Recomiendo:
0

El panga boom

Fuentes: Galicia Hoxe

Me encontré con Jorge en el último banco de la Iglesia. Yo estaba ahí, francamente, por morbo. Nunca tuve mucha relación con Isidro el compañero de COU que estábamos velando, pero seguro -pensaba- vería por ahí a algunas chicas de la promoción y compañeros ya olvidados. Pero nada, la muerte de Isidro paso desapercibida como […]

Me encontré con Jorge en el último banco de la Iglesia. Yo estaba ahí, francamente, por morbo. Nunca tuve mucha relación con Isidro el compañero de COU que estábamos velando, pero seguro -pensaba- vería por ahí a algunas chicas de la promoción y compañeros ya olvidados. Pero nada, la muerte de Isidro paso desapercibida como su tránsito por el instituto.

Medio decepcionado, la verdad, me quedaba sólo Jorge para fisgonear en su vida, así que le dije de comer juntos. Mientras buscábamos un restaurante entendí por qué Jorge estaba ahí. Yo por morbo, él por coherencia. Si es que siempre fue así, como cuando hizo una sentada por la expulsión de aquellos dos que quemaron la bandera falangista. ¡Lo extraño fue que no la quemara él! O su indumentaria, mientras todos nos dejábamos la paga en unas Adidas que pensábamos aseguraban un ligue infaliblemente, él nos hablaba de las condiciones laborales de quienes las fabricaban. Coherente y adelantado a su tiempo, porque ahora, con la solidaritis que nos invade, con un discurso de estos y la gorra del Che se podría causar estragos.

Como yo, Jorge dejo rápido de tener contacto con las gentes de la promoción, y nada pude saber de Yolanda. Nos quedábamos poco a poco sin conversación hasta que llegó el camarero con el menú. ¡Panga! Exclamó Jorge. ¿Quiso decir manga porque el camarero tenía cara de comic? ¿dijo tanga porque como yo pensaba en Yolanda? No, no, dijo PANGA y me soltó un discurso como buen delegado que fue.

Sepan pues – por morbo puse mucha atención- que el panga es el pescado de moda en los menús de bares y restaurantes, en las comidas escolares y en muchos hoteles, porque es blanquito, carnoso, gustoso y sobretodo barato. Primero fueron los langostinos criados en Ecuador o India, luego el salmón en balsas al sur de Chile, la perca (que la venden como mero) de regiones famélicas del Lago Victoria y ahora el panga que llega de China o Vietnam. Se engordan asardinados en jaulas flotantes alimentándolos con piensos de harina de pescado que llega desde Perú y soja. Es un pescado pues de acuicultura pero, como los salmones, el panga es una especie que sólo se reproduce en dónde nació. Para conseguir que desove a nuestro antojo es tratado con hormonas. Y lo que más le preocupa a Jorge son las condiciones laborales de los pescadores de panga y las mujeres que trabajan en el procesamiento de los filetes. Por la salud de su familia Jorge quiere más información, quiere saber si es un alimento sano y quiere saber si su comercialización es fuente de redistribución de riqueza o de todo lo contrario. Para que Jorge pueda seguir siendo coherente con su vida exige información. Caramba con Jorge, me gustan ciertos tipos que no cambian.

Gustavo Duch Guillot

Director de Veterinarios Sin Fronteras


Gustavo Duch
Veterinarios Sin Fronteras

tel: 34/ 616114005