Como ya hemos anunciado en nuestra sección de Eventos el ex vicepresidente del gobierno de los EE. UU. con Clinton y candidato fallido a la presidencia de los EE. UU. frente a Bush, vendrá a Madrid, invitado por el Ayuntamiento de la ciudad, para participar y abrir el Primer Encuentro sobre Energía, Municipio y Calentamiento […]
Como ya hemos anunciado en nuestra sección de Eventos el ex vicepresidente del gobierno de los EE. UU. con Clinton y candidato fallido a la presidencia de los EE. UU. frente a Bush, vendrá a Madrid, invitado por el Ayuntamiento de la ciudad, para participar y abrir el Primer Encuentro sobre Energía, Municipio y Calentamiento Global, extraña combinación de factores para animar al ex mandatario estadounidense a abrir el encuentro el próximo miércoles, día 7 de febrero, con su presentación, ya ampliamente conocida y divulgada, que en este caso lleva el título El mayor problema actual de la humanidad: el calentamiento global y nuestra acción para frenarlo.
Dado que la asistencia a tan magna reunión cuesta la friolera de 470 € más el IVA, y del hecho que el Sr. Gore dará su charla y no concederá entrevistas, según nos ha comunicado la empresa organizadora de las mismas, Perception & Image – Consultoría Estratégica en Comunicación y Relaciones Institucionales nos mueven a comentar aquí lo que entendemos porta el discurso habitual de Al Gore sobre el Calentamiento Global, haciendo una crítica a su más conocida película-documental, titulada «Una verdad Incómoda»
Llama mucho la atención que al Ayuntamiento de Madrid, haya promovido un encuentro, aunque sea el primero, que mete en bocadillo al municipio entre los temas de la energía, que aquí interesa mucho y el calentamiento global, que también interesa y está totalmente interrelacionado con el primero.
Es sorprendente, porque precisamente este municipio, aunque ha perdido las olimpiadas de 2012, ha conseguido, sin embargo, una medalla de oro y ha resultado un verdadero campeón mundial de las barbaridades urbanísticas, que tienen como fin seguir potenciando que centenares de miles de vehículos privados puedan seguir vomitando humo, ahora por los inmensos túneles que se han construido justo por debajo del mismísimo centro de la ciudad y por debajo del nivel del ya irreconocible río Manzanares.
Llama la atención que un municipio nada menos que capitalino y tan representante de las esencias españolas, recurra, para lo relativo a inscripciones, entrevistas con el director del encuentro e imágenes a todo un ejemplo de empresa española, como es Image & Perceptions Seguramente es que el Ayuntamiento o el IFEMA no tienen capacidad organizativa suficiente y tienen que recurrir a subcontratar empresas de alto postín y nombre extraño.
Y aquí, emulando al documental de los realizadores irlandeses sobre el golpe de Venezuela contra Chávez, titulado La revolución no será televisada, parece que la presentación de Al Gore ni será ni televisada, si no es con derechos, ni permitirá el debate abierto con los asistentes, que si pueden pagar 470 € + IVa, seguramente no contestarán excesivamente al Sr. Gore.
Sin embargo, creemos que sí debe abrirse un debate sobre estos importantes asuntos y aquí abrimos las páginas a nuestros lectores, para que puedan ofrecer sus opiniones.
Recientemente ha habido algunos debates y controversias sobre las charlas de Gore sobre el calentamiento global. Uno de ellos, tuvo lugar en Dinamarca, el periódico danés Jyllands-Posten, propuso una entrevista en la que estuviesen presentes entre otros, Al Gore y el banderín de enganche más popular de los escépticos del calentamiento global, Bjorn Lomborg, autor del libro «The skeptical Environmentalist» (El ecologista escéptico).
Aunque su equipo aceptó inicialmente, al final y a pocas horas del debate, el Sr. Gore dio la espantada y sus representantes adujeron que el Sr. Gore solo aceptaba preguntas sobre su libro y el documental y ser preguntado sólo por el periodista.
El periódico aceptó de inmediato, pero una hora más tarde recibieron un correo cancelando la entrevista. Esto levantó una oleada de críticas y quizá esa es la razón por la que el ecolgista Srr. Gore ya no concede entrevistas y se limita a proyectar su archiconocido video o a dar una charla, recoge el fruto maduro de la parte que le corresponda de los jugosos ingresos y se larga a la siguiente conferencia ecologista y ya van más de mil, según sus propias palabras en el documental.
