El ministro de Asuntos Exteriores cubano Felipe Pérez Roque precisó el pasado 21 de marzo en rueda de prensa en La Habana los dos obstáculos de su país en su relación con la Unión Europea. El primero de ellos es la denominada Posición Común europea, la que consideró «una herencia de Aznar». «Se trata -añadió- […]
El ministro de Asuntos Exteriores cubano Felipe Pérez Roque precisó el pasado 21 de marzo en rueda de prensa en La Habana los dos obstáculos de su país en su relación con la Unión Europea. El primero de ellos es la denominada Posición Común europea, la que consideró «una herencia de Aznar». «Se trata -añadió- de un documento unilateral, condicionante para Cuba que no busca el diálogo ni la cooperación. Por eso hemos propuesto un acuerdo concertado». «Cuba -continuó- es el único de los treinta y tres países de América Latina y Caribe con el que la UE no tiene un acuerdo estable. Eso sólo se explica por la presión de Estados Unidos».
El segundo obstáculo que apuntó el ministro cubano es el voto «automático y seguidista» de la UE sobre Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra. «La UE no tiene una política propia sobre Cuba», afirmó. «Si Europa tuviese un criterio propio en Ginebra -añadió-, Cuba podría firmar un acuerdo sobre derechos humanos con Europa sobre bases de igualdad e intercambio. Delegaciones de ambas regiones podrían visitar las prisiones de ambos países, comparar políticas de reinserción, establecer un intercambio y comparar experiencias sobre cuestiones y métodos electorales, he de recordar que aquí vota más del noventa por ciento de la población cuando en Europa y en todo el mundo la abstención es un grave problema. También podrían comprobar cómo el 90 % de los presos cubanos ya han sido juzgados y tienen una sentencia firme, mientras que en América Latina la mitad de los presos están en preventiva sin juicio».
Pérez Roque recordó que esa propuesta fue realizada al presidente de turno de la UE y al gobierno español durante su reciente visita. «Pero no se puede dialogar con Cuba y luego votar mecánicamente una resolución de Estados Unidos en Ginebra».