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¿El estado del mundo? Está al borde del desastre

Fuentes: The Independent

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

El planeta Tierra está al borde del desastre y la gente ya no debería considerar que sea seguro que sus hijos y nietos sobrevivan en el mundo ecológicamente devastado del Siglo XXI. No se trata del habla fatídica de activistas verdes sino de la opinión considerada de 1.300 destacados científicos de 95 países que publicarán hoy una evaluación detallada del estado del mundo a comienzos del nuevo milenio.

 

El informe no es de lectura agradable. Los académicos establecieron que dos tercios de los ecosistemas delicadamente equilibrados que estudiaron han sufrido terriblemente a manos del hombre durante los últimos 50 años.

 

Las zonas semiáridas del mundo, que cubren un 41 por ciento de la superficie terrestre, han sido particularmente dañadas y es precisamente allí donde la población humana ha crecido más rápido durante los años noventa.

 

La degradación lenta es una cosa, pero el deterioro repentino e irreversible es otra. El informe identifica una media docena de » puntos de quiebre » potenciales que podrían producir abruptamente un cambio negativo, con pocas esperanzas de recuperación dentro de una perspectiva humana.

 

Incluso si una degradación lenta e inexorable no lleva a un colapso total del medio ambiente, la gente más pobre del mundo va a sufrir más, según la Evaluación del Ecosistema del Milenio , que utilizó a 22 academias nacionales de ciencias en todo el mundo.

 

Walt Reid, jefe del núcleo central de autores del informe, advirtió que, a menos que la comunidad internacional tome una acción decisiva, el futuro se presenta sombrío para la próxima generación. «El resultado final de la evaluación es que estamos gastando el capital natural de la tierra, aplicando una tal tensión sobre las funciones naturales de la tierra que la capacidad de los ecosistemas del planeta de sostener a futuras generaciones ya no puede ser considerada como segura», dijo Dr. Reid.

 

«Al mismo tiempo, la evaluación muestra que el futuro está realmente en nuestras manos. Podemos cambiar radicalmente la degradación de muchos servicios de ecosistema durante los próximos 50 años, pero los cambios en política y práctica necesarios son sustanciales y no han sido emprendidos actualmente», dijo.

 

La evaluación fue realizada durante los últimos tres años y ha sido comparada con el prestigioso Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático – establecido para investigar el calentamiento global – por su experiencia en los numerosos especialismos que componen la amplia iglesia de la ciencia medioambiental.

 

En resumen, los científicos concluyeron que el planeta ha sido sustancialmente «re-diseñado» en la segunda mitad del Siglo XX,, debido a la presión ejercida sobre los recursos naturales de la tierra por las crecientes demandas de una mayor población humana.. «Durante los últimos 50 años, los seres humanos han cambiado los ecosistemas más rápida y extensivamente que en ninguna otra época en la historia humana, sobre todo ara satisfacer las crecientes demandas de alimento, agua potable, madera y fibra», dice el informe.

 

El costo total de esto recién se está haciendo evidente. Unos 15 de los 24 ecosistemas vitales para la vida han sido seriamente degradados o utilizados insosteniblemente – un ecosistema es definido como un complejo dinámico de plantas, animales y microorganismos que forman una unidad funcional con el entorno no-viviente en el que coexisten.

 

La escala de los cambios vistos en las últimas décadas no ha tenido precedentes. Casi un tercio de la superficie terrestre es cultivada actualmente, y se ha convertido más suelo en tierra de cultivos desde 1945, que en el total combinado de los siglos XVIII y XIX. La cantidad de agua extraída de ríos y lagos para la industria y la agricultura se ha más que duplicado desde 1960 y actualmente hay entre tres y seis veces más agua retenida en represas hechas por el hombre que la que fluye naturalmente en ríos.

 

Mientras tanto, la cantidad de nitrógeno y fósforo que ha sido liberada en el medio ambiente como resultado del uso de fertilizantes agrícolas se ha duplicado en el mismo período. Más de la mitad de todo el fertilizante sintético de nitrógeno jamás utilizado en el planeta ha sido usado desde 1985.

 

Esta liberación repentina e inaudita de nitrógeno libre y fósforo – importantes nutrientes minerales para el crecimiento de plantas – ha provocado masivas floraciones de algas en los medios de agua dulce y en el mar. Esto es identificado como un potencial » punto de quiebre » que puede destruir repentinamente ecosistemas enteros. «La Evaluación del Milenio considera que la carga excesiva con nutrientes es uno de los principales problemas de la actualidad y se hará significativamente peor en los decenios por venir a menos que se actúe», dijo el Dr. Reid.. «Sorprendentemente, sin embargo, aunque existe una cantidad importante de información de control y de investigación científica que corroboran este resultado, el problema de la carga de nutrientes apenas aparece en las discusiones de políticas a niveles globales y sólo unos pocos países otorgan un énfasis importante al problema.