Todo un ejemplo de ecología utilitarista, que demuestra que un ecologista bien organizado, puede llegar a ganar más que si hubiese sido realmente presidente de los EE. UU..
Pero vayamos al grano y analicemos el contenido de la película-documental de Gore, no para hacer una crítica desde el lado de los Lomborg y compañía, que para eso se las pintan solas las grandes corporaciones y empresas negacionistas del hecho de que nos estamos asfixiando en nuestros propios malos humos, sino justo para hacerla desde el punto de vista radicalmente opuesto. Los siguiente comentarios están hechos en base a la visión de su documental Una verdad incómoda, que es la base de su discurso a lo largo y ancho del mundo,
1. En el documental Gore aparece como un pulcro vendedor de alfombras o aspiradoras: bien peinado, bien trajeado y afeitado. Utiliza modernas técnicas de presentación: pantallas gigantes, público arrobado, paseos magistrales por el escenario, que sólo una persona que haya recibido clases de formación de entrenadores puede desplegar con tanta soltura. Incluso sigue los patrones del marketing del mundo del «business as usual» de romper el hielo de las presentaciones con chistes o de aumentar la tensión con pausas bien programadas, cuando corresponde.
2. También realiza una perfecta campaña de promoción personal, vendiendo muy bien su integridad como político y como persona; su coherencia como activista ecológico (moderado, por supuesto). Utiliza su película para mostrarse como un padre amante y preocupado y un simple hijo de granjero hecho a sí mismo, muy del gusto del «self made man» norteamericano. Es curioso que este hombre haya popularizado la frase de Upton Sinclair, que dice aquello de Es difícil conseguir que un hombre entienda algo, si su forma de vida depende de no entenderlo En este preciso momento cabría preguntar a Al Gore, si hubiese sido posible, que es lo que él habría hecho si la mafia de Miami no le hubiese dado el pucherazo electoral y fuese hoy el presidente de la nación más poderosa del mundo. O todavía mejor: que es lo que demonios hizo mientras fue el segundo del hombre más poderoso del mundo durante un mandato electoral, porque si en su película afirma que ya desde su juventud fue consciente de este problema, lo era también al llegar a la vicepresidencia de los EE. UU. Es lo que en términos psiquiátricos se denomina «disonancia cognitiva»; esto es, incongruencia o desarmonía interna del sistema de ideas y actitudes (cogniciones) que presenta una persona.
3. Su espectáculo con los efectos especiales que puede provocar el efecto invernadero está verdaderamente elaborado y es muy efectista: las capas polares derritiéndose y los efectos en gráficos sobre inundaciones de sitios poblados, gráficos animados sobre desplazamientos de los periodos de eclosión de larvas, que las polladas de las aves que viven de ellos no pueden replicar, quedándose sin alimento, e incluso dramáticas escenas de osos polares que se ahogan por no poder encontrar hielo en decenas de kilómetros de mar Ártico. Una pena que el Sr. Gore no haya sacado más que efectistas y coloristas imágenes del tipo National Geographic y simplemente haya evitado sacar imágenes de africanos desesperados tiritando en cayucos o esqueletos de los mismos envueltos en pellejo resecado en los desiertos que tienen que atravesar hasta llegar a las costas marroquíes; o mexicanos deshidratados en los secarrales de la frontera del muro de la vergüenza.
Como las series de clase B de Hollywood, que se hacen pensando exclusivamente en el modo de vida americano, aunque luego se revenden al resto del mundo para producir beneficios marginales y además inyectar cultura yanqui, este documental está también muy orientado al público norteamericano y a su forma de ver las cosas. Es plutocentrista, aunque luego parezca que es aplicable a China o Europa.
4. Gore, el hombre que viajó a Sudáfrica a vender el AZT de las multinacionales farmacéuticas a aquel depauperado gobierno, para que lo aplicase con total discrecionalidad sobre la población surafricana, que no podía pagarse ni la prueba del SIDA, ahora se convierte en campeón del aviso sobre nuevas pandemias de moderna y rabiosa actualidad y oscuros mecanismos de propagación: la gripe aviar, el síndrome respiratorio agudo severo, etc. etc. Al menos alguna docena de nuevas amenazas. El heraldo anuncia su llegada como si de la octava plaga se tratase y además carga sobre el abstracto del calentamiento global la aceleración de la propagación de dichas neoenfermedades. Habrá que cuidarse de esos idus de febrero.
