Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
La economía global, su recuperación y el nivel de vida de millones de personas de a pie corren peligro actualmente por el repentino aumento de los precios del petróleo y de los productos de primera necesidad.
La gasolina en los surtidores ha subido y sigue subiendo. Los precios de los alimentos también.
Las consecuencias son catastróficas para los pobres del mundo, ya que los precios crecen mientras que sus ingresos no lo hacen. Amenazan también a los trabajadores estadounidenses, que en gran parte no han visto un aumento significativo desde la época de Reagan (el hecho de que sus ingresos sigan igual es obviamente el motivo de la actual ráfaga de ataques contra los sindicatos).
Ya están culpando a la agitación de Medio Oriente y de muchos países africanos de estos dramáticos aumentos. Al parecer esta amenaza a la estabilidad global es ignorada en gran parte por nuestros medios, que tratan el negocio del petróleo como si fuera solo otro mundo místico del comercio de libre mercado.
¿Por qué está ocurriendo? ¿A qué se debe tanta volatilidad? ¿La escasez de petróleo conduce a los aumentos de precios? ¿También es el coste de los alimentos un reflejo de la subida natural de los precios de los productos de primera necesidad?
Especulación con el petróleo
Aunque es verdad que los desastres naturales y las sequías juegan cierto papel en esta inflación descontrolada de los precios, también parece evidente que otra cosa atrae cada vez más atención, incluso si la mayor parte de nuestros medios no analiza lo que es una bomba de tiempo política, mientras la mayor parte de los dirigentes se encogen de hombros y la ignoran.
El presidente Obama dijo recientemente que no hay nada que pueda hacer con respecto al aumento en los precios del petróleo y de los alimentos.
Los críticos dicen que el problema es que el gobierno y los medios noticiosos se niegan por igual a reconocer lo que sucede realmente: ¡especulación descontrolada!
No todos comparten esta sospecha. De hecho, es uno de los temas de debate más intenso en la economía.
El economista de la Universidad Princeton, Paul Krugman rechaza con desdén el impacto de la especulación y contrapone el argumento tradicional de que los precios del petróleo son fijados por la oferta y la demanda.
The Economist está de acuerdo, y resume su punto de vista con una frase sucinta y expresiva: «La especulación no impulsa el precio del petróleo. El automovilismo lo hace.»
Otros, como el analista de la industria petrolera Michael Klare, del Hampshire College en EE.UU., consideran que la demanda supera el suministro:
Hay que considerar el reciente aumento en el precio del petróleo como solo un débil y temprano temblor que anuncia el terremoto petrolero que vendrá. El petróleo no desaparecerá de los mercados internacionales, pero en las próximas décadas nunca llegará a los volúmenes requeridos para satisfacer la demanda mundial proyectada, lo que significa que, más temprano que tarde, la escasez se convertirá en la condición dominante en el mercado.
Usualmente se escucha este debate en círculos eruditos o se lee al respecto en panfletos políticos en los cuales los puntos de vista ortodoxos coliden con proyecciones más alarmistas sobre un «pico» del suministro del petróleo.
Pero los funcionarios del Tercer Mundo no consideran que el tema sea académico. El gobernador del Banco de la Reserva de India, Duvvuri Subbarao, responsabiliza a: «movimientos especulativos en los mercados de derivados de los productos de primera necesidad que también causan volatilidad en los precios».
El Banco Mundial ha realizado reuniones para discutir el tema, porque lo ve como un asunto de «extrema urgencia».
«El precio de los alimentos es un asunto de vida o muerte para la gente más pobre del mundo», dijo Tom Arnold, director ejecutivo de Concern Worldwide, una agencia humanitaria internacional, antes de su participación en el «Foro Abierto: Crisis de los Alimentos» en la sede del Banco Mundial.
Dijo que: «En circunstancias en las que muchas familias gastan hasta un 80% de sus ingresos en alimentos básicos para sobrevivir, incluso el menor aumento en el precio puede tener efectos devastadores y convertirse en una crisis para los pobres».