 

«Este problema es tal vez el área en el que encontramos la mayor ‘disconexión’ entre un problema importante relacionado con servicios del ecosistema y la falta de acción política para reaccionar…», dijo.

 

Cambios abruptos son una de las cosas más difíciles de predecir pero su impacto puede ser devastador. ¿Pero es inevitable el colapso ecológico?

 

«Evidentemente, las tendencias duales de una continua degradación de la mayoría de los servicios de ecosistema y el continuo crecimiento en la demandad de esos mismos servicios, no puede continuar», dijo el Dr. Reid.

 

«Pero la evaluación muestra que durante los próximos 50 años, el riesgo no de es algún colapso ecológico global, sino más bien un riesgo de muchos colapsos locales y regionales en servicios de ecosistema particulares. Ya vemos que esos colapsos ocurren – las existencias de las pesquerías colapsan, hay zonas muertas en el mar, la degradación de los suelos disminuye la producción de cultivos, extinciones de especies»… dijo.

 

Entre 1960 y 2000, la población del mundo se duplicó de 3.000 millones a 6.000 millones. Al mismo tiempo, la economía global se más que sextuplicó y la producción de alimentos y el suministro de agua potable se más que dobló, y el consumo de productos de madera aumento en más de la mitad.

 

Mientras tanto, la actividad humana ha afectado directamente la diversidad de animales salvajes y plantas silvestres.. Ha habido unas 100 extinciones documentadas durante el siglo pasado, pero los científicos creen que el ritmo al que animales y plantas están muriendo es cerca de 1.000 veces mayor que los niveles naturales.

 

«Los seres humanos están cambiando fundamentalmente y en una medida importante irreversiblemente la diversidad de la vida en la tierra y muchos de esos cambos representan una pérdida de biodiversidad», dice la Evaluación de Ecosistemas del Milenio.

 

La distribución de especies por el mundo se hace más homogénea a medida que algunos animales y plantas únicos mueren y otras especies extranjeras son introducidas en áreas en las que no vivirían normalmente, a menudo con un impacto devastador.

 

Por ejemplo: el Mar Báltico contiene 100 especies no-nativas, de las cuales cerca de un tercio vino de los Grandes Lagos de Norteamérica. Mientras tanto, una proporción similar de las 170 especies no-nativas encontradas en los Grandes Lagos viene del Báltico.

 

«En otras palabras, las especies en cualquier región del mundo se están haciendo más similares a otras regiones… Entre un 10 y un 30 por ciento de los mamíferos, pájaros y anfibios están actualmente amenazados de extinción. La diversidad genética ha declinado globalmente, en particular entre especies cultivadas», dice el informe.

 

La intensificación agrícola, que produjo la revolución verde que ayudó a alimentar el mundo en la última parte del Siglo XX, ha aumentado la tendencia hacia la pérdida de la diversidad genética. «Actualmente un 80 por ciento del área de trigo en los países en desarrollo y tres cuartos de todo el arroz plantado en Asia es plantado ahora con variedades modernas», dice el informe. El Dr. Reid dijo que los autores de la evaluación mostraron profunda preocupación por el estado de las zonas semi-áridas  del mundo – un área que cubre un 41 por ciento de la superficie de la tierra y donde vive un total de 2.000 millones de personas, muchas de ellas de las más pobres del mundo.

 

 

Zonas semi-áridas  son áreas en las que la producción de cultivos o de pasto para ganado es limitada severamente por las precipitaciones. Cerca de un 90 por ciento de las regiones semi-áridas del mundo ocurren en países en desarrollo donde la disponibilidad de agua fresca es un problema creciente.

 

Un tercio de la población del mundo vive en regiones semi-áridas  que tienen acceso a sólo un 8 por ciento del suministro renovable de agua del mundo, establecieron los científicos. «Nos alarmó en particular la evidencia de fuertes vínculos entre la degradación del ecosistema en las zonas semi-áridas  y la pobreza en esas regiones», dijo el Dr. Reid. «Además, mientras históricamente el crecimiento de la población ha sido mayor en áreas urbanas o los ecosistemas más productivos como las tierras cultivadas, este modelo cambió en los años 90 y la mayor tasa porcentual de crecimiento se encuentra ahora en las zonas semi-áridas  – ecosistemas con el menor potencial para apoyar ese crecimiento.

 

«Estos problemas de degradación del ecosistema y el daño que causa al bienestar humano, ayudan,, evidentemente, a crear las condiciones para el conflicto que vemos en muchas regiones semi-áridas  incluyendo partes de África y Asia central», dijo.

 

La gente pobre que vive en regiones semi-áridas  se halla puesta al mayor riesgo de colapso medioambiental. Gran parte ya vive sin sustentabilidad – entre un 10 y un 20 por ciento del suelo en las zonas semi-áridas  está erosionado o degradado.

 

«Las perspectivas de desarrollo en las regiones semi-áridas dependen especialmente de acciones para retardar y cambiar radicalmente la degradación de los ecosistemas»,, dice la Evaluación del Milenio..