5, Con respecto a la población del planeta, su discurso adquiere tintes de total confusión: explica el ex vicepresidente del imperio con gran profusión de detalles que nos mantuvimos estables durante 10.000 generaciones en cuanto a crecimiento de población, pero que en tan solo una generación (la suya) vamos a pasar de 2.000 a 9.000 millones. Muy bien, es cierto ¿y qué?
Reconoce este gran vendedor de humos inverso que «algo diferente está sucediendo ahora», pero se cuida mucho de preguntarse por las causas. Apenas se limita a señalar la presión que esta población pone sobre los alimentos, el agua o los recursos «vulnerables», pero no explica quienes son los que más recursos devastan ni las razones de tal devastación. Calla de forma indudablemente cómplice, que el 20% de la población humana, entre la que se encuentra la del país que el vicepresidió, está comiéndose el 80% de los recursos que él denomina «vulnerables», dejando al resto del 80% de la población apenas el 20% restante.
6.No explica las causas reales que están provocando en una generación lo que 10.000 generaciones anteriores se cuidaron mucho de hacer. Esto es ¿es el hombre y sus naturales procesos de reproducción o es el modo de vida, que jamás menciona en sus controlados discursos, excepto para confirmar que se siente orgulloso de él, el que está arrasando el planeta? ¿Es capaz ese sistema, que lleva la semilla misma de la destrucción por el acaparamiento ilimitado, de cambiar a mejor? Eso no lo escucharán en sus políticamente correctos discursos.
7. Atribuye los desastres del calentamiento global en sus presentaciones a «una mala combinación de viejos hábitos y nuevas tecnologías«, poniendo los ejemplos, del hábito de la guerra entre los hombres y las modernas tecnologías, con una efectista explosión de arma nuclear (por supuesto sacada de sus propios archivos nacionales). O el ejemplo de los viejos hábitos, como la agricultura y e cultivo de la tierra,, que cuando se combina con las nuevas tecnologías, como las gigantescas cosechadoras o tractores o excavadoras, provoca destrozos ambientales considerables. Muy bien. Muy bonito. Muy ilustrativo. Pero se va al tema siguiente sin explicar qué debemos hacer al respecto.
8. El ejemplo de su familia, granjeros cultivadores de tabaco, abandonando los cultivos al darse cuenta de que el hábito de fumar había provocado un cáncer de pulmón a su hermana es de un sentimentaloide que abruma y se acerca claramente a la manipulación mediática y al cinismo. No nos consta, aunque hemos leído en alguna parte que este señor siguió aceptando donaciones del multinacionales tabaqueras, para su campaña electoral, bastantes años después de que su hermana falleciese, pero si consta, naturalmente, que mientras en su país se persigue hasta el catre a los fumadores y que ese ejemplo se ha seguido en todo el mundo, sus multinacionales del tabaco siguen haciendo negocios ingentes y crecientes, contrabandeando otra cantidad enorme de tabaco y controlando el mercado y la distribución mundial de este veneno, mientras él ocupaba el sillón de vicepresidente. Esto es ya de un cinismo intolerable y cuando tata de ponerlo como ejemplo positivo de cómo se puede cambiar un hábito malo para querer extrapolarlo a la reducción de emisiones roza en la golfería.
9. Señala Gore que de entre miles, una selección de 928 artículos de revistas científicas de primera línea especializadas establecen de forma inequívoca un consenso sobre la influencia de la actividad humana en el calentamiento global, mientras la prensa no mostró ni uno, dando a entender que los medios de comunicación mundiales ocultaron sistemáticamente y durante mucho tiempo la nocividad de las emisiones. Incluso se apunta de forma dramática y teatral, como líder político inquisidor y valiente, apareciendo en su propia película como interrogador de un tipo que había ocultado y tergiversado informes. Pero este hombre, aparte de vivir muy bien de la escena ¿en qué mundo se cree que está? Los años en la Casa blanca ¿no le enseñaron el tipo de medios con los que contaba y que trabajaban a su disposición?
