El Estado Plurinacional incluye a la nación dominante con todos sus elementos, símbolos, historia y planes futuros y, al mismo tiempo, es un mecanismo que da cabida a símbolos, historias y planes futuros de las naciones originarias.
Los chilenos acaban de pasar por una experiencia electoral conflictiva. Uno de los temas más controversiales es el del Estado Plurinacional. La derecha, acostumbrada a ignorar a los indígenas como sujetos políticos, pone el grito en el cielo: “somos una sola nación”, “queremos conservar nuestros símbolos nacionales“, “hay más migrantes que indígenas”, etc.
Estas proclamas pierden sentido cuando se las confronta con la realidad. Chile es plural como lo son casi todos los países latinoamericanos, salvo los que eliminaron a sus pobladores originarios. El Estado Plurinacional no quiere ser excluyente, al contrario, propone incluir a todas las formaciones histórico-nacionales.
¿Estaban los territorios de los modernos países americanos, antes de la llegada de conquistadores y colonizadores, deshabitados? Claro que no, y a pesar de todo lo que han soportado, quedan pueblos que han conservado sus lazos familiares, étnicos, lingüísticos, territoriales, religiosos, culturales. Es verdad que han tomado rasgos ajenos, pero adaptándolos a sus códigos, unas veces abiertamente, otros mediante convenciones o metáforas.
El Estado Plurinacional incluye a la nación dominante con todos sus elementos, símbolos, historia y planes futuros y, al mismo tiempo, es un mecanismo que da cabida a símbolos, historias y planes futuros de las naciones originarias. Dar la misma posibilidad a todos para tener instituciones propias, es una actitud política, pero sobre todo ética: se trata de hacer justicia, justicia histórica ante todo.
Uno de los asuntos que más se discute ahora en Chile es el del territorio. ¿Acaso los indígenas pueden llevar sus territorios fuera del país como hace la derecha con capitales propios y ajenos? Un territorio propio y reconocido es garantía de un entorno sostenible en el campo y de riqueza cultural en las ciudades. No se trata de negar derechos a los migrantes. Pero estos son derechos civiles, los de los pueblos originarios son derechos de complejidad cultural y étnica.
Ileana Almeida: Filóloga, profesora universitaria y escritora. Entre sus libros figura Mitos cosmogónicos de los pueblos indígenas del Ecuador.
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