 

Por lo tanto, ¡qué se puede hacer en un siglo en el que se espera que la población humana va a aumentar en otro 50 por ciento

 

El consejo de directores de la Evaluación del Milenio dijo en una declaración: «La conclusión fundamental de esta evaluación es que se encuentra dentro del poder de las sociedades humanas aliviar las tensiones que imponemos a los servicios naturales del planeta, mientras continuamos utilizándolos para crear mejores niveles de vida para todos.

 

«Para lograrlo, sin embargo, requeriremos cambios radicales en la manera como se trata a la naturaleza a todos los niveles de la toma de decisiones y nuevos caminos de cooperación entre gobiernos, empresarios y la sociedad civil. Los signos de advertencia son visibles para todos. El futuro ahora está en nuestras manos», dijo.

 

Al preguntársele lo que deberíamos hacer ahora y lo que debiéramos planificar para hacer en los próximos 50 años, el Dr. Reid respondió que tiene que haber una reconsideración fundamental del modo como vemos los recursos naturales del mundo. «El quid del problema es el siguiente: es poco probable que la protección de los servicios de la naturaleza sea una prioridad mientras sean percibidos como gratuitos e ilimitados por los que los utilizan», dijo el doctor Reid.

 

«Simplemente tenemos que establecer políticas que requieran que los costos naturales sean considerados en todas las decisiones económicas», agregó.

 

«Es muchísimo lo que se puede hacer a breve plazo para reducir la degradación – por ejemplo, las causas de algunos de los problemas más importantes como el colapso de las pesquerías, el cambio climático, y la excesiva carga de nutrientes son obvias – muchos países tienen políticas que impulsan las cosechas excesivas, el uso de combustibles fósiles, o excesiva fertilización de los cultivos.

 

«Pero por importantes que son estas soluciones a corto plazo, a largo plazo los seres humanos tienen que realzar la producción de muchos servicios y disminuir nuestro consumo de otros. Eso requerirá inversiones importantes en nuevas tecnologías y cambios importantes en la conducta», explicó.

Muchos ecologistas están de acuerdo y quisieran que los políticos fueran mucho más allá.

 

«La Evaluación del Milenio da en el corazón de uno de los mayores desafíos que afronta la humanidad», dijo Roger Higman, de Friends of the Earth.

 

«Es decir, no podemos mantener altos niveles de vida, menos todavía reducir la pobreza, si no cuidamos los sistemas de apoyo a la vida de la tierra», dijo Mr Higman.

 

«Pero la evaluación no ha ido bastante lejos en la especificación de las soluciones radicales requeridas. A fin de cuentas, si vamos a respetar los límites impuestos por la naturaleza, y asegurar el bienestar de toda la humanidad, debemos administrar la economía mundial para que se produzca una distribución más justa de los recursos de la tierra», agregó.

 

Los puntos de quiebre para la catástrofe

 

Nuevas enfermedades

 

A medida que aumentan las densidades de la población y el espacio vital se extiende hasta bosques que fueron prístinos, las posibilidades de una epidemia de nuevos agentes infecciosos aumentan. El viaje global acentúa la amenaza, y la emergencia de Sars y de la gripe del pollo  son ejemplos excelentes de enfermedades que pasan de animales a seres humanos.

 

Especies extranjeras

 

La introducción de especies invasoras – sean animales, plantas o microbios – puede llevar a cambios rápidos en los ecosistemas. Mejillones cebra introducidos a Norteamérica llevaron a la extinción de la almeja nativa y el Leucothea sp causó una catástrofe en 26 importantes especies de peces en el Mar Negro.

 

Floraciones de algas

 

Una acumulación de nutrientes hechos por el hombre en el entorno ha llevado ya a que se llegue al límite cuando florecen las algas. Esto puede privar a los peces y a otra flora y fauna de oxígeno, y produce también substancias tóxicas que constituyen un peligro para el agua potable.

 

Colapso de los arrecifes de corales

 

Los arrecifes que eran dominados por corales han cambiado repentinamente a ser dominados por algas, que han aprovechado los aumentos en niveles de nutrientes que provienen de fuentes terrestres. Muchos de los arrecifes de corales de Jamaica están ahora dominados por algas.

 

Existencias de peces

 

El agotamiento de las reserves de pesca puede llevar, y ha llevado a un colapso de las existencias. Se llega a un umbral cuando quedan demasiado pocos adultos para mantener una población viable. Esto ocurrió en la costa Este de Newfoundland en 1992 cuando desapareció su existencia de bacalao atlántico.

Cambio climático

En un mundo más caluroso, la vegetación local o la ocupación del territorio  pueden cambiar, causando que el recalentamiento empeore. La región del Sahel en África del Norte depende de las precipitaciones para su vegetación. Pequeños cambios en la caída de lluvia pueden provocar la pérdida de vegetación, erosión del suelo y mayor disminución de las precipitaciones.