10. Concluye Gore asegurando que si hacemos «lo correcto» (aunque en el momento de decirlo todavía no sabíamos lo que era correcto en la película, aparte de no emitir gases, claro), que «podemos crear mucha riqueza y empleos». No se sabe muy bien de dónde saca este «showman» sus conclusiones, pero el concepto de riqueza (acumulación sin límites de bienes) y el concepto de empleos, tal y como los conocemos hoy, tiene mucho más que ver con la contaminación que con la descontaminación
11. Ofrece a la audiencia un ejemplo de una forma errónea de conciliar economía y medio ambiente. Y para ello, menciona el ejemplo de los coches privados como «parte del problema». Pero no se lo pierdan: entonces muestra el ejemplo de los estándares de coches japoneses en cuanto a consumo por kilómetro, explicando a continuación que Europa está planeando reducir incluso esos niveles y que Canadá y Australia, sus «aliados» (el resto no se sabe que seremos para ellos) también.
Todo ello para concluir que los EE. UU. están muy por detrás en la carrera de la eficiencia. Incluso se enfada paternalmente con sus propios fabricantes nacionales, cuando se quejan de que si cambian sus modelos, los chinos coparán sus mercados y entonces, concluye que incluso los chinos (no se como se lo tomarán los chinos cuando dice algo así, incluso los más tontos, lo hacen mejor que nosotros) tienen regulaciones más estrictas en sus vehículos en emisiones y en consumo por 100 kilómetros. Por ello, asegura, los EE. UU. no podrían vender hoy sus coches en China, al no cumplir sus normas.
Esto es, para Al Gore, el problema fundamental es como seguir compitiendo con chinos o japoneses en la venta de vehículos privados, en los mercados mundiales, de forma que los fabricantes estadounidenses puedan seguir manteniendo los empleos y para reducir las emisiones (de rebote). Esto es, mantener a las grandes corporaciones automovilísticas con una vigorosa capitalización bursátil, es para Gore, como hacen los japoneses o los chinos, un signo deseable y envidiable.
Así es como este personaje ve el mundo futuro: un mundo de más «business as usual». Una completa compatibilidad entre las formas de vida actual y las deseadas «cero emisiones». Quizá con algunos pequeños ajustes finos del sistema, pero ni una sola palabra sobre este perverso e ineficiente sistema de transporte individualizado que es el transporte privado y apenas pasando como alma que lleva el diablo sobre el transporte público y su conveniencia. Uno no entiende bien como este sujeto puede presentarse a sí mismo como una persona preocupada, que pasa la mayor parte del tiempo intentando entender lo que otras personas piensan sobre el tema. Independientemente de que los organizadores del evento de Madrid instruyan de la siguiente forma –
Los periodistas tendrán libre acceso a todas las sesiones, mesas redondas y paneles paralelos que se desarrollarán durante las jornadas, con la única excepción de la ponencia de Al Gore, cuyas condiciones se explican más adelante.
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A partir de las 09.00h de la mañana del día 7 de febrero, los medios podrán instalarse en el auditorio para grabar la inauguración del evento a cargo del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.
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A lo largo de la intervención previa a la conferencia de Al Gore, los medios gráficos (fotógrafos y cámaras de televisión) serán invitados a abandonar el auditorio. Está prohibido registrar el sonido y la imagen de dicha conferencia por motivos de derechos de distribución de imagen y contenido. Habrá un lugar habilitado para la prensa desde el que podrán seguir el desarrollo de la ponencia, pero no estará permitido realizar cuestiones a Al Gore durante el turno abierto de preguntas con los asistentes.
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Una vez finalizada la conferencia de Al Gore, las cámaras y fotógrafos pueden volver a instalarse en el auditorio para continuar registrando el resto de la jornada.
La organización está reproduciendo las instrucciones que al respecto de la conferencia ha recibido directamente de los representantes de Al Gore en Estados Unidos, que deben ser respetadas por expresa indicación de los mismos.
Lo que ya indica muy claramente el interés del ponente en escuchar opiniones ajenas, es que este hombre tiene al coche privado (en el que sale varias veces montado en su película) en el mismo pedestal que decía el antropólogo Marvin Harris: si ustedes quieren ver verdaderamente una vaca sagrada, salgan a la puerta de casa y observen el coche de la familia.
12. Después de una hora y veinte minutos de argumentos de peso sobre el calentamiento global, que aquí no discutiremos por parecer bastante abrumadores y evidentes y por estar totalmente de acuerdo en que el hombre es la causa más que posible de muchas de estas alteraciones, el fallido candidato a la presidencia de los EE. UU. comienza a depositar en las conciencias de su audiencia una secuencia de apuntes muy bien calculada: arranca identificando dos tipos de personas: los que consumen su tiempo negando los hechos y los que pasan de la negación a la desesperación (una frase hecha, muy efectista y consonante «from denial to despair»), para colocarse, obviamente, en el término medio. Un moderado luchando contra los monstruos radicales a izquierda y derecha. ¿Y cómo lucha?
