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El mensaje de Fidel y por qué me divierten los medios

Fuentes: Rebelión

Fidel envió este lunes una carta a sus «compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria» en que hace un recorrido histórico por diversos temas, reitera la inviabilidad de las soluciones capitalistas para los problemas del mundo, explica cómo era el alcance de la educación superior en la Cuba prerrevolucionaria y, a partir de recordar la victoria […]

Fidel envió este lunes una carta a sus «compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria» en que hace un recorrido histórico por diversos temas, reitera la inviabilidad de las soluciones capitalistas para los problemas del mundo, explica cómo era el alcance de la educación superior en la Cuba prerrevolucionaria y, a partir de recordar la victoria cubana contra la Sudáfrica del Apartheid en Angola, apoyada por EE.UU . e Israel con armas nucleares, recuerda:

«!Las tropas internacionalistas cubanas se retiraron con honor de África. Sobrevino entonces el Periodo Especial en tiempo de paz, que ha durado ya más de 20 años sin levantar bandera blanca, algo que no hicimos ni haremos jamás.»

Se deduce colateralmente que no está gravemente enfermo como supusieron algunos semanas atrás:

«…cuando me invitaron ustedes a participar en el lanzamiento de la jornada por el 70 aniversario de mi ingreso a la Universidad, lo que supe sorpresivamente, y en días muy atareados por diversos temas en los que tal vez pueda ser todavía relativamente útil, decidí descansar dedicándole algunas horas al recuerdo de aquellos años».

A los estudiantes universitarios les habla de su relación desde joven con el pensamiento de Marx y de Lenin y les desde dice, luego de aludir al millonario estadounidense más exitoso y su tesis de que «el sistema de producción y distribución privilegiada de las riquezas convertiría de generación en generación a los pobres en ricos»:

«Observen bien las realidades de este conocido, globalizado y muy mal repartido planeta Tierra, donde se conoce cada recurso vital depositado en virtud de factores históricos: algunos con mucho menos de los que necesitan; otros, con tantos que no hallan qué hacer con ellos. En medio ahora de grandes amenazas y peligros de guerras reina el caos en la distribución de los recursos financieros y en el reparto de la producción social. La población del mundo ha crecido, entre los años 1800 y 2015, de mil millones a siete mil millones de habitantes. ¿Podrán resolverse de esta forma el incremento de la población en los próximos 100 años y las necesidades de alimento, salud, agua y vivienda que tendrá la población mundial cualquiera que fuesen los avances de la ciencia?»

Fidel, hace un aparte y pasa a explicar entonces a los «amigos de Cuba», que «conocen la conducta ejemplar de nuestro pueblo», lo que llama «mi posición esencial en breves palabras»:

«No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra. Defender la paz es un deber de todos. Cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales. Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los pueblos del mundo y entre ellos los de nuestros adversarios políticos. Es lo que estamos reclamando para todos.

«El Presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional y el Partido Comunista de Cuba.

«Los graves peligros que amenazan hoy a la humanidad tendrían que ceder paso a normas que fuesen compatibles con la dignidad humana. De tales derechos no está excluido ningún país.

«Con este espíritu he luchado y continuaré luchando hasta el último aliento.»

Al dirigirse a los «amigos de Cuba» -sometidos al constante bombardeo de mentiras y manipulaciones- el Comandante en Jefe demuestra estar al tanto de preocupaciones y dudas que desde posiciones honestas puedan haberse expresado respecto a este tema por personas solidarias con la Revolución.

Todo lo anterior prueba que esta carta no es una «fe de vida» como lo ha interpretado la mediocridad mediática, sino la demostración de que el líder de la Revolución está informado y activo en la lucha ideológica en Cuba y el mundo, sin abandonar ni la firmeza ni la lucidez que siempre le han acompañado.

A la vez que se pronuncia sobre temas de la mayor trascendencia, Fidel demuestra la importancia que concede a los enésimos rumores sobre su salud: ninguna. Pero divierte ver cómo los grandes medios de comunicación, quienes obviamente no son compañeros de Fidel ni «amigos de Cuba», por lo que el mensaje no es para ellos, se apresuran en masa -silenciando toda la argumentación histórica- a traducir y simplificar las palabras de quien hace pocos días daban por muerto.