Con el incendio el pasado domingo 26, la Refinería de Santa Cruz de Tenerife vuelve a ser objeto de debate sobre su viabilidad, conveniencia de su desmantelamiento y traslado a otro enclave de esta isla, o la desaparición del entramado energético canario de una instalación con más de 75 años de funcionamiento. Puestos a analizar […]
Con el incendio el pasado domingo 26, la Refinería de Santa Cruz de Tenerife vuelve a ser objeto de debate sobre su viabilidad, conveniencia de su desmantelamiento y traslado a otro enclave de esta isla, o la desaparición del entramado energético canario de una instalación con más de 75 años de funcionamiento.
Puestos a analizar la repercusión económica, socio-laboral, sanitaria y ambiental de esta última hipótesis, no cabe duda que en los dos primeros campos nos hemos visto abocados a un callejón sin salida por la escasa decisión de los poderes públicos para, mediante inversiones en investigación, desarrollo e implantación de energías limpias, hacer frente al chantaje que supone la dependencia de todos los sectores del petróleo y sus derivados, lo cual nos lleva en el caso de Tenerife a una amnistía sin condiciones con respecto a todo lo que sucede en el interior de la Refinería de CEPSA.
Ésta es en la actualidad una planta obsoleta que representa, sin la más mínima carga de alarmismo catastrofista, un grave peligro para la población santacrucera y de los municipios limítrofes. Prueba de ello han sido la explosión el mes pasado de una caldera mil veces modificada, arreglada y parcheada desde su instalación en los años 40, o el incendio que ha dado pie a este artículo, y que pudo haber tenido gravísimas consecuencias si no hubiera sido por la actuación de los bomberos.
El por qué CEPSA no ha invertido en tantos años en una modernización exhaustiva, profunda y eficaz de su instalación refinera es algo a lo que tendría que responder con claridad y sin las declaraciones amenazantes de siempre sobre su salida de la isla y la consiguiente pérdida de puestos de trabajo. No cabe duda que esto es un punto clave a tener muy en cuenta, y CNT como sindicato activo en la Refinería defenderá cada uno de ellos, pero eso no supone el que debamos optar por el silencio cómplice ante las continuas transgresiones de CEPSA tanto en materia de emisiones contaminantes a la atmósfera, como de seguridad, incluyendo este concepto no sólo la de la población en general, sino también la de los propios trabajadores de la empresa matriz, filiales y contratas de Refinería, en algunas de las cuales como Ecología Canarias S.A. – ECANSA, los asalariados no ven remunerada su labor en un entorno hostil por peligroso y contaminante con el reconocimiento del Plus salarial determinado por las leyes laborales a tal efecto (Plus Tóxico Penoso y Peligroso), encontrándose además en situaciones de riesgo como las mencionadas anteriormente para las cuales desconocen la existencia de un Plan de Evacuación o Actuación de Emergencia.
La desidia de los poderes públicos en materia energética, inconcebible en un territorio favorecido para su generación como son las Islas Canarias por sus características climáticas, y más que necesario por la necesidad de la independencia energética por las geográficas, ha supuesto que actualmente haya todo un tejido económico, social y productivo que puede desmoronarse en el momento que CEPSA quiera, y que seguramente será en el instante en que se reclame de esta empresa inversiones reales en seguridad y adecuación de sus instalaciones a su existencia en un entorno urbano masificado como Santa Cruz.
Suya es la responsabilidad en esta materia. De los políticos la de haberlo permitido y haberse aprovechado de ello. Y nuestra desde el momento que no reclamamos soluciones de futuro que pasan, no por el Gas Natural Licuado que nos quieren vender como si fuera algo mejor que lo que tenemos, sino necesariamente por el establecimiento ¡¡ya!! de un sistema energético no contaminante que elimine instalaciones tan nefastas para la salud y el medio como la Refinería de Santa Cruz y la Central de Las Caletillas. Esperar otro accidente nos puede salir muy caro.
José Luis Real Baltar. Secretario de Acción Sindical de CNT – Tenerife.