Hoy en día, las centrales nucleares funcionan en todo el mundo bajo un sistema de responsabilidad civil limitada que reduce notoriamente los costes en pólizas de seguros de los propietarios de las plantas. El Gobierno sueco está estudiando suprimir este límite con el fin de que los propietarios de las nucleares paguen íntegramente el coste del riesgo de un accidente nuclear.
El concepto de responsabilidad civil limitada fue clave para el despegue de la energía nuclear en el mundo. EE UU, país pionero en el uso de la energía nuclear para generar electricidad, hubo de promulgar la ley Price-Anderson de responsabilidad civil limitada en los años 50 para que empezara a funcionar su primera planta nuclear. Ninguna compañía de seguros se atrevía a asegurar aquel ingenio cuyo riesgo era muy difícil de evaluar. La citada ley limitaba los costes en concepto de posibles daños a terceros que los propietarios de una central deberían pagar en caso de accidente. Aquellos daños no cubiertos por este límite serían sufragados por el Estado.
En la actualidad todos los países del mundo con centrales nucleares tienen leyes similares a la citada para que las cuotas que pagan las centrales nucleares en concepto del riesgo nuclear tengan un coste admisible para ellas. Por ejemplo en España este límite asciende a 150 millones de euros y en Suecia a 3.100 millones de coronas suecas (unos 347 millones de euros). En España funciona además un consorcio creado por las nucleares para hacer frente a un hipotético accidente nuclear. Para Ecologistas en Acción se trata sin duda de un trato de favor para esta industria, con el fin de liberarla de gastos extras. Es otra forma de subvención encubierta que reciben los propietarios de centrales nucleares. El verdadero coste económico del riesgo se obtiene en las compañías de seguros multiplicando la probabilidad de que ocurra un accidente por el coste estimado de dicho accidente. Dado que los costes del accidente máximo que se ha producido, el de Chernobil, se evaluaron en unos 126.000 millones de euros por fuentes independientes (21 billones de las antiguas pesetas), la cuota anual satisfecha por las centrales nucleares en concepto de seguros debería ser, al menos, unas 840 veces superior en el caso de las centrales españolas y unas 400 veces en el caso de las centrales suecas.
Podemos realizar una estimación aproximada del coste anual que supone el riesgo nuclear desde el punto de vista de una aseguradora. Según los cálculos más conservadores, la probabilidad de que ocurra un accidente severo en el núcleo de un reactor es de 1 entre 15000 reactores-año. Es decir, si tenemos en cuenta que funcionan unos 450 reactores en el mundo, se producirá aproximadamente un accidente cada 33 años. El coste de la cuota debería ser, por tanto, de unos 300 o 400 millones de euros. Esta cifra es sencillamente descomunal. Si los propietarios de las centrales tuvieran que pagar el coste del riesgo, esta actividad se convertiría en menos rentable de lo hoy en día es.
Para Ecologistas en Acción la aplicación de la responsabilidad civil ilimitada a las centrales nucleares sería un paso hacia la justicia del sistema energético. La intención del Gobierno sueco con el estudio anunciado es la de dotarse de armas legales para proceder al cierre escalonado de sus nucleares, tal y como manifestó su población en un referéndum.