El periodista Josh Clark argumenta en el sitio web «How Stuff Works» que gran parte de la especulación con el petróleo está arraigada en la crisis financiera:
«La próxima vez que conduzcas a la gasolinera, solo para ver que los precios siguen siendo enormemente altos en comparación hace muy pocos años, fíjate en las filas de casas embargadas que ves al pasar. Parecen dos partes de una ola de mala suerte económica, pero en realidad los altos precios de la gasolina y las ejecuciones hipotecarias están muy interrelacionados. Incluso antes de que la mayoría de la gente fuera consciente de que había una crisis económica, los ejecutivos de inversiones abandonaron los valores fallidos respaldados por hipotecas y buscaron otras inversiones lucrativas. Y se decidieron por futuros petroleros.
Denunciantes de la especulación petrolera
El debate dentro de la industria es más suave, tal vez para evitar una lucha pública entre proveedores y distribuidores que no quieren causar perturbaciones.
Pero algunos funcionarios como Dan Gilligan, presidente de la Asociación de Comerciantes Petroleros, que representa a 8.000 proveedores minoristas y mayoristas hablan explícitamente.
«Entre un 60 y un 70% de los contratos de petróleo en los mercados de futuros están ahora en manos de entidades especulativas», argumenta. «No de compañías que necesitan petróleo, no de las aerolíneas, no de las compañías petroleras. Sino de inversionistas que ganan dinero con sus apuestas especulativas.»
Ahora, un destacado y popular analista del mercado echa la precaución por la borda y denuncia a los especuladores.
El experto en finanzas Phil Davis dirige un sitio web y un boletín de noticias ampliamente leído para observar los negocios en valores y opciones. Es un profesional para profesionales, cuyo abuelo le enseñó a comprar acciones cuando solo tenía diez años.
Su sitio web es Phil’s Stock World, y las acciones son su mundo. Subtituló su sitio: «Altas finanzas para gente de verdad».
Habitualmente es un analista sobrio y tranquilo, que no es conocido por ser un inconformista o disidente.
Cuando encontré a Phil la otra noche, estaba excitado, furioso por lo que considera el fraude del siglo, del que nadie quiere hablar, porque tanta gente poderosa armada de legiones de abogados quiere fidelidad incondicional y te demandará hasta silenciarte.
Estudia cuidadosamente el problema del petróleo y los alimentos y ha concluido que:
Es un fraude, señores, no es otra cosa que un inmenso fraude y está destruyendo la economía estadounidense así como toda la economía global pero nadie se queja porque ‘solo’ están robando cerca de 1,50 dólares por galón de cada individuo en el mundo industrializado.
El 0,01 por ciento de arriba es el que roba al 39,99 por ciento siguiente -en todo caso, el 60 por ciento inferior no se puede permitir coches (solo muere silenciosamente de hambre mientras los alimentos aumentan de precio por los costes del combustible). Si alguien irrumpe en tu coche y roba un estéreo de 500 dólares vas a la policía, pero si alguien te cobra 30 dólares adicionales cada vez que llenas el tanque 50 veces por año (1.500 dólares) te callas y pagas la cuenta. Tremendo sistema, ¿verdad?
Phil no hace más que comenzar, cuando investiga a fondo la complejidad del mercado NYMEX [el mayor mercado de futuros sobre materias primas del mundo, ubicado en la ciudad de Nueva York, N. del T.] que se ocupa de estos negocios:
Lo bueno que tiene el NYMEX es que los negociantes no tienen que recibir la entrega de lo adquirido en sus contratos, pueden pagar simplemente para prorrogarlos hasta el próximo precio de liquidación, incluso si nadie está comprando efectivamente los barriles. Así hemos desarrollado un masivo exceso de 677 millones de barriles en contratos a término en los próximos cuatro meses en el NYMEX y cuando llega el día de la prórroga, esa será la cantidad de barriles «encargados» para los 3 meses más cercanos, a menos que muchos barriles se vendan rápido a precios ruinosos.
