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Cronopiando

El informe de la Organización Mundial de la Salud

Fuentes: Rebelión

La Organización Mundial de la Salud, luego de tres años de arduo trabajo, ha presentado en Ginebra un informe sobre los determinantes sociales de la salud, en el que se concluye que las condiciones sociales determinan la buena o mala salud de las personas. A ello, que no a razones biológicas, atribuye el informe que […]

La Organización Mundial de la Salud, luego de tres años de arduo trabajo, ha presentado en Ginebra un informe sobre los determinantes sociales de la salud, en el que se concluye que las condiciones sociales determinan la buena o mala salud de las personas.

A ello, que no a razones biológicas, atribuye el informe que la esperanza de vida varíe hasta más de 40 años de un país a otro.

Demás está decir que uno está muy de acuerdo con el informe, pero me admira que hayan necesitado un informe de tres años de gestación, a estas alturas, para llegar a tan peregrina conclusión.

Cierto que, cuando leo las declaraciones de Michael Marmot, presidente de la Comisión de la OMS que presentó el informe, empiezo a entender las insospechadas dificultades de arribar a semejante conclusión por lo esmerado de los eufemismos en que lo explica: «la combinación nefasta de circunstancias económicas injustas y políticas sociales pobres, está matando a la gente a gran escala», pero para semejantes equilibrios semánticos tampoco necesitaban tanto tiempo y recursos.

Denunciar, a estas alturas, que en los países ricos se viven más años que en los países pobres y que no es la casualidad la que determina que la esperanza de vida de una japonesa sea de 86 años y la de una zambiana de 43, es algo que yo mismo les podría haber contado en dos minutos y usando uno para tomar agua.

El informe ilustra la realidad del mundo a partir de las estadísticas que maneja, el que en Islandia mueran sólo dos bebés por cada mil nacidos mientras son 120 en Mozambique, o que sólo una sueca muera al dar a luz entre 17.400 partos cuando en Afganistán muere una parturienta por cada 8, pero el informe en sí nada descubre y sus recomendaciones siguen siendo demasiado vagas.

Instar a la unidad de todos, de gobiernos, de organismos, de la sociedad civil, para mejorar la vida de los seres humanos, o es una gilipollez o es un rasgo de lesa ingenuidad.

En el fondo, el informe no es más que otro informe más que agregar a los otros informes, para que todos estemos informados de lo poco que valen los informes