La victoria de Rodrigo Chaves preocupa a activistas por su apoyo a los combustibles fósiles
El economista Rodrigo Chaves, ex Ministro de Economía, fue elegido nuevo presidente de Costa Rica el domingo 4 de abril, venciendo al expresidente José María Figueres en una segunda ronda electoral con un 53% de los votos.
La elección de Chaves, un execonomista del Banco Mundial de derechas que prometió dar un vuelco a la política tradicional durante su campaña, ha generado incertidumbre entre los expertos sobre la dirección de la acción climática en Costa Rica, un país que ha sido ejemplo por su historial en materia de conservación y cuestiones ambientales en las últimas décadas. Los planes de Chaves para su gobierno, incluidos los relativos al medio ambiente, se consideran ambiguos, y ya ha hecho comentarios a favor de la extracción de combustibles fósiles.
Desde el 2014 Costa Rica genera casi toda su energía a partir de fuentes renovables, algo que está contemplado en su Plan de Descarbonización y sus compromisos internacionales ante el Acuerdo de París. Esto, sin embargo, ahora podría estar en riesgo con el nuevo gobierno.
Durante su campaña, Chaves ha manifestado su apertura a la explotación de gas natural en Costa Rica, una medida que las cámaras empresariales del país han propuesto en el pasado para disminuir los altos precios de la electricidad. Pero hasta la fecha, el país no ha incursionado en la industria de extracción de gas y tampoco ha confirmado con estudios formales si alberga yacimientos de ese combustible fósil.
Aún así, Chaves aseguró durante uno de los debates previos a la elección, que “si el gas existe y comprobamos la existencia del recurso, lo podemos manejar de manera consistente con un medio ambiente sano y limpio”.
“Yo no creo que tengamos que tomar el fanatismo casi religioso de decir: no le permitamos a los costarricenses utilizar y beneficiarse de un recurso que Dios nos dio», dijo el presidente electo.
Adrián Martínez, director de la organización sin fines de lucro La Ruta del Clima, aseguró que esta es una de las propuestas más “preocupantes” de Chaves para la acción climática. Abrir plantas de gas impediría el cumplimiento del Plan de Descarbonización de Costa Rica y podría afectar la imagen del ecoturismo, una actividad que representa un 3% del PIB, explicó.
La apertura de Chaves a los combustibles fósiles no es reciente. Mientras ejercía el cargo de director de Indonesia en el Banco Mundial, esa oficina financió varios proyectos de infraestructura para combustibles fósiles, según un informe de la organización Bank Center Information.
En particular, durante el periodo de Chaves como director de Indonesia (2013-2019), el Banco Mundial financió —entre varios proyectos— una planta de carbón de 2000 MW en la isla de Java Central en 2016, por un monto mayor a los $4000 millones de dólares, así como un sistema de transportes para plantas de carbón de más de $2000 millones en 2014.
Además, el banco incluyó la expansión de plantas de carbón en sus proyectos de desarrollo a futuro, pero no incluyó ningún proyecto de energía solar, eólica y geotérmica, señala el reporte.
Esto pese a las advertencias de la comunidad científica sobre la necesidad de transicionar a energías limpias y, en particular, dejar atrás el carbón. Esto porque las plantas de carbón pueden generar hasta el doble de CO2 que las de otros combustibles fósiles como el gas natural.
¿Los avances de Costa Rica están en riesgo?
Actualmente, Costa Rica lidera dos iniciativas globales altamente ambiciosas: la iniciativa 30×30 –la cual propone proteger un 30% de los ecosistemas del planeta para el 2030- y la alianza “Beyond Oil & Gas”, la cual puso sobre la mesa la propuesta de erradicar por completo todos los combustibles fósiles, incluidos el petróleo, carbón y gas natural por primera vez en las negociaciones climáticas de la COP26 el pasado noviembre. Martínez dijo a Diálogo Chino que el país probablemente continuará con ambas iniciativas, pero que su credibilidad podría verse afectada, en caso de que Chaves actúe según sus promesas de continuar con la extracción de combustibles fósiles.
El país centroamericano, reconocido por su liderazgo medioambiental, se comprometió en sus contribuciones nacionales determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) a prohibir por ley cualquier tipo de exploración y explotación de combustibles fósiles. Actualmente está prohibido por decreto y sólo podría ser levantado por un futuro gabinete ejecutivo. El actual gobierno de Carlos Alvarado intentó pasar esta iniciativa de ley por el Congreso en 2021, pero no consiguió los votos necesarios para pasarla debido al rechazo de legisladores opositores y presión de las cámaras empresariales.
El plan de gobierno de Chaves menciona sin mucho detalle temas como la adaptación al cambio climático o las pérdidas y daños derivados, explicó Pascal Girot, director de la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica y veterano negociador de la delegación tica ante Naciones Unidas.
