La retirada del proyecto de ley de Gallardón permite que las mujeres puedan seguir decidiendo no tener un hijo o una hija no deseada. Pero este triunfo no debe ocultar que las mujeres, cada vez más, no tienen libertad para decidir sobre su maternidad. Tener un hijo se está convirtiendo en «algo para ricos». La […]
La retirada del proyecto de ley de Gallardón permite que las mujeres puedan seguir decidiendo no tener un hijo o una hija no deseada. Pero este triunfo no debe ocultar que las mujeres, cada vez más, no tienen libertad para decidir sobre su maternidad. Tener un hijo se está convirtiendo en «algo para ricos». La injusta distribución de la riqueza hace que muchas mujeres que desean ser madres renuncien a tener un hijo por las dificultades económicas.
La crisis económica ha reducido drásticamente la natalidad en Europa. Tal y como se desprende de un estudio realizado por el Instituo Max Planck para la Investigación Demográfica (Alemania), el mayor efecto se nota en mujeres jóvenes, menores de 25 años, lo que indica que en estos años se ha pospuesto la edad escogida para tener un hijo ante la situación incierta del mercado laboral, según exponen los autores del trabajo en la revista Demographic Research.
Los cálculos de los expertos indican que un incremento del 1% en la tasa de desempleo equivale a un descenso del 0,1% de la tasa de natalidad en el cómputo global de la Unión Europea, porcentaje que sube a un 0,3% en los países del sur con menor protección social.
En el Estado español, la crisis económica y las políticas de recortes adoptadas por los diferentes gobiernos han hecho que la tasa de natalidad haya descendido rápidamente desde 2008, según datos del Instituto Nacional de Estadística, mientras se eleva la edad a la que las mujeres tienen su primer hijo. Esto se refleja en los datos publicados por ‘Datos Macro.com’ que sitúan al Estado español en el puesto 174 en tasa de natalidad y en el 180 en índice de fecundidad (en demografía, relación entre los nacimientos y el número de mujeres en edad fértil) sobre un total de 181 países. La indudable relación con la gestión de la crisis económica se pone de manifiesto en que son Portugal y España (índices de fecundidad de 1.28), Grecia (1.29) e Italia (1.34) los países más afectados por estos descensos. Estas cifras demuestran además que, en contra de lo que nos quieren hacer creer, el impacto social de las medidas de la Troika en el Estado español es muy similar a los de Portugal y Grecia.
Es imposible plantearse una maternidad responsable cuando no se tiene trabajo o éste es precario, cuando se cobra un salario de miseria o se trabaja en condiciones de casi esclavitud.
Esta situación se agrava por la desprotección creciente de las mujeres embarazadas y de las madres. Nada peor para una madre que no poder alimentar bien a su prole o encontrarse en la calle por un criminal desahucio. Según la UNICEF, la inversión en la infancia ha disminuido fuertemente durante los años de la crisis. El informe del Instituto de Política Familiar (un organismo civil internacional e independiente) subraya las diferencias entre el Estado español y la mayoría de los países europeos: el gasto medio por familia llega al 2,2% del PIB en Europa y cuatro de cada cinco hogares europeos tienen acceso a prestaciones por hijo. Sin embargo, en el Estado español el gasto medio por familia no llega al 1,2%. La solución de quienes nos gobiernan es que vivamos con resignación y nos acojamos a la caridad, perpetuando la injusticia.
La verdadera libertad de la mujer para decidir sobre su maternidad solo se conseguirá cuando la lucha de todas permita una vida digna para todas.
Jesús A. Castillo-Gómez es militante de En lucha / En lluita
Fuente: http://enlucha.org/articulos/