13. Pues nada menos que citando a Stephen Pacala y Robert Socolow, y a la revista Science, para asegurar que el conocimiento científico, técnico e industrial que ya posee la Humanidad (y que precisamente está causando los problemas a los que tenemos que hacer frente en la actualidad, aunque esto no lo diga) va a resolver los problemas de las emisiones de CO2 y del clima. Aplausos, muchos aplausos. La fe del iluminado, como no podía ser de otra forma. Desde luego, se cuidó mucho de no citar en este contexto a Einstein cuando dijo que «No podemos resolver un problema utilizando la misma lógica que lo creó». Obviamente, Einstein tenía por las leyes de la termodinámica mucho más respeto que el que muestra Gore. Y quizá convenga finalizar con otra cita de Einstein que suele colgar unos de nuestros asiduos lectores y que viene muy bien al caso de Gore: Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana y no estoy seguro de lo primero.
14. Y finalmente, lanza una cascada de «pequeñas cosas» para «resolver el problema» e ir haciendo que la curva de aumento del consumo mundial pueda ir siendo rebanada por esta serie de acciones de pequeña índole, que juntas suman muchísimo, pero sobre todo y lo más importante, sin necesidad aparente de cambiar el modo de vida americano:
Un poquito de aparatos eléctricos mejores y más eficientes (pero siga utilizando el cepillo de dientes eléctrico, por favor).
Un nuevo repaso a la eficiencia de los vehículos privados (es una verdadera obsesión: no se pueden bajar de ellos ni a tiros), ignorando la paradoja de Jevons y el consumo curva otro poquito
Un capítulo de «eficiencia en otros transportes» (así, sin especificar) y damos otro empujoncito hacia abajo a la curva de consumo.
Con las renovables, también sin especificar y sin hablar de energía netas, que no da tiempo para eso, se da otro importante empujón a la baja en emisiones y en consumo Por si faltase algo, se añade al frasco de las esencias un poquito de captura y secuestro del carbón (por CO2, como si este fuera el único gas o el único desecho que presenta problemas) y consigue otra reducción adicional. (No pierdan de vista el nuevo negocio consistente en inyectar materia en minas, en vez de extraerla de ellas).
Y con todos esos pequeños poquitos, conseguiremos pronto (sin especificar) volver a quedar por debajo de las emisiones de 1970, manteniendo el sagrado icono del «American Way of Life» intocado. Señoras y señores, confíen en nosotros, porque la tecnología resolverá el problema que ha creado.
Sin embargo, para Gore hay todavía un problema: la falta de voluntad política para hacer cepillos de dientes eléctricos o lavadoras centrifugadoras más eficientes. Pero no desesperen, señoras y señores, porque la voluntad política, según Al Gore, es un recurso renovable (un fuerte aplauso de la entregada audiencia y Dios bendiga a América). Si esto no es una campaña política en toda regla, uno ya no sabe lo que es una campaña. No sólo es renovable; la sensación es que la voluntad política de seguir en las mismas es inagotable.
15. Al Gore conoce perfectamente el algoritmo (perdón por el chiste fácil): todos somos emisores de gases (todos somos culpables, hermanos, que diría el telepredicador), pero todos podemos hacer cosas, sin arriesgar nuestro modo de vida o cambiar este modo de vida y consiguiendo pasar a cero emisiones, mientras mantenemos el crecimiento. ¿No es maravilloso? Este hombre transmite optimismo y confianza y sobre todo, no nos pone las cosas difíciles. Uno es pecador, pero se confiesa y vuelta a la calle ¿no es verdad?
16. El ex vicepresidente de los EE. UU. llama a los estadounidenses a cumplir lo que su gobierno se ha pasado por la entrepierna: el Protocolo de Kyoto. Él cree que será un paso importante y muestra orgulloso una serie de Estados de la Unión y Municipios estadounidenses que han adoptado la decisión de cumplirlo sin contar con su gobierno. Más aplausos. Este hombre parece contento con ver que quizá, sólo quizá se pueda llevar la emisión de gases en 2010 a los niveles de 1990 (que ya eran horrorosamente altos, por cierto) El que no se contenta es porque no puede, o porque es un radical que pasa de la negación a la desesperación.
