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Un apunte sobre el estado de la nación

El ocaso (neoliberal) de una presidencia

Fuentes: Rebelión

Republicanismo documentado, socialdemocracia renovada, tercera vía creativa y no servil, derechos ciudadanos y sociales, autores de culto como intelectuales de cabecera, insistente liturgia ciudadana-ciudadana, transiciones por nuevos y no gastados caminos, justicia social real, defensa de los desfavorecidos como línea de demarcación. Con epílogo: un lema ejemplar, «no os defraudaré», y una promesa pletórica de […]


Republicanismo documentado, socialdemocracia renovada, tercera vía creativa y no servil, derechos ciudadanos y sociales, autores de culto como intelectuales de cabecera, insistente liturgia ciudadana-ciudadana, transiciones por nuevos y no gastados caminos, justicia social real, defensa de los desfavorecidos como línea de demarcación. Con epílogo: un lema ejemplar, «no os defraudaré», y una promesa pletórica de coraje político: «saldremos de las guerras imperiales». Nos lo llegamos a creer; otra vana ilusión, una más, nada heroica por cierto (¿Se acuerdan de uno de los lemas del movimiento: «¿Dónde está la izquierda? Al fondo, de la derecha»? Directo al corazón del asunto).

Y no ha sido en la segunda legislatura o tras la eclosión de esta crisis abisal en la que estamos inmersos. No se trata de una (contra) revolución copernicana tardía. Hay netos indicios desde el principio. Pensemos en el papel de David Taguas en la primera legislatura por ejemplo. Paco Puche [1], en quien tomo pie, ha explicado la siguiente anécdota, muy significativa en mi opinión. Bill Drayton, presidente de Ashoka, una fundación supuestamente filantrópica, que lleva operando en nuestro país apenas hace unos seis años, ha recibido el premio Príncipe de Asturias de 2011. Quizá explique este carrerón empresarial, apunta Puche, el hecho de que el mismísimo presidente de gobierno, del del Congreso mejor no hablar, allá por el año 2005, en el momento del desembarco de la fundación en España, obsequiase a todos sus ministros, como regalo del día del libro, con Cómo cambiar el mundo, de David Bornstein. Se cuenta en él, hagiográficamente. la aventura de la fundación. En la página 39, según Puche, puede leerse una perla como ésta: «Una de las primeras preocupaciones era que una organización especializada en recopilar información sobre reformadores locales despertaría sospechas de tener que ver con la CIA o el KGB».

Si se indaga en las interioridades de la institución, Puche lo ha hecho seguramente, puede verse una fuerte vinculación de Ashoka con grandes multinacionales y con Departamentos-ministerios del Gobierno usamericano. Una de sus ramificaciones, señala también Puche, es la entidad denominada Atlas Service Corps, una organización «fundada por un miembro de Ashoka, que tiene en sus órganos directivos personas procedentes del Departamento de Estado y de Defensa de EEUU y de grandes multinacionales como Du Pont, JP Morgan y McKinsey». ¡Lo mejor de cada casa! En ella aparece como directivo el galardonado Bill Drayton. Cuadra, sin inconsistencias conocidas o incluso pensables, con la concesión del Premio Príncipe de Asturias, con el Premio que lleva el nombre de ese borbónico príncipe que espetaba con el infame «ya has conseguido tu minuto de gloria» a una ciudadana que tenía la valentía política de exigirle un referéndum democrático sobre Monarquía o República.

Y cuadra también el Premio con el regalo de 2005 a los ministros del actual presidente del gobierno en el día del libro. De ese modo se cambia el mundo ha podido pensar, o así fue asesorado por uno de sus consejeros áulicos [2].

Influido por estas especulaciones, no por ningún republicanismo presentable, por moderado que este pueda ser, el presidente de la contrarreforma laboral y de quince o veinte contrarreformas más, se despachó a su gustó en el debate del martes 28 de junio sobre el estado de la nación con el grupo ERC-IU-ICV.

El debate, sabido es, apenas interesó a la ciudadanía. Aburre a las ovejas e incluso a las personas que tiene pasión por los asuntos políticos. También al que suscribe. Por azar, elegí TV2 a las 21:40. Intervenía el presidente respondiendo a las intervenciones previas de Ridao, Buenaventura y Llamazares que no logré escuchar. Sin entrar en detalles, JLRZ construyó su intervención apelando al principio de realidad, al realismo político imprescindible, y no a la mera ensoñación quimérica. Contra las críticas del diputado de IU, arguyó, contento de haberse conocido a si mismo, que de recortes nada, de pasos atrás menos y de giros a la derecha ni hablar. España, aseguró, está en la zona media de Europa en casi todos los temas: jubilación, indemnización por despido, impuestos de sociedades, fiscalidad, estado de bienestar, etc, sin citar en ningún momento quienes gobiernan actualmente en Europa y qué Europa se está construyendo. Si leen los artículos de Vicenç Navarro tiene documentación suficiente para refutar la mayoría de las consideraciones presidenciales. Ni una se mantiene en pie. Llamazares ya apuntó alguna inconsistencia en el breve tiempo que tuvo para responder.

