Los océanos cubren los 70% de la superficie del planeta. Son fuente de oxígeno (O2), que necesitamos para respirar, de comida y albergan una gran biodiversidad. El hombre es consciente del calentamiento global como resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), pero le ha […]
Los océanos cubren los 70% de la superficie del planeta. Son fuente de oxígeno (O2), que necesitamos para respirar, de comida y albergan una gran biodiversidad.
El hombre es consciente del calentamiento global como resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), pero le ha llevado tiempo para darse cuenta que los océanos están sufriendo también del exceso de dióxido de carbono. En su libro The 6th Extinction: An Unnatural History, Elizabeth Kolbert reportó que sobre la totalidad del gas carbónico que el hombre ha liberado en el aire hasta ahora, una tercera parte fue absorbido por los océanos. Añadió que esto corresponde a 150 mil millones de toneladas. Lamentablemente, esta absorción tiene consecuencias; en efecto se observa una acidificación de los océanos que se caracteriza por una reducción del pH de las aguas a causa del aumento de la cantidad de CO2 disuelto que proviene de la atmósfera.
El CO2 disuelto interactúa con las moléculas de agua y se forma ácido carbónico que va a tener consecuencias sobre la fauna y la flora marina: las especies como las estrellas de mar, los erizos, las ostras, los arrecifes, etc. están en peligro. En efecto, no van a ser capaz de fabricar sus conchas y esqueletos a causa de la disminución de los iones de carbonato o del aragonito. Además, su protección va a ser menos sólida a causa del efecto corrosivo del agua que va a disolverla.
Aparte de las conchas, el comportamiento puede ser dañado. Un estudio mostró el efecto de la acidificación sobre el desarrollo de los calamares. En efecto, los calamares que estaban en un lugar más ácido tuvieron un desarrollo más lento y eran más pequeños que la media. Además, los órganos que les permiten orientarse fueron afectados también.
Greenpeace informa que el 25% de las especies de los océanos viven en arrecifes coralinos. La acidificación de los océanos podría provocar reacciones en cadena. Algunos animales no van a tener comida porque los pterópodos o caracoles marinos, elementos importantes de la cadena alimentaria marina, tienen sus conchas disolviéndose; o algunos no van a tener un cobijo a causa de la destrucción de los arrecifes. Todo eso nos toca; aparte de la falta de un tipo de comida, podría tener consecuencias económicas: ¿qué va a pasar con la industria de la pesca, la gastronomía? Los ostricultores están ya sufriendo; en 2006 muchas ostras murieron en la costa oeste de EE.UU y la acidificación de los océanos fue considerada la causa.
Los expertos revelan que la acidez de los océanos aumentó un 30% en 250 años: desde el principio de la revolución industrial, el pH ha bajado de 8,2 a 8,1. Eso es preocupante porque el fenómeno es más rápido ahora en comparación con el mismo que ocurrió en el pasado hace 252 millones años y que resultó en la extinción masiva más grande de la Tierra (conocida como la gran extinción del pérmico). ¿Cómo luchar contra la acidificación de los océanos? La reducción de emisiones de los gases de invernadero es la llave de nuestros problemas; contribuirá a la atenuación del calentamiento global así como la acidificación de los océanos.
Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Contaminacion/El-gas-carbonico-esta-enfermando-los-oceanos