Recomiendo:
0

El lenguaje grosero en la televisión cubana

Fuentes: Rebelión

No son pocas las personas de la población y en particular personalidades de la cultura y de instituciones educacionales de Cuba que en varias ocasiones han criticado el abuso del lenguaje grosero en la televisión cubana. Sin embargo, el mal continúa y las groserías son cada vez más irrespetuosas con el televidente, y se contradicen […]

No son pocas las personas de la población y en particular personalidades de la cultura y de instituciones educacionales de Cuba que en varias ocasiones han criticado el abuso del lenguaje grosero en la televisión cubana. Sin embargo, el mal continúa y las groserías son cada vez más irrespetuosas con el televidente, y se contradicen con las campañas publicitarias que persiguen fines opuestos.

Todos los aficionados a las telenovelas cubanas pudieron ver y escuchar, en el capítulo correspondiente al pasado 6 de julio de » Bajo el mismo sol: Casa de cristal» , un estruendoso «cojo..» salido de la boca de una de las actrices, la misma que en un anterior capítulo mostró una de las más sobresalientes posiciones del kamasutra, y todo eso y muchas cosas más han estado ocurriendo a lo largo de esa telenovela, tal como ha ocurrido en otras.

No son pocos los niños que ven esos programas. Se pudiera alegar que los padres son los que tienen que impedir que ellos e incluso adolescentes vean la telenovela. Es cierto, pero no tenemos la cultura europea, donde los niños duermen al oscurecer ni las condiciones habitacionales de Europa. Solo el hecho de tener un clima con más horas de luz y calor es suficiente para no parecernos. Además, eso tampoco justifica las groserías.

Hay quienes alegan que esa es la realidad cubana actual, que así se habla y así se comporta un sector de la sociedad, y que la televisión solo la refleja. Correcto, pero el resto de la sociedad no puede ser secuestrada por ningún grupo marginal.

Nuestra sociedad es mucho más amplia que ese sector: casi un 20 % son personas mayores de 60 años, un tanto mayor es el porcentaje de niños, y de jóvenes que estudian o trabajan. También, existen profesionales, obreros y campesinos, que nada tienen que ver con la muestra que tan reiteradamente se presenta en la TV y muchos de los que por necesidad conviven en ese medio no son marginales. Ellos merecen respeto y también merecen aparecer en nuestras telenovelas.

Es evidente que el uso excesivo de ese lenguaje y de elementos «eróticos» no aporta mayor realismo a esas obras de ficción. Los seriales policíacos que se han trasmitido y los que se trasmiten, como «Tras la huella», están basados en hechos reales y nunca se ha visto o escuchado algo similar, lo que no ha impedido que gocen de muchísima popularidad. Eso es respeto al pueblo.

Se sabe que en arte tiene mayor valor o importancia lo que se insinúa que lo que se muestra o se dice con muchas palabras. ¿En nuestro caso será facilismo o falta de talento?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.