Costa Rica tiene una tradición de tener un rol protagónico en incidir en las acciones globales para frenar las crisis ambientales. Eso no creo que vaya a cambiar
Por ejemplo, el plan promete “crear en el primer año de gobierno un plan de reducción del daño, el cual determine cuáles son las inversiones públicas que permitan mitigarlo”. El país, sin embargo, ya está desarrollando un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, el cual incluso ya pasó por un proceso de consulta pública.
Tanto Girot como Martínez señalaron que los temas ambientales no pesaron en la decisión del electorado. Para los votantes de Rodrigo Chaves, los temas prioritarios fueron la corrupción y el alto costo de vida, según la última encuesta previa a la elección, realizada por la Universidad de Costa Rica. Por otro lado, los votantes del candidato opositor, Figueres, citaron como prioridad el desempleo y la pandemia del Covid-19. Finalmente, Costa Rica registró una participación inusualmente baja, ya que más del 40% de los votantes con derecho a voto no lo hicieron.
Aun así, ambos expertos concordaron en que el país tiene un robusto sistema de leyes ambientales y de participación ciudadana, que permitiría continuar con la acción climática independientemente del gobierno de turno.
“Costa Rica tiene una tradición de tener un rol protagónico en incidir en las acciones globales para frenar las crisis ambientales. Eso no creo que vaya a cambiar”, aseguró Girot.
Otros temas ambientales en suspenso
El cambio de gobierno llega en un momento delicado para las áreas protegidas de Costa Rica, las cuales sufrieron recortes de hasta un tercio de su presupuesto durante la crisis del Covid-19. El plan de Chaves no menciona el tema, ni fuentes de recursos alternativas para las áreas protegidas estatales.
Además, algunos de los proyectos de infraestructura propuestos por el candidato entran en conflicto con la conservación natural. El plan de Chaves propone la construcción de un “canal seco” que permita el paso de mercadería por tierra entre el Caribe y el Pacífico.
Las versiones anteriores del proyecto han propuesto la construcción de un puerto en el Pacífico Norte de Costa Rica, un sitio visitado por ballenas jorobadas y diferentes especies de tiburones, rayas y delfines. Los planes de manejo del Área de Conservación Guanacaste —donde se ha propuesto la construcción del puerto— identificaron las versiones de este proyecto como una amenaza a la “integridad ecológica” del sitio.
De forma paralela, otro tema clave para el país es la transición energética. Las emisiones brutas de Costa Rica aumentaron en 76% en los últimos 30 años, según el último inventario de emisiones. El incremento se dio principalmente por la enorme huella del sector transporte y la multiplicación de los vehículos de gasolina. Para reducir este impacto, el país se comprometió en su Plan de Descarbonización a que para 2050 el 85% de la flota de transporte sea eléctrico, así como a poner en marcha un tren eléctrico urbano.
El plan de gobierno de Chaves plantea un proyecto de tren eléctrico para la Gran Área Metropolitana del país, principal foco de emisiones, en línea con las propuestas del Plan de Descarbonización. Sin embargo, la propuesta de Chaves rechaza continuar con el proyecto impulsado por el actual gobierno, para el cual ya existe un estudio de factibilidad y un crédito aprobado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) por $550 millones.
En su lugar, el plan de gobierno propone “replantear un tren eléctrico metropolitano con los estudios rigurosos que quedó debiendo la propuesta actual”, sin una especificación de qué tan profundo sería el replanteamiento.
Fuera de su plan de gobierno y principalmente mediante entrevistas, Chaves ha manifestado su rechazo al Acuerdo de Escazú, un tratado regional de derechos humanos ambientales impulsado por la misma Costa Rica y nombrado por una de sus ciudades.
“No añade nada nuevo a nuestra legislación y crea problemas de litigio de enredar las cosas en un momento en que necesitamos hacer que la producción de este país se dispare de nuevo”, señaló durante una entrevista difundida por su campaña el pasado 17 de febrero.
En esta línea, el presidente electo también se ha mostrado abierto a realizar estudios de viabilidad para volver a permitir la pesca de arrastre en las aguas del país. Esta técnica está prohibida por la Sala Constitucional de Costa Rica desde 2013, debido a su alto impacto en las especies marinas y a la falta de un conocimiento científico completo de sus consecuencias.
Además de su antagonismo ambiental, Chaves llegó a la presidencia de Costa Rica pese a haber sido denunciado por acoso sexual durante su periodo al frente del Banco Mundial, algo que le generó cuestionamientos en temas de género y derechos humanos durante la campaña electoral. Fue sancionado en 2019 por el Banco -pero no despedido- por conductas sexuales inapropiadas.
Los planes de Chaves para Costa Rica y su entorno deberían aclararse en las próximas semanas, ya que el presidente electo tomará posesión de su cargo el 8 de mayo.