Cuando de mirar a Cuba a través de la lupa ideológica del capitalismo se trata suceden cosas verdaderamente irracionales e irresponsable. El pasado miércoles el Parlamento Europeo aprobó un acuerdo de diálogo político y de cooperación con La Habana descartando así la llamada Posición Común establecida en el 1996 a iniciativa de José María Aznar, […]
Cuando de mirar a Cuba a través de la lupa ideológica del capitalismo se trata suceden cosas verdaderamente irracionales e irresponsable. El pasado miércoles el Parlamento Europeo aprobó un acuerdo de diálogo político y de cooperación con La Habana descartando así la llamada Posición Común establecida en el 1996 a iniciativa de José María Aznar, el ex-presidente español más desprestigiado en la historia republicana de esa nación europea.
Hoy todos sabemos que esta posición común no surgió en el Parlamento Europeo, sino que fue el resultado de las «buenas relaciones de cooperación» que siempre han existido entre el ex-presidente español, los extremistas cubanos de derechas residentes en el sur de la Florida y sus cipayos en la isla, siempre con el beneplácito del gobierno de turno de la Casa Blanca, la CIA y el Pentágono.
Por esa razón y como disculpándose ante la tozudez del actual presidente estadounidense, los eurodiputados además de haber aprobado este acuerdo de «cooperación mutua, de diálogo político y de relaciones comerciales» también aprobaron una resolución adjunta sobre los «derechos humanos» en Cuba advirtiéndole a La Habana que en caso de no ser respetados los mismos, se suspendería dicho acuerdo.
Este panfleto ha sido firmado a pesar de que todo europeo que tenga una pizca de sentido común sabe que tanto el acuerdo, como la resolución conjunta son una farsa que demuestra una vez más la doble moral y la política de doble rasero con la que la Unión Europea y su Parlamento ha actuado siempre con respecto a Cuba.
Si tenemos en cuenta que la pequeña isla del Caribe ha sido hasta ahora el único país en Latinoamérica con el que la Unión Europea no ha tenido tal acuerdo, vale la pena preguntarse, ¿a qué se debe tanta excepcionalidad?
¿Es Cuba el país donde más se violan los derechos humanos en el continente americano? ¿Es tan malo el pueblo cubano que se merece una Posición Común y un inhumano Bloqueo que es altamente rechazado por casi la totalidad del mundo?
Hace unos días tuve la oportunidad de participar en un encuentro organizado por el periódico berlinés «Junge Welt» con un grupo de jóvenes periodistas cubanos que se encuentran en Berlín desde el día 26 de junio.
Los jóvenes periodistas han sido invitados por tercera vez por la Fundación Panter cercana al periódico TAZ de Berlín. Sobre este periódico, su Fundación Panter y este tipo de «proyectos» al cual ellos llaman «Kuba Wokshop« ya nos hemos referido en otras ocasiones, también sobre los que financian y organizan el mismo, así que no vale la pena emborronar cuartillas.
Yo en el plano personal no estoy muy convencido si para algunos en Cuba está claro lo que verdaderamente se esconde detrás de «Kuba Workshop«. En el encuentro en la sede del periódico JW uno de los jóvenes cubanos comentaba que en días pasados habían leído el artículo publicado en Cuba Información por Volker Hermsdorf. En su artículo el periodista alemán hacía alusión a las fuentes de financiamiento y a las verdaderas intenciones del «Kuba Workshop«. Esta observación hecha por la joven periodista me hizo suponer que sino todos, al menos la mayoría de estos jóvenes no tenían conocimiento de estas informaciones.
Sería interesante saber qué es lo que los señores de la Fundación Panter le cuentan a estos profesionales de la información en Cuba para convencerlos de venir a Berlín a «intercambiar«. Como no estoy seguro, quiero compartir con ellos y con ustedes este documento del Gobierno Federal para que se tenga una idea:
Según el informe número 20 del Gobierno Federal para el Trabajo Político Cultural en el Exterior con fecha 16 de marzo del 2017, en su inciso (C) bajo el título: «Abrir espacios para el trabajo político«, en su página 14 dice, trato de traducir textualmente: «La política de distensión y de mejoramiento de las relaciones entre Cuba y EEUU encabezada por el presidente Barack Obama abre nuevas perspectivas para el desarrollo de las relaciones culturales entre Cuba y Alemania. El Ministerio de Relaciones Exteriores a través de la intensificación de las relaciones culturales contribuye a lograr una apertura progresiva en Cuba. Durante una visita que se realizó a Cuba en el año 2016 se logró continuar con las negociaciones para lograr un Acuerdo Cultural, el objetivo es lograr establecer una base de confianza. En este sentido el desarrollo de proyectos ayuda a preparar el terreno: por ejemplo estamos apoyando en conjunto con el Cuban-European Youth Academy de la Fundación Neueman la realización de exposiciones de artistas cubanos en Alemania. Un Workshop organizado por la Fundación Panter y financiado por nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores contribuye también a lograr una apertura en los medios de información, un sector estrictamente reglamentado en Cuba».
Es muy importante hacer énfasis en el hecho de que según este informe, cuando de implementar una política exterior injerencista se trata, cuando de dar lecciones de democracia, de libertad de prensa y de expresión se trata, al parecer los países que más les preocupan a los del Gobierno Federal alemán son Turquía, Irán, Arabia Saudita y Cuba. Está más que claro que para lograr sus objetivos están utilizando al periódico TAZ y a su Fundación Panter. Esto hay que decirlo bien alto para que no se crean que están tratando con imberbes y analfabetos.
Los jóvenes periodistas cubanos al parecer son tan «exclusivos» para los políticos alemanes como lo es Cuba para el Parlamento Europeo, por eso hay que estar alerta ante tanto derroche de exclusividad.
Resulta verdaderamente abominable ver como estos arrogantes euro-egocentristas actúan de forma solapada para imponer sus intereses geopolíticos, enjuiciando a partir de parámetros dictados por ellos mismos, distorsionando y manipulando el contexto social y cultural en otras latitudes. Nos invitan a convite para presentarnos sus altos y exorbitantes niveles de vida como si fuera un logro propio, ignorando que esas supuestas ventajas las han obtenido a expensas del bienestar otras culturas.
Cuando miramos la lista de los que componen la pequeña delegación de jóvenes cubanos ya no nos sorprende cuando nos enteramos que la mayoría publican en El Toque, On Cuba, Periodismo de Barrio, El Estornudo, Diario de Cuba. Llama la atención el hecho de que cuando los medios alemanes, incluyendo al periódico TAZ, se refieren a medios «independientes» cubanos mencionan casi siempre a los mismos, ignorando con alevosía la existencia de cientos de buenos blogueros cubanos. Pero al parecer estos son los que interesan. Esta vez para dar la impresión de pluralismo y diversidad invitan a tres periodistas de medios estatales. El objetivo es «mezclarlos«, aprovechar el calor de las relaciones que se establecerán después de pasar dos semanas «en familia» en tierras lejanas de «libertad» con la esperanza de que cuando regresen a Cuba ya se habrán establecido ciertos lazos de amistad que son imprescindibles para lograr los objetivos descritos por el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán en su informe. Creo que están subestimando a la juventud cubana.
Hay que reconocer que les han preparado un buen programa, interesante y diverso. También han incluido a dos medios de izquierda como coartada para dar la impresión de diversidad y pluralismo .
Según programa tuvieron un encuentro con el jefe de la programación en español de la Deutsche Welle (DW). Sería bueno haber aconsejado a los jóvenes periodistas cubanos echar una hojeada a la página de la DW en español en Facebook y a sus programas dedicados a Venezuela.
Los de la DW también le dedican mucho tiempo a Cuba, sobre todo a los llamados disidentes cubanos, su «disidente» preferida es Yoani Sánchez y su programa especial de cuyo nombre no quiero acordarme. Por eso le han extendido el contrato de trabajo hasta finales del 2017. El Gobierno Federal es el que paga, para eso hay dinero de sobra.
Según un Informe Financiero del Parlamente Alemán la DW recibirá para el presente año la astronómica suma de 325 millones de Euros.
Cuando pienso en la DW recuerdo al intercambio que tuve con uno de sus empleados hace algunos meses cuando le sugerimos organizar un debate con Iroel Sánchez aprovechando su estancia en Berlín. La respuesta fue elocuente pero tajante. Lo recibimos con gusto, le enseñamos nuestras instalaciones, le damos la posibilidad de participar como observador en una de nuestras reuniones de trabajo, pero para un debate no hay tiempo. Nosotros por supuesto no aceptamos.
Lo mismo hacen con los periodistas cubanos, sobre todo con los «oficialistas» como ellos mismos los han catalogado. Paseos, conversaciones, encuentros casi todos a puerta cerrada, de tú a tú, familiar, para dar la impresión de lo buenos y familiares que son los profesionales de la información en Alemania, pero ninguna oportunidad para entrar en contacto directo con la teleaudiencia o los lectores alemanes.
¿Se imaginan si periodistas jóvenes de esos tantos buenos que tenemos en Cuba tuvieran la misma oportunidad que los «independientes» de utilizar los medios europeos para dar al mundo otra visión sobre Cuba desde Cuba?
También se organizó un intercambio con los de Reporteros Sin Fronteras (RSF) otros de los financistas de este «proyecto». Sobre RSF también se sabe todo, no hace falta profundizar. En estos individuos ya nadie cree, sobre todo después que se sabe para qué, y por quién fueron creados.
Una de las actividades más «interesantes» organizada para los jóvenes periodistas cubanos fue sin duda la visita al Archivo/Museo de la Stasi (Antiguo Órgano de la Seguridad del Estado de la desaparecida RDA). A mí me interesaría mucho saber qué cuentos les habrán hecho. Lo peor que les pudo haber pasado es haberse encontrado con un «cubano» que a veces anda por ahí mintiendo como un loco.
Durante el encuentro con los jóvenes periodistas cubanos en el «Junge Welt» todos quedamos muy impresionados por el nivel de profesionalidad y de educación que manifestaron. La forma tan clara y precisa con la que vertieron sus criterios, serios, educados y profesionales a pesar del «tiempo y la distancia«, todo gracias a esa escuela tan grande que constituye la Revolución. Esto lo digo yo.
Ayer por la noche fue la actividad de clausura del «Workshop» que siempre se organiza en el TAZ-Café de Berlín, la única oportunidad que tienen los miembros de este tipo de delegaciones de «intercambiar» directamente con el público alemán. Reconozco que llegué al lugar prejuiciado. Ya había estado en el último «intercambio» en el Café y había salido muy decepcionado, pero esta vez me equivoqué, por suerte. La diferencia con el grupo anterior fue sustancial, de principios.
Los tres panelistas cubanos elegidos para la ocasión no pudieron estar mejor. Claros, transparentes, soberanos, revolucionarios. Hablaron de Fidel, de Raúl y de lo que desean para futuro de Cuba. Dieron su punto de vista sobre el 17 de diciembre, sobre la importancia de que a Guantánamo se le devuelva la bahía que le pertenece, sobre los efectos y defectos del injusto e inhumano Bloqueo, sobre la soberanía nacional. Pero también hablaron de sus inquietudes, preocupaciones y sus deseos de como hacer un periodismo mejor y más comprometido. Para mi fue una lección de como se puede utilizar una plataforma enemiga para decir verdades. Los otros jóvenes dentro del público también vertieron sus criterios de la misma manera. Mientras disfrutaba la escena me venía a la mente ese dicho que habla del tiro que sale por la culata.
Parecía «todo y pan hecho«, pero entonces vino «él«, el más «elocuente» de todos, ese al que le pagan por publicar mentira en ese «Diario» al que le han puesto «de Cuba«. Hablaba como recitando un poema aprendido de memoria, lo mismo de siempre. Lo triste del caso fue que el moderador de siempre le haya permitido decir las últimas palabras. Su veneno llegó a algunos pero no a todos, eso espero.
Si no olvidaré la frase dicha por aquel joven con el que tuve el privilegio de conversar un poco y que escribe para un medio estatal, cuando exclamó así más o menos, «Si este viaje fue pagado por la CIA para cumplir algún objetivo, les aseguro que conmigo se malgastaron el dinero….«. Yo espero que así sea.
Aunque discrepo en algunos puntos, creo que es legítimo, sobre todo si se vive en Cuba y se es un periodista joven y revolucionario. La noche terminó al ritmo de la música cubana, hasta cantantes traía el grupo camuflajeado.
Esa noche salí convencido de que la nueva tarea es el debate. No debemos cansarnos de conversar y debatir con los jóvenes cubanos, sobre todo los profesionales de la información. Escuchar sus inquietudes, sus criterios, debatir, las revoluciones no se pueden dar el lujo de perder ni a uno solo de sus jóvenes, ya se han perdido demasiados. Los tiempos están para agrupar y no dejarse dividir.
Un compañero del «Junge Welt» me comentaba al respecto, cito: «No sé qué podemos nosotros aquí en Alemania enseñarles a estos jóvenes que ellos ya no sepan«.
La misma pregunta me gustaría hacerla a los organizadores del Workshop.
Justo Cruz reside en Alemania y es coordinador de Cuba Si