17. La historia (de los EE. UU.) nos muestra que los estadounidenses son una nación capaz de asumir difíciles retos, incluyendo los esfuerzos por fabricar coches más eficientes que los chinos. La patria de la libertad, nación héroe que acabó con la esclavitud (eso si, sin mencionar que todavía en 1963, los negros no podían ir a la universidad y viajaban segregados en los autobuses), el país que dio el derecho de voto a las mujeres, que ganó la guerra a regímenes totalitarios (supongo que no lo diría el hombre por Irak); que aterrizó en la luna y que acabó con el comunismo (ya me mataron otra vez a Fidel antes de tiempo y le robaron a Lech Walesa y al Papa Juan Pablo II el protagonismo). Ese país, según Gore, que sigue muy orgulloso de él ha resuelto incluso, según él, el problema de la capa de ozono, al eliminar los CFC’s (¿se creerá este hombre lo que dice?)
18. Y he aquí el vademécum final de la película algorítmica, que va apareciendo como subtítulos finales, junto a los créditos de la película y al que no se resiste uno a poner coletillas:
¿Estas listo para cambiar la forma en la que vives? (pero no mucho, desde luego)
La crisis del clima se puede resolver. He aquí como:
• Vaya a la página web Climate Crisis
• Usted puede reducir sus emisiones de gases a cero (¿¿Cómo??)
• Compre aparatos eléctricos eficientes, bombillas; cambia los termostatos para reducir la calefacción y el aire acondicionado (pero por favor compre, compre, compre y no se prive de ellos, a ver si se va a cargar usted el sistema, que no es eso)
• Climatice su casa y mejore su aislamiento (pero siga viviendo en lo que allí se llaman Mc Mansions)
• Compruebe sus facturas eléctricas y haga revisiones y comprobaciones (sólo compruebe, no prescinda o reduzca)
• Recicle (pero por favor, mantenga el universo de embalajes inútiles y de latas y bolsas; siga consumiendo hasta reventar; olvídese de retornar: no es bueno para el negocio y estamos en seguir haciéndolo)
• Compre un coche híbrido, si se lo puede permitir (es un buen consejo para los mil millones de africanos. Y si no se lo puede permitir, no se agobie. Pero sobre todo, no se le vaya a ocurrir pensar en qué demonios hace tres horas diarias metido en atascos; usted concéntrese en que, en los atascos, el híbrido es un coche ganador)
• Siempre que pueda, pasee o monte en bicileta (pero solo si puede; no se le ocurra exigir que le pongan las aceras que en EE. UU. casi no existen o exigir carriles de bici; no se le ocurra exigir que las ciudades dejen de crecer hasta el infinito, obligando a recorridos imposibles para otra cosas que no sean los coches; ellos nos dan vida y son nuestra vaca sagrada: No tocar)
•Siempre que pueda, utilice el tren ligero o los transportes públicos (que en ingles Americano tienen la fea acepción de «mass transports»; pero si no puede, no se preocupe; tan solo es una recomendación entre los créditos finales)
• Y dile a mama y a papa que no arruinen tu futuro (esto si que me ha «llegao», como dice el anuncio. Es lo más parecido que he visto a las invitaciones a niños para que denuncien comportamientos irresponsables de los padres. Menos mal que con que papa se compre un cepillo de dientes eléctrico de menor consumo y baje el termostato al salir del híbrido, ya ha cumplido)
• Y si eres un padre, únete a tus hijos (y canta con ellos aquello de «We are the world, we are the people…» en feliz compaña y armonía)
• Cambie a fuentes de energía renovables (pero por favor, nada de reducir el consumo; ya veremos más tarde si podemos meter la nuclear entre las renovables. De momento ya la hemos metido entre las que no emiten CO2)
• Llame a su empresa eléctrica para verificar si ofrecen energía verde. Si no es así, pregunte que por qué no. (Tremenda la fe de este hombre en las llamadas al contestador de las eléctricas y tremenda la fe en que la iniciativa privada individualizada y atomizada pueda obtener resultados globales apetecidos)
• Vote a líderes que se comprometan a resolver la crisis (por ejemplo y sin ir más lejos, a mi)
Escriba al Congreso y si no le escuchan postúlese usted mismo para el Congreso (¿Cómo es posible que este cándido haya llegado a la vicepresidencia de los EE. UU.? ¿Es que no conoce los mecanismos de gobierno y de acceso a los puestos electorales en las democracias representativas? ¿Es así de simple o es que se lo hace por alguna razón desconocida? ¿A qué publico se está dirigiendo y si es al norteamericano, por qué viene a vender a otros países tan diferentes esa burra vieja?)
