La salida de población del estado español que comenzó durante la crisis continuó durante 2014 aunque a un ritmo menor que un año antes, según datos publicados el jueves por el Instituto Nacional de Estadística, que mostraron que el país encadena ya cinco años de saldo migratorio negativo y tres de disminución de habitantes. Entre […]
La salida de población del estado español que comenzó durante la crisis continuó durante 2014 aunque a un ritmo menor que un año antes, según datos publicados el jueves por el Instituto Nacional de Estadística, que mostraron que el país encadena ya cinco años de saldo migratorio negativo y tres de disminución de habitantes.
Entre 2008 y 2014 se fueron de España 253.279 personas más de las que llegaron, y en el caso de los españoles el déficit fue de 144.084.
La falta de oportunidades laborales en un país con casi un 24 por ciento de paro contribuyó a que en ese período emigraran 2,87 millones de personas, sin que la entrada de inmigrantes lograra compensar esa salida.
Durante 2014, cuando el PIB creció un 1,4 por ciento, se marcharon del país 409.343 personas y llegaron 307.035, lo que supone que el balance migratorio negativo se redujo un 59,3 por ciento con respecto a 2013.
La inmigración aumentó un 9,4 por ciento, mientras que la emigración descendió un 23,1 por ciento respecto 2013, un año en que la economía se contrajo un 1,2 por ciento.
El número de habitantes disminuyó en cualquier caso en 72.335 personas, hasta situarse en 46,44 millones, la menor cifra de residentes desde 2009, y la reducción se produjo a costa especialmente de los más jóvenes.
Los mayores descensos de población se dieron entre personas de 20 a 39 años (-440.957), mientras que el colectivo de más de 80 años se incrementó en 80.902 personas.
De continuar con el flujo migratorio de los últimos años, la emigración de jóvenes podría costar al Estado hasta 57.200 millones de euros en diez años, según un estudio publicado a principios de año por el Consejo de la Juventud de España.
Reino Unido fue el país que recibió al mayor porcentaje de emigrantes españoles, en torno a un 12 por ciento del total, mientras que Francia, Ecuador y Alemania recibieron alrededor de un 10 por ciento cada uno.
Por su parte, los rumanos y los marroquíes siguieron siendo los extranjeros más numerosos en España, con 707.284 y 686.314 personas respectivamente.
De las 10 nacionalidades más numerosas en España, durante 2014 solo aumentaron los italianos (0,8 por ciento) y los chinos (0,2 por ciento).