La Organización de las Naciones Unidas (ONU) identifica a 17 grandes mares para su labor, pero el Mediterráneo quizá sea el caso más dramático, ya que de la llamada cuna de la civilización pasó a ser un cementerio para miles de solicitantes de asilo y migrantes. Y es muy probable que sea la cuenca de […]
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) identifica a 17 grandes mares para su labor, pero el Mediterráneo quizá sea el caso más dramático, ya que de la llamada cuna de la civilización pasó a ser un cementerio para miles de solicitantes de asilo y migrantes. Y es muy probable que sea la cuenca de agua más contaminada del planeta.
El Mediterráneo abarca una superficie de 2,5 millones de kilómetros cuadrados y lo rodean 22 países, que juntos comparten una costa de 46.000 kilómetros y albergan a unos 480 millones de habitantes en tres continentes – África, Asia y Europa.
Pero también es una especie de gran lago salado al ser un mar semicerrado, ya que solo tiene dos pequeños puntos de contacto con el océano abierto, el canal de Suez por el este y el estrecho de Gibraltar por el oeste.
Esto implica que sus aguas necesitan para renovarse entre 80 y 150 años, según el Plan de Acción para el Mediterráneo (PMA), el proyecto con sede en Atenas del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En otras palabras, una gota de agua contaminada permanece circulando en el Mediterráneo durante un siglo, en promedio.
Añádase a esto que uno de cada tres de sus habitantes, o más de 160 millones de personas, son residentes permanentes en los centros urbanos situados a lo largo de su costa. Además, 180 millones de turistas visitan sus playas cada año, lo que lleva a 340 millones la cantidad de seres humanos concentrados allí durante la temporada pico.
La consecuencia es que millones de personas arrojan al Mediterráneo sus desechos sólidos y líquidos, domésticos y urbanos. El problema resulta más evidente si se tiene en cuenta que hasta hace pocos años, más de 40 por ciento de los centros urbanos costeros carecían de instalaciones para el tratamiento de las aguas residuales, y que 80 por ciento de estas se arrojaban al mar sin tratar, según el PNUMA / PAM.
Más de 20.000 toneladas de gasolina por año
Las actividades industriales también son una fuente clave de contaminación, principalmente de los sectores químicos, petroquímicos y metalúrgicos, como confirman los siguientes ejemplos:
– Unas 60 refinerías vierten en el mar cerca de 20.000 toneladas de petróleo por año.
– Los productos químicos utilizados en la agricultura generan escurrimientos que contienen pesticidas, nitratos y fosfatos.
– Otras fuentes de contaminación son las industrias del tratamiento de residuos y generación de disolventes, tratamiento de metales, producción de papel, pinturas y plásticos, teñido, estampado y curtiembres.
El tráfico marítimo
Pero el mar Mediterráneo también está bajo la presión de sus intensas actividades marítimas. Casi 30 por ciento de todo el comercio marítimo internacional pasa por sus puertos o sus aguas, así como aproximadamente 25 por ciento del petróleo que el planeta transporta por mar.
Tenga en cuenta que aproximadamente 2.000 buques mercantes de más de 100 toneladas se encuentran en el mar en todo momento, y que 200.000 llegan a cruzar el Mediterráneo cada año.
Pero este tráfico marítimo no solo provoca contaminación, sino que se estima que 50 por ciento de las mercancías transportadas por mar tienen algún grado de peligro.
Algunas sustancias químicas son más peligrosas que el petróleo, aunque las cantidades de estos productos transportadas por vía marítima en el Mediterráneo equivalen a una fracción del volumen de crudo que cargan los buques cisterna.
Por otra parte, la contaminación por hidrocarburos procedente del funcionamiento de los buques incluye una variedad de vertidos de petróleo y mezclas oleosas que se generan a bordo.
Basura marina
PAM/PNUMA acaba de lanzar su Evaluación de Desechos Marinos en el Mediterráneo, en el marco de la Asamblea Ambiental de las Naciones Unidas, celebrada en mayo en Nairobi.
La basura marina se ha confirmado como un problema crítico en el Mediterráneo, exacerbada por los limitados intercambios hidrológicos de la cuenca con los océanos, así como por la presión de sus costas densamente pobladas, el turismo altamente desarrollado y los impactos del paso de 30 por ciento del tráfico marítimo mundial, además del aporte adicional de los ríos y las zonas densamente urbanizadas.
En comparación con la evaluación anterior, de 2008, este informe actualizado proporciona datos sobre los residuos y desechos plásticos que cada país arroja al Mediterráneo y especifica las fuentes más importantes de basura, los cambios en su composición y patrones de transporte, así como una revisión exhaustiva de los datos existentes para los cuatro compartimentos del medio marino – las playas, la superficie, el lecho del mar y los desechos ingeridos.
El Día Mundial de los Océanos
Todo lo anterior podría perderse en la marea de información relacionada con el Día Mundial de los Océanos, que se celebró ayer el miércoles.
Un informe de la ONU señala que los océanos del mundo – su temperatura, química, corrientes y biodiversidad – impulsan los sistemas globales que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad.
«Nuestra agua de lluvia, agua potable, tiempo, clima, costas, gran parte de nuestros alimentos, e incluso el oxígeno del aire que respiramos, todos en última instancia son proporcionados y regulados por el mar. A lo largo de la historia, los océanos y mares han sido conductos vitales para el comercio y el transporte», destaca el informe.
En ocasión del Día Mundial de los Océanos, la ONU destacó datos y cifras:
– Los océanos abarcan 75 por ciento de la superficie terrestre y contienen 97 por ciento del agua del planeta.
– Más de 3.000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento.
– Los océanos contienen cerca de 200.000 especies identificadas, pero el número real podría ascender a millones.
– Los océanos absorben aproximadamente 30 por ciento del dióxido de carbono producido por la humanidad, lo que amortigua el impacto del calentamiento global.
– Los océanos son la principal fuente de proteínas para más de 2.600 millones de personas.
– La pesca marítima directa o indirectamente emplea a más de 200 millones de personas.
Traducido por Álvaro Queiruga
Ecoportal.net