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Entrevista a Carmen Bravo, la médica de familia que lucha contra las tierras raras

«El impacto en la salud es transgeneracional cerca de una mina»

Fuentes: Climática

Tras 39 años en consultorios rurales de Ciudad Real, esta médica ha decidido ponerse en la primera línea de combate contra la minería de tierra raras en España. «La minería verde no existe», denuncia.

A sus 66 años, tras casi 40 atendiendo pacientes en distintos consultorios de la España rural, en la provincia de Ciudad Real, Carmen Bravo podría estar disfrutando de su reciente jubilación. Sin embargo, ha decidido ponerse en primera línea de una lucha en la que, según advierte, “está en juego la salud de varias generaciones”. Esta médica de familia pelea para que las tierras raras que hay en España, yacimientos que Europa quiere explotar para reducir la excesiva dependencia exterior –especialmente con China–, se queden bajo tierra. En su zona, hay un proyecto en puerta, paralizado por el momento (Neodimio, de la mercantil Quantum Minería), para abrir una mina que tendría un “gravísimo impacto” en la salud de quienes habitan las comarcas cercanas. También en sus descendientes. “Hay una toxicidad sobre las células y una transferencia en los genes que va a afectar a los futuros hijos y nietos”, alerta.

Carmen tiene en su espalda miles de historias clínicas de pacientes con afecciones a la salud por las actividades productivas de la ruralidad, sobre todo la agricultura industrial. Pero aclara que los impactos de las tierras raras “son de otra escala, de otra magnitud”. No lo dice ella, sino toda una amplia literatura científica que ha descargado en su ordenador y leído con detenimiento. Cita varios estudios en la charla con Climática: el de investigadores italianos de la Universidad de Nápoles, publicado en la revista Frontiers in Environmental Science; el de científicos chinos en la revista Toxics, una revisión bibliográfica de 113 estudios, que incluyen análisis epidemiológicos, investigaciones sobre la toxicidad y los mecanismos que producen el daño corporal; y otro sobre la exposición de niños a tierras raras, publicado por Science of The Total Environment.

Foto: Carmen Bravo.

“La evidencia científica es abrumadora. El impacto para la salud no termina en los trabajadores de las minas. También alcanza a los habitantes que viven en las proximidades, hasta varios kilómetros de donde se está haciendo la extracción. Se han encontrado elementos de tierras raras en el pelo, orina y  sangre”, resume la médica sobre algunos de los impactos de esta minería en la salud humana. “Podríamos hablar un largo rato también sobre el daño al medio ambiente y la biodiversidad, porque los impactos son múltiples”, dice. 

Tiene que quedar claro –agrega–, “que no existe una sola investigación que diga que las tierras raras y su actividad minera no son problemáticas para la salud humana y ambiental, pero sí decenas de trabajos que alertan de sus riesgos”. Carmen, que participa de la plataforma Sí a la Tierra Viva, viajó la semana pasada a Madrid para recorrer los pasillos del Congreso y charlar con diputados de PSOE, Sumar y Podemos sobre esta problemática. “Lamentablemente, la política, por los intereses económicos detrás, anda de puntillas cuando debería andar con pasos firmes”, lamenta.

¿Por qué ha decidido dar esta batalla?

A ver, yo no soy una científica experta en minerales de tierras raras. Soy una médica de familia que vive en una zona amenazada por un proyecto de tierras raras. Me preocupa, como a tantos otros vecinos, poder seguir viviendo en estas tierras. Al investigar, se advierte que no es un problema del presente, sino también del futuro. Una mina de tierras raras nos va a afectar a nosotros, pero también a las generaciones futuras, a los próximos hijos y nietos. Me ofrecí a colaborar con esta plataforma. Mi tarea es exponer a la población los riesgos para la salud a partir de la evidencia, muy contundente, de minas ya abiertas en distintas partes del mundo. He estado pendiente toda mi vida de la salud de la población. Un lema de atención primaria es «más vale prevenir antes que curar». Eso es lo que estamos haciendo.

¿Qué dice la ciencia sobre el impacto de la minería de tierras raras en la salud humana?

Que estos elementos de tierras raras producen una citotoxicidad, una toxicidad sobre las células y que hay un serio problema de herencia transgeneracional por la transferencia en los genes. Estamos hablando de partículas muy pequeñas que contaminan los suelos, los alimentos y el agua. Excede a la contaminación del aire. No alcanza entonces con protegerse con mascarilla FPP3. La absorción ocurre también a través de la dermis. ¿Vamos a caminar con traje de buzos o escafandras? El problema es que estas partículas atraviesan la barrera hematoencefálica, produciendo enfermedades en el sistema nervioso. Hay estudios que demuestran que si una madre ha vivido durante el embarazo en zonas próximas a una mina, el feto está contaminado. Y que a medida que ese niño crece, más elementos de tierras raras tiene en su organismo, con el riesgo de distintos trastornos congénitos. Otras investigaciones revelan que los niños de las zonas próximas a una de estas minas tienen menor coeficiente intelectual que los que viven lejos. 