Hay que considerar que todo EE.UU. usa ‘solo’ 18 millones de barriles de petróleo diarios, o sea que 677 millones de barriles representan un suministro de petróleo para 37 días. Pero también producimos 9 millones de barriles de nuestro propio petróleo e importamos ‘solo’ 9 millones de barriles diarios y 5 millones de barriles que llegan de México y Canadá donde, que yo sepa, ni siquiera tienen revoluciones. De modo que, ignorando el petróleo del Mar del Norte, Brasil y Venezuela y juntando África con la OPEP, estamos importando 3 millones de barriles de fuentes inseguras y hay un suministro para 225 días bajo contrato para entrega a los precios actuales o más bajos, y además tenemos una Reserva Estratégica de Petróleo que contiene otros 727 millones de barriles más 370 millones de barriles de almacenamiento comercial en EE.UU. lo que representa otros 365,6 días de petróleo marginal que ya está almacenado aquí, aparte de los 225 días bajo contrato para entrega.
Esos contratos de petróleo exceden en número sus actuales entregas, una señal de especulación y de manipulación del mercado, ya que las compañías petroleras obtienen autorizaciones gubernamentales para pozos pero luego no los abren a la exploración o la explotación.
Todo es un juego de manipulación del suministro del petróleo para mantener altos los precios. Y parece que nadie lo está regulando.
Silencio ante el peligro
Lo que Phil ve como un juego gigante pero complejo de manipulación del mercado y de fraude por parte de un cátel -no solo una industria- que en realidad ha cargado buques cisterna que entrecruzan los océanos pero solo los descarga cuando el precio es conveniente.
No hay nada que le gustaría más a la línea de conga de buques cisterna entre aquí y la OPEP que descargar los 277 millones de barriles adicionales de crudo a 112,79 dólares por barril (cierre del viernes para contratos abiertos y precio) pero, desgraciadamente, como mencioné la semana pasada Cushing, Oklahoma (donde almacenan petróleo) ya está repleto de petróleo y solo puede contener 45 millones de barriles si comenzara vacío, de modo que es, de manera muy simple, físicamente imposible que esos barriles se entreguen. Lo que no impidió, sin embargo, que 287 millones de barriles de contratos para mayo fueran negociados el viernes y SUBIERON 2,49 dólares en un día.
Pregunta: «¿Quién compra 287.494 contratos (1.000 barriles por contrato) para entregaren mayo que no pueden posiblemente ser entregados, por 2,49 dólares sobre el precio del día antes? Es el tipo de pregunta que uno pensaría que deberían formular los reguladores, si tuviéramos alguno.»
El programa de noticias de la televisión, 60 minutes, habló con Dan Gilligan, quien señaló que los inversionistas no reciben realmente entregas del petróleo. «Todo lo que hacen es comprar papel y esperan a poder venderlo por más de lo que pagaron. Antes tienen que recibir la entrega.»
Dice que hacen sus fortunas «con la volatilidad que existe en el mercado. Tanto si sube como si baja.»
Payam Sharifi, de la Universidad de Missouri-Kansas City, señala que incluso si el aumento en los precios del petróleo amenaza la economía mundial, existe un silencio casi total sobre el peligro:
Este tema debería volver a discutirse con un interés renovado, pero los medios y gran parte del público en general simplemente han aceptado altos precios de los alimentos y del petróleo como un hecho inevitable, sin discutir, fuera de perogrulladas, las causas de esos aumentos de precio.
Danny Schechter de News Dissector hizo la película Plunder The Crime of Our Time (Plunderthecrimeofourtime.com) sobre la crisis financiera como una historia de crimen. Escribió una introducción para la reciente reedición de una clásica denuncia en dos volúmenes de The Standard Oil Company de John D. Rockefeller, una de las 10 mejores obras de investigación en EE.UU. (Cosimo Books) Para comentarios: [email protected]
Fuente:http://english.
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