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El ministro de Industria inicia su mandato con un regalo de 1.500 millones a Endesa e Iberdrola

Fuentes: Rebelión

Ecologistas en Acción recomienda al nuevo Ministro de Industria que se tome un tiempo para estudiar la documentación relativa a la central nuclear de Garoña antes de revocar el cierre en 2013. Ante las declaraciones expresadas en diversos medios de comunicación por el nuevo Ministro de Industria, Energía y Turismo sobre la posible continuidad del […]

Ecologistas en Acción recomienda al nuevo Ministro de Industria que se tome un tiempo para estudiar la documentación relativa a la central nuclear de Garoña antes de revocar el cierre en 2013.

Ante las declaraciones expresadas en diversos medios de comunicación por el nuevo Ministro de Industria, Energía y Turismo sobre la posible continuidad del funcionamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), Ecologistas en Acción manifiesta su sorpresa por la agilidad de José Manuel Soria a la hora de posicionarse sobre asuntos técnicamente tan complejos y socialmente tan controvertidos como la ubicación del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos o la posible revocación del cierre de la central nuclear más antigua del parque español, decretado para junio de 2013.

La organización ecologista recuerda al nuevo Ministro que la central de Garoña es gemela del primero y más antiguo de los cuatro reactores nucleares accidentados en Fukushima (Japón) el pasado mes de marzo (tecnología de agua en ebullición BWR de General Electric, potencia de 460 MW, inicio de explotación en 1971), con un diseño obsoleto de hace medio siglo que ha acreditado una preocupante falta de seguridad en sus sistemas de suministro eléctrico, refrigeración y contención.

Resulta curioso que, mientras los cuatro reactores de Fukushima dañados por el maremoto del pasado mes de marzo en Japón continúan emitiendo radiactividad nueve meses después del accidente, el nuevo Ministro de Industria español salga a las primeras de cambio en auxilio de la central nuclear más antigua del parque eléctrico español, justo cuando el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) acaba de dictaminar que las pruebas de resistencia realizadas a la central resultan incompletas en los casos del riesgo de inundación por rotura de las presas situadas aguas arriba de la central, pérdida de algunas funciones de seguridad y gestión de accidentes, no habiéndose evaluado otras situaciones extremas como los fallos humanos, o la contaminación térmica del Ebro.

Por ello, y teniendo en cuenta las enseñanzas del accidente de Fukushima y que en un radio de 100 kilometros a la redonda de la central viven millón y medio de personas, incluyendo ciudades como Miranda de Ebro, Burgos, Vitoria, Bilbao y Santander, Ecologistas en Acción recomienda al Ministro que se tome un tiempo para completar y estudiar toda la documentación relativa a la central nuclear de Garoña y ponderar su riesgo objetivo para la seguridad, y no se deje llevar por las prisas de Endesa e Iberdrola, propietarias de la central, por revertir el cierre decretado por el anterior Gobierno.

Entre el año y medio que falta para la fecha de cierre y el mínimo aporte a la generación eléctrica nacional de la central de Garoña (alrededor del 1 por ciento, la mitad de la electricidad producida tan sólo por los parques eólicos de Castilla y León), en opinión de Ecologistas en Acción, José Manuel Soria tiene tiempo sobrado para completar la nueva planificación energética nacional o revisar el actual sistema de retribución eléctrica, entre otros retos que parecen más urgentes para el interés general que los 250 millones anuales de euros que Endesa e Iberdrola ingresan cada año con la operación de la central nuclear de Garoña.

Y es que la organización ecologista consideraría bochornoso que, en la situación actual del país, la prioridad del nuevo Ministro de Industria fueran en realidad los 1.500 millones de lucro cesante que las eléctricas reclamaron como indemnización al Gobierno por el cierre de la central de Garoña en 2013, en lugar de la seguridad, la sostenibilidad o el coste del suministro eléctrico nacional.