¿Qué le dicen los representantes políticos cuando comenta todas estas evidencias científicas?

Que son conscientes de los impactos, aunque, en algunos casos, se sorprenden con las afecciones a la salud. Porque no estamos hablando únicamente del daño al medio ambiente, que es importante. Repiten que es necesario seguir investigando, una forma de andar de puntillas, cuando se debería ir con paso firme. A mi la empresa que quiere abrir esta mina en Ciudad Real me intenta difamar y desprestigiar llamándome “supuesta médica” y diciendo que todos los estudios que cito son “de muy lejos”. Lo que omiten es que el día que tengamos estudios propios será porque la mina llevará años con impactos irreversibles. Hay estudios de China porque es donde ya funcionan estos proyectos, donde las consecuencias ya son tangibles. Por eso es tan importante este momento de la lucha. En Ciudad Real y en toda España.

¿Por qué hacen tanto hincapié en lo “especulativo” de los proyectos mineros en España?

Porque el capital de fuera viene a hacer dinero a costa de la salud de mucha gente. Porque cuando se vayan, la contaminación y los residuos nos quedarán a nosotros. En el proyecto Neodimio se habla de explotación y transformación, con procesos que, además de ser muy contaminantes, demandan cantidades infinitas de agua que no tenemos. Estamos en la España seca, ¿de dónde piensan sacar toda el agua que se necesita, de nuestro consumo? Es cierto que la Junta Castilla-La Mancha no lo ha avalado por el momento. Pero tampoco lo ha rechazado en público. El neodimio no va a quedar en la piel de los empresarios, que se van a ir, va a quedar en nuestra piel. También en la de los políticos de la zona. Por eso llama la atención que no haya un rechazo muy contundente.

Las empresas del sector minero en Europa hablan de una minería verde y sostenible mucho más eficiente y segura que las del sur global. ¿Qué se les responde?

Que la minería verde no existe. No hay minería sostenible o ecológica. Hablan de mayores controles, pero estamos hartos de ver las barbaridades que, en los últimos años, han hecho las minerías en distintos sitios de España. Cuanto mucho pagan una multa por atentar contra el medio ambiente, y ya. ¿Hubo controles en Aznalcóllar? ¿Y en la mina de Cobre Las Cruces? Con el agravante de que ahora, por el apuro de la UE, todo se va a flexibilizar mucho más. Lo pueden vender como quieran. La evidencia es una sola.

¿Hay vecinos que quieren esta mina?

No, el consenso y el rechazo social es unánime. Si paseas por Santa Cruz de Mudela, por ejemplo, verás cientos de pancartas en balcones y en ventanas de “no a la mina”. La gente está movilizada. Sabe que, de abrirse, este yacimiento nos va a proporcionar nada más que problemas y disgustos. Estamos hablando de la salud. Y de muchas evidencias sobre la mesa. La gente está muy informada.

Por su experiencia en la medicina, ¿le consultan las madres y padres sobre la afectación que pueden tener sus hijos?

Me he jubilado el año pasado tras 39 años dentro de muchos consultorios. Estoy dedicando gran parte de mi tiempo a la plataforma. Las consultas en las charlas siempre aparecen. Mi hermana también es médica de primaria. Es más joven y sigue trabajando. Y cuando sale el tema en la consulta, pues claro que preocupa. Y cuando doy las charlas, se repite: “Madre mía, todo eso nos podría pasar”.

¿Y los sectores productivos de Ciudad Real, qué dicen?

También están en alerta. Esto no es un desierto. Estamos hablando de una zona muy rica en el olivo, en almendros, en cereales, en viñas. Tenemos el vino de Valdepeña, de denominación de origen. Tenemos también la denominación de origen del queso manchego, por las ovejas que pastan en esta tierra. Tenemos la denominación de origen del aceite virgen extra, que ha sido ya galardonado con premios mundiales Entonces, si esta mina se abre, ¿tú vas a comprar todos estos productos? Seguramente no. Ante la duda por una posible contaminación, irás a otra región a comprar. 

¿Qué le dice a quien puede pensar que el problema lo tienen únicamente los habitantes de Ciudad Real? 

Que hay empresas que están buscando tierras raras en cualquier parte de España, que hay una foto panorámica detrás. Que, con seguridad, la lucha va a extenderse a otros territorios. Tenemos vidas finitas, pero lo que queremos es vivir con salud. Afrontaremos las enfermedades que nos toquen, pero no estamos dispuestos a enfermarnos por tener este foco de enorme contaminación. Vale el refrán “cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a mojar”. Ahora nos está pasando a nosotros. Hace cuatro o cinco años a otras poblaciones con otro tipo de minas. Es un error ver esta lucha como algo ajeno.

Fuente: https://climatica.coop/carmen-bravo-medica-tierras-raras/