La limpieza es el conjunto de operaciones que se realizan para eliminar la suciedad visible o microscópica de una superficie, ya sea por motivos sanitarios o estéticos. Pero casi todas las sustancias que utilizamos en la limpieza doméstica son tóxicas y contaminantes. Quitamanchas, lejías, ambientadores, disolventes, lavavajillas, abrillantadores para plata, limpiahornos, desatascadores… constituyen un auténtico […]
La limpieza es el conjunto de operaciones que se realizan para eliminar la suciedad visible o microscópica de una superficie, ya sea por motivos sanitarios o estéticos. Pero casi todas las sustancias que utilizamos en la limpieza doméstica son tóxicas y contaminantes. Quitamanchas, lejías, ambientadores, disolventes, lavavajillas, abrillantadores para plata, limpiahornos, desatascadores… constituyen un auténtico arsenal químico en nuestro hogar.
Los productos de limpieza se componen, en general, de mezclas de varias sustancias que combinan distintas propiedades en función de la suciedad, la superficie y el tipo de espacio que se desea limpiar o la dureza del agua con la que se limpia.
Así, un limpiador general puede contener un tensioactivo (sustancia que desagrega la suciedad, se une a las grasas y facilita su dilución en el agua de lavado) junto a un álcali (sustancia cáustica como el amoníaco, hidróxido de sodio o hidróxido de potasio). Un detergente puede contener tensioactivos, agentes secuestrantes (sustancias que impiden que los minerales cristalicen, se precipiten o se incrusten en los materiales con los que contactan), blanqueantes, colorantes y perfumes. Además, suelen emplearse varios ácidos, que se utilizan para remover materiales incrustados.
Hay productos que contienen decenas de sustancias que quieren garantizar una limpieza prácticamente aséptica donde en realidad no hace falta, como si el hogar fuese un quirófano. Muchos han probado en su propia piel los inconvenientes de estos productos porque sus ingredientes biocidas no sólo atacan a los gérmenes: en las personas irritan la piel, provocan alergias y causan reacciones sensibles en los ojos, la nariz, la garganta, además de dañar los pulmones.
Buena cantidad de estas sustancias llegan a la naturaleza a través de los desagües y siguen impactando en el medio ambiente, provocando, por ejemplo, la eutrofización de los ríos entre muchos otros problemas conocidos.
Cinco productos
Así que debemos preguntarnos con qué tipo de productos podemos limpiar nuestra casa sin perjudicar el entorno o haciéndolo lo mínimo posible. Para ello, deben sustituirse los productos de limpieza convencionales. De modo orientativo, son suficientes cinco productos para realizar todas las tareas de la limpieza general del hogar: vinagre, jabón natural, limón, alcohol y glicerina.
El vinagre contiene ácido acético, lo que reduce y corta la grasa. Además, es un buen ambientador.
El jabón natural es una mezcla de sales de ácidos grasos de cadenas largas. Limpia cualquier superficie, actúa aumentando la eficacia del agua para lavar, se degrada fácilmente y no es tóxico. Para hacer jabón sólo necesitas aceite usado, agua y sosa cáustica (hidróxido de sodio). Es fácil que alguna persona mayor te explique como elaborarlo.
El limón contiene aceites esenciales y bioflavonoides. Es antioxidante, quita las manchas y tiene un olor refrescante.
El alcohol (C5H12O) es un buen limpiador, seca superficies rápidamente, es desinfectante y quita manchas de grasa o pegamento de manera eficaz.
La glicerina (o glicerol) es un líquido incoloro, inodoro, viscoso y no tóxico, con un sabor muy dulce y tiene, literalmente, miles de usos, entre ellos el de limpiador (quita manchas de orina, café…), cualquier cosa que se derrame en la nevera será más fácil de quitar si los estantes han sido previamente fregados con un paño mojado en glicerina y, además, conserva objetos de goma y piel.
Recetas para hacer tus propios limpiadores, a base de sustancias naturales biodegradables, con resultados sorprendentes:
Ecolimpiador
• 800 ml vinagre de vino blanco
• 180 ml alcohol (96%)
• 15 ml aceite esencial de pino (150 gotas)
• 5 ml aceite esencial de menta (muy buen bactericida) (50 gotas)
• Aplicación: 1 tapón/cubo agua
Otro ecolimpiador
• 1 cucharada de jabón líquido vegetal
• 1 cucharada de zumo de limón
• 1/4 de litro de agua tibia
• Mezclar todos los ingredientes y aplicar con esponja o trapo.
Para la vajilla
• Tres cucharadas de jabón blanco rallado
• Media taza de vinagre
• Un litro de agua
Brillo en los muebles: si te gusta abrillantar los muebles, puedes fabricar un abrillantador natural mezclando el zumo de un limón con el doble de cantidad de aceite.
Alfombras: para quitar las manchas hay que raspar los materiales sólidos y secar los líquidos con un material absorbente. Luego se empapa la alfombra con una solución de agua y vinagre. Limpiar con una esponja y agua limpia, y secarla con algo absorbente.