• Plante árboles, muchos árboles (la única cosa sensata en todo el documental, junto con los datos apropiados de los científicos)
• Diga lo que piensa en su comunidad (pero sea algo más preciso que Gore, por favor)
• Llame a los programas de radio y escriba a los periódicos (este hombre llega a ser enternecedor. Entre él y Carter, me hacen dudar si no habrá algún agujero negro por el que uno pueda llegar tan alto siendo tan simple. Por otra parte, es notablemente cínico pedir a la gente que acceda e insista sobre los centros de poder cuando él, que ha sido verdadero centro de poder y todavía retiene, llega con esa capacidad de aislamiento de la prensa y del público madrileño; con esa prepotencia.)
• Insista en que EE. UU. congele sus emisiones de CO2 (pero ¿a qué nivel? ¿Congelarlas a cero, como antes proponía? ¿Congelarlas al insostenible nivel actual? ¿Tirando o sin tirar por la ventana nuestro actual sistema de vida ultra consumista?)
• Reduzca su dependencia del petróleo extranjero (esta es una recomendación con seguridad muy local; no debe ser un mensaje para conferencias en Venezuela o Arabia Saudita. Es una pena que Gore no haya tenido tiempo en el documental de explicar cómo rayos va a hacerlo o cree que se puede hacer con el termostato en la mano y montado en el híbrido y mientras los 4×4 aumentan sus ventas)
• Ayude a los granjeros a cultivar plantas para producir combustibles derivados del alcohol (¡Dios mío! ¿Es este el hombre que se lamentaba de haber cultivado tabaco en la granja familiar? ¿Sabe este hombre que este año la cantidad de maíz dedicada al etanol en EE. UU. ha alcanzado la cantidad destinada a las exportaciones -siendo el mayor exportador mundial- y que los autos norteamericanos apenas si se han enterado?)
• De nuevo, elevar los estándares para el ahorro de combustibles que exigen emisiones menores (¡pero sobre todo no se les ocurra pensar en abandonar el sagrado tótem de las cuatro ruedas!)
• Y si creen en la oración, recen para que la gente tenga la voluntad de cambiar (este golpe de efecto final apelando a las oraciones como medio de salvación, es el remate de todo buen telepredicador. Incluye además la cuña, que seguramente le habrán aconsejado los asesores, de adelantar que lo hagas solo si crees, algo muy respetuosos con las minorías agnósticas o directamente ateas.
Concluyendo: un poco de «Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la Virgen María y con el Espíritu Santo»; un cepillo de dientes eléctrico más eficiente; un híbrido al que además se le puede invitar a un chupito de etanol, en las largas horas de los atascos diarios, sin problemas de conciencia, ya que la vaca sagrada de Occidente no pasa controles de alcoholemia; una llamadita a la eléctrica de turno, otra al Congreso «and the world will be as one» como cantaba Lennon y todos estaremos a salvo de perturbaciones climáticas. ¿Quién no se apunta? Total, son 470 euros y la voluntad, que como ustedes saben es un recurso renovable. Nada menos que mil conferencias de este jaez, desde que empezó con el negocio climático. Ni Carrier, vamos.
Con personas como ésta, consiguiendo centrar los problemas del mundo exclusivamente en que cambia el clima y se nos ahogan los osos polares, mientras ocultan sistemáticamente que el modelo está agotado y que las fuentes de energía que lo sostenían, su consumo desmesurado e ilimitado y su modelo de negocio son los responsables directos de la catástrofe a la que nos dirigimos, me temo que no podremos avanzar mucho en la necesaria convergencia entre los que sabemos que el cambio del clima es un peligro real e inminente y que el agotamiento de los combustibles fósiles es igualmente terrible y que ambos obligan a cambiar TOTALMENTE el modelo, mucho más allá de toquetear termostatos y comprar híbridos. Tengan cuidado, señores y señoras preocupados por el calentamiento global y sus efectos, porque hay mucho tahúr que les puede secuestrar sus preocupaciones y encima ir pidiendo por ellas el copyright y los derechos de emisión. No se fíen, no se fíen de estos defensores.