No este es el punto. La cuestión esencial es que, en un momento determinado, como ejemplo modélico, de manual, de interiorización del capitalismo, el presidente del gobierno en funciones, que sigue siendo secretario general de un partido que dice llamarse socialista y obrero, hizo una defensa cerrada de los fondos de inversión y de sus actuaciones. Otra cosa era el tema de las subprime, de la codicia excesiva, de los desmanes de unos pocos, pero los gestores de los fondos de inversiones y de las pensiones de jubilación en manos privadas que actúan especulativamente, que reúnen ahorros de ciudadanos como nosotros, dijo sin pestañear, hacían bien en cuidar sus inversiones y en no actuar a la buena de Dios. Eso era lo correcto y eso era lo que debía hacerse. Los mercados no eran el ogro de Lavapiés ni el diablo de Santa Coloma de Farners. Son gentes responsables que cuidan su dinero con mimo. Y así siguiendo, por la misma pendiente resbaladiza neoliberal.

Lo admitió todo: el capitalismo, el papel de las finanzas, el atornillamiento a los gobiernos, la disciplinariedad de las clases trabajadoras, la competitividad sin freno. Sin una queja, es la modernidad productiva. ¡Un discurso así, un camino de servidumbre así, una cosmovisión de esta naturaleza, ha sido esperanza reciente de millones y millones de ciudadanos de izquierda! Una vez más, como en los tiempos de González-Gas Natural. ¡Qué estafa! ¡Nunca más!

Por si faltara algo, un poco más adelante, en términos oscuros que no llegó a concretar, habló JLRZ de lo peligroso que era seguir una senda abierta por Llamazares, quien se limitó a señalar que cuando se ganan unas elecciones con un programa, no se puede darle la vuelta y seguir operando como si nada y seguir feliz, alegre y confiado. Un cambio de esta naturaleza, no cualquier alteración del punto 3 de la nota 1234, exigía una nueva consulta a la ciudadanía. Tan democrático como eso. ¿Dónde esta el peligro de esa reflexión?

Habló más tarde el presidente de consistencia, de la consistencia de Llamazares, pero, apuntó, sin citar, a que nadie está libre de incoherencias. Sin decirlo, sin hacer referencia, con malos modos cubiertos de cortesía aparente, se estaba refiriendo a la rebelión de la bases de IU de Extremadura. La decisión les ha sentado como una patada en un estómago muy lleno y confiado. Visto lo visto, oído lo oído, escuchado con estupor, apenas sin creerlo, una defensa del capitalismo financiero actual que podría haber hecho cualquier político de derecha conservadora europea tipo Sarkozy, Cameron, Merkel, Berlusconi o Rajoy, o muchos otros, uno empieza a pensar que la militancia de IU ha visto más, mucho más, que muchos otros entre los cuales yo no me excluyo, y ha sido sabia, muy sabia en sus decisiones. No es que sean dos versiones de la derecha; es que apenas se distinguen. Son casi gemelos. Por eso gobiernan juntos en Euzkadi y en tantos otros lugares.

PS. Se habla en alguna prensa del miércoles 29 de junio de 2011, de guiños al movimiento 15M durante el debate sobre el estado de la nación. Cuando se piensa en las prácticas democráticas avanzadas del movimiento y en muchos de sus lemas -«No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros», «Me sobra mes a final de sueldo», «No hay pan para tanto chorizo», «Se alquila esclavo económico», «Esto no es una cuestión de izquierda contra derechas, es de los de abajo contra los de arriba», «Mis sueños no caben en tus urnas», «Políticos: somos vuestros jefes y os estamos haciendo un ERE», «No es una crisis, es una estafa», «Ni cara A, ni cara B, queremos cambiar de disco», «Democracia, me gustas porque estás como ausente», «Nosotros buscamos razones, ellos victorias»- la pregunta se impone sin dificultad: ¿Guiños?, ¿de qué guiños hablan?

Notas:

[1] Paco Puche, «La intrusión del capital filantrópico en los movimientos sociales. El Príncipe y Ashoka: un instante de gloria». http://www.rebelion.org/noticia.php?id=131333

[2] No sería una pérdida de tiempo analítica, en mi opinión, hacer un estudio de los asesores presidenciales en estas dos legislaturas. Para temblar, horrorizarse y no parar de llorar. Además de ministros como Miguel Sebastián, José Bono, Trinidad Jiménez o Pedro Solbes, pensemos, por ejemplo, en David Taguas o Bernardino León. ¿Izquierda? ¿Republicanismo? ¿Poner bridas a los desmanes del Capital? ¡Por favor!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.