menos el 50% de toda la energía contenida en el biogás o en el biocombustible procede de fuentes fósiles
¿Puede explicarlo mejor?
R Para producir algunos biocombustibles, como el etanol, hace falta invertir mucha energía en forma de fertilizantes, de transportes……. Y también en el destilado del alcohol. Lo que obtienes al fermentar el vegetal es algo como el vino, con un 10% de alcohol, y hay que convertirlo en alcohol al 100%. Para eso hay que invertir casi tanta energía como la que hay en el etanol. Y si obtienes esa energía de combustibles fósiles, acabas emitiendo más CO» de lo que emitirías simplemente usando gasolina en el coche.
Creo que es clara la explicación de Hartmut Michel sobre la inutilidad de los llamados biocombustibles.
Siempre nos hablan de biocombustibles, cuando nos deberían hablar de agrocombustibles. La palabra BIO significa vida y el término es utilizado para fomentar la idea que este tipo de energías va a resolver no solamente la necesidad de nuevas fuentes energéticas, sino que también el problema del cambio climático, que como veremos resulta todo un engaño.
Los agrocombustibles (biocombustibles) son de dos tipos. El primero es el bioetanol, que es un alcohol producido a partir de la caña de azúcar, del maíz, del trigo. El etanol producido a partir de la caña de azúcar provoca una vez y media más gas efecto invernadero que el petróleo. Para hacer el cálculo real, tenemos que tener en cuenta todos los elementos que intervienen en el proceso de producción.
El segundo es el biodiesel que es producido a partir de la soya, la colza o la palma. Si se analiza todo el proceso de producción cada tonelada de biodiesel producido a partir de la palma de aceite emite más CO2 que el petróleo.
Los biocombustibles y el capitalismo
El sistema capitalista se basa en la utilización de energía tanto para producir como para transportar y como fundamento de su lógica es el valor de cambio, es decir, la posibilidad de intercambiar productos y servicios como base de ganancia y de acumulación. Su desarrollo está íntimamente ligado a las fuentes energéticas.
El modelo de desarrollo capitalista necesita cada vez consumir más energías. Por eso las fuentes de energía son fundamentales. Sin embargo, nunca se cuestiona el modelo de consumo y desarrollo. Ahora nos venden todo en VERDE, gasolinas, electricidad, etc., Las empresas petroleras son presentadas como benefactoras del hombre y defensoras del medio ambiente.
El proceso actual del neoliberalismo libera a las fuerzas del mercado para resolver la crisis de acumulación y ha provocado una verdadera explosión de consumo de las fuentes de energía. El resultado de esta irracional política consumista ha sido un aumento espectacular de la producción de CO2 en la atmósfera y en consecuencia del calentamiento acelerado del clima.
El ex vicepresidente norteamericano Al Gore en su película «Una verdad incómoda» alerta a la población mundial sobre los efectos que sufriremos por el calentamiento global del clima. Esto es un hecho evidente e irrefutable, pero sus conclusiones a mi modo de ver no son las más importantes, pues se centran en los comportamientos morales y religiosos que como individuos tenemos, pero no plantea ni cuestiona el sistema de consumo en el que estamos sumergidos ni el modelo económico predominante
La destrucción de la agricultura por los biocombustibles
La utilización de los fertilizantes y los pesticidas, que son producidos por la energía fósil, son un factor de destrucción ecológica. Una de las características de los monocultivos es que los utilizan de forma masiva. Actualmente, se usa 45 millones de toneladas de estos productos y si queremos salvar el suelo y el agua deben de disminuir su uso rápidamente. Este tipo de producciones provocan un gran aumento del consumo de agua que es desviada de otros productos más naturales y acaba con los recursos hídricos.
Con los biocombustibles se provoca una importante disminución de la flora y fauna mundial. Los biocombustibles llevan a la destrucción de la agricultura pequeña pues se pasa de una producción campesina a un modelo productivista de tipo capitalista, lo que conlleva la desaparición de millones de campesino con el coste social que eso provoca. Sabemos, que la agricultura de tipo familiar genera 35 empleos cada 100 hectáreas, pero por ejemplo solo se necesitan 10 empleados para el cultivo de la palma aceitera y la caña de azúcar y solamente medio empleo para la soya.
La introducción de los monocultivos origina la desaparición de la producción de alimentos diversificados. Además, provoca un encarecimiento de estos productos básicos para la alimentación como lo estamos comprobando actualmente.
Una de las consecuencias de la expansión de estos monocultivos es el aumento del poder de los grandes terratenientes y de las multinacionales.
La Unión Europea y los biocombustibles
La política europea consiste en dar subsidios para favorecer este tipo de fuentes de energía. Como ya hemos visto, se pretende que para el año 2010. se llegue al 5,75% de agrocombustibles en los transportes, esto significa utilizar el 10% de las tierras agrícolas europeas para conseguir esta producción.
Los acuerdos de Kyoto plantean llegar al 20% del total del consumo de combustible sea de tipo sostenible, para el año 2020, lo que significa una utilización todavía más intensa de las tierras para la producción de energías y si estas no son suficientes se recurrirá a la explotación de los países pobres del hemisferio Sur.
Las Unión Europea, en el año 2006, subvenciona el barril de biodiesel con 72 dólares, el de etanol con más de cien dólares, cuando el promedio del barril del petróleo fue de 70 dólares en ese año. El negocio para la industria es total, de ahí la proliferación actual de estas industrias. En cuanto a los agricultores, se les subvencionaba, en 2005, con 45 euros por hectárea, con una superficie de 500.000 Ha. Se disminuyen en un 50% los impuestos para la importación de agrocarburantes.
Podemos decir, que el coste de los agrocombustibles son un buen negocio para la industria y las grandes empresas agrícolas, que la apoyan totalmente y un mal negocio para los consumidores, para las arcas de la Hacienda Pública y para el medio ambiente.
Si vemos, que los bicombustibles no son una mejora para el sistema ecológico, ni para la vida humana ¿Cuál es la causa para su desarrollo? Solo hay un motivo, el de una mayor independencia energética, que además es falsa porque si bien no se dependería tanto de los países productores de petróleo, se volverá a depender de los países del hemisferio Sur que serán los que la producirán.
En consecuencia, solicitemos a la Unión Europea la supresión de la directiva de los biocombustibles por no ser en estos momentos una solución al problema del calentamiento climático y porque va a producir un agravamiento ecológico del planeta. Lo que la Unión Europea debe es replantearse el modelo económico de desarrollo y hacer hincapié en dos aspectos, el primero en desarrollar políticas activas de ahorro energético y en segundo lugar desarrollar políticas de I+D+I en el campo energético sostenible y los biocombustibles no lo son.