Las llaman los «4×4 del salón»: se trata de los televisores gigantes de plasma, cuya pantalla plana de al menos 50 pulgadas ocupa toda, o casi toda una pared. Ahora estas mega-teles están en el punto de mira de los ecologistas: consumen demasiada energía, cuatro veces más que un televisor tradicional y más del doble […]
La iniciativa se enmarca en una lucha amplia contra los televisores que consumen de modo excesivo. La Unión Europea está, de hecho, ultimando detalles para una nueva reglamentación que obligará a respetar unos estándares mínimos para todos los televisores. Los modelos más «derrochones» se retirarán gradualmente, y el resto tendrá etiquetas que indicarán claramente el consumo de energía de modo que los compradores puedan identificar los más y menos eficientes desde el punto de vista del ahorro energético, tal y como ya sucede con otros electrodomésticos como frigoríficos y lavadoras.
El problema está en que en los últimos treinta años, en Reino Unido así como en el resto de Occidente, el número de electrodomésticos y de cacharros electrónicos en una casa media casi se ha triplicado, pasando de 17 a 47. Donde antes sólo había una plancha, una aspiradora, la lavadora y un televisor para toda la familia, ahora hay que añadir ingenios de todo tipo, desde los escáner hasta las alarmas, desde las cafeteras eléctricas hasta los ordenadores y las consolas para videojuegos. Por no mencionar los televisores, que se han multiplicado hasta el extremo de que en las viviendas de este país se cuentan hoy 60 millones de aparatos, uno por cada miembro de la población, incluidos recién nacidos y quienes no ven jamás la televisión.
La cantidad de energía necesaria para que funcione esta explosión de electrodomésticos se ha duplicado en el mismo periodo de tiempo, y los expertos calculan que crecerá otro 12% en los próximos cuatro años.
Un televisor al plasma de 50 pulgadas puede consumir 822 kilowatt por hora, frente a los 350 de un televisor de cristal líquido del mismo tamaño y 322 de un televisor tradicional de tubo catódico. Un modelo grande al plasma puede consumir cuatro veces más electiricad que el modelo de tubo catódico más grande, y causar, por tanto, una emisión de óxido de carbonio cuatro veces mayor.
La campaña para reducir el consumo energético de los televisores incluye la advertencia de no apagar la televisión con el mando sino con el botón de apagado de la televisión, de modo que se apague completamente el aparato: de noche, oscura la pantalla, los «todoterrenos de salón» siguen